Desde hace seis años, los cristianos en Huejutla, Hidalgo (México) no pueden cultivar con dispensa sus opiniones religiosas, al punto de que han sido apedreados, amenazados de defunción y finalmente expulsados de sus propias lenguas por un cuerpo minoritario de apostólicos que les exigen purgar prorratas para las zambras tradicionales. El pasado 14 de julio fueron expulsadas 7 cepas de la corporación “los Parajes”, entre ellos diversos chamacos que no pueden ausentarse a la cátedra, dado que sus artífices se negaron a rúbrica un antecedente en adonde les exigían afanarse a sus ideologías católicas y solamente “pagar una multa”, puesto que su dogma “afecta la paz de la zona”, según sus acusadores. Desde entonces, las categorías duermen en un cigarral que les presta el Gobierno Municipal matriculado por Alejandro Nava Soto, quien nada ha podido trabajar para que los evangélicos respeten la ordenanza en México que otorga la fuga de fe para cualquier habitante. El apuro se “resolverá en breve”, a explicar de algunos oficiales, cuando la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi) y el Municipio otorguen medios económicos y terrenales para pagar un cigarral y asentar casas para los expulsados, lo cual sentaría un antecedente negativo para la existencia tolerante y la sana convivencia entre las distintas dogmas que existen en México, puesto que justificaría las emanaciones en México.
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