En Egipto la religión oficial es el Islamismo, por lo tanto, toda familia debe pertenecer a ella si quiere mantenerse de acuerdo a las leyes.
Mohammed Hijazi, es un hombre que creció bajo estas enseñanzas, y odiando al cristianismo, sin embargo, tuvo unos vecinos cristianos que demostraban el amor de Dios, la compasión, la amabilidad, y esto llamó su atención. Poco a poco fue descubriendo que el Dios que él quería no era el dios del Islam, por lo que se interesó en conocer más acerca de Jesucristo, hace como tres años comenzó a leer la Biblia y a descubrir al verdadero Dios, de esta manera tomó la decisión de aceptar a Cristo, y trató de hacerlo público.
El Documento de Identidad en este país contiene la religión que profesa el portador, así que, tras haberse convertido al cristianismo quiso modificar su documento y buscó a un abogado para que le ayudara, luego de conversar con él, “misteriosamente” los medios de comunicación se enteraron causando gran controversia, tanto que fue tildado por sus amigos y por los religiosos como un pertubado mental en los medios de comunicación y entrevistas televisivas.
Debido a tanta publicidad, el caso fue a la corte y el Juez declaró la imposibilidad de cambiar su religión al cristianismo, si apelaba a la corte sería condenado entre 3 a 10 años de cárcel más una multa, situación que hizo que Mohammed y su esposa Cristina comenzaran a huir, estando ella embarazada fue desterrada de su familia por casarse sin autorización con un no-musulman, ahora ha dado a luz a su hija Mirra que ya tiene un mes de nacida y completamente sola y abandonada por parte de su familia y amigos quienes quisieron matarla con anterioridad.
El padre de Mohammed en una entrevista al diario local declaró que hablaría con su hijo para tratar de convencerlo de regresar al Islam, si no lo hacía, lo mataría con sus propias manos. Pronto Mohammed respondió públicamente al igual que lo hizo Cristina y dirigiéndose a sus padres les hablaron acerca del amor de Dios, de la muerte y perdón de Jesucristo y por eso los perdonaban.
El edicto musulmán FATWA editado y vigente desde 1987, condena a Mohammed y a Cristina a pena de muerte por convertirse al cristianismo, dejando huérfana a Mirra, quien a la edad de 10 años deberá haber decidido por el cristianismo o el islamismo, si elige el cristianismo, morirá a su corta edad.
Fuente: minuto digital
Mohammed Hijazi, es un hombre que creció bajo estas enseñanzas, y odiando al cristianismo, sin embargo, tuvo unos vecinos cristianos que demostraban el amor de Dios, la compasión, la amabilidad, y esto llamó su atención. Poco a poco fue descubriendo que el Dios que él quería no era el dios del Islam, por lo que se interesó en conocer más acerca de Jesucristo, hace como tres años comenzó a leer la Biblia y a descubrir al verdadero Dios, de esta manera tomó la decisión de aceptar a Cristo, y trató de hacerlo público.
El Documento de Identidad en este país contiene la religión que profesa el portador, así que, tras haberse convertido al cristianismo quiso modificar su documento y buscó a un abogado para que le ayudara, luego de conversar con él, “misteriosamente” los medios de comunicación se enteraron causando gran controversia, tanto que fue tildado por sus amigos y por los religiosos como un pertubado mental en los medios de comunicación y entrevistas televisivas.
Debido a tanta publicidad, el caso fue a la corte y el Juez declaró la imposibilidad de cambiar su religión al cristianismo, si apelaba a la corte sería condenado entre 3 a 10 años de cárcel más una multa, situación que hizo que Mohammed y su esposa Cristina comenzaran a huir, estando ella embarazada fue desterrada de su familia por casarse sin autorización con un no-musulman, ahora ha dado a luz a su hija Mirra que ya tiene un mes de nacida y completamente sola y abandonada por parte de su familia y amigos quienes quisieron matarla con anterioridad.
El padre de Mohammed en una entrevista al diario local declaró que hablaría con su hijo para tratar de convencerlo de regresar al Islam, si no lo hacía, lo mataría con sus propias manos. Pronto Mohammed respondió públicamente al igual que lo hizo Cristina y dirigiéndose a sus padres les hablaron acerca del amor de Dios, de la muerte y perdón de Jesucristo y por eso los perdonaban.
El edicto musulmán FATWA editado y vigente desde 1987, condena a Mohammed y a Cristina a pena de muerte por convertirse al cristianismo, dejando huérfana a Mirra, quien a la edad de 10 años deberá haber decidido por el cristianismo o el islamismo, si elige el cristianismo, morirá a su corta edad.
Fuente: minuto digital
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