Las iglesias evangélicas estadounidenses, que se han expresado claramente contra la guerra en Irak, el aborto y el matrimonio entre homosexuales, permanece silenciosa frente a las políticas migratorias “crueles, racistas y antibíblicas” del gobierno de George W. Bush.
Las iglesias evangélicas estadounidenses, que se han expresado claramente contra la guerra en Irak, el aborto y el matrimonio entre homosexuales, permanece silenciosa frente a las políticas migratorias “crueles, racistas y antibíblicas” del gobierno de George W. Bush, afectando en especial a latinoamericanos que llegan a este país a hacer los trabajos que los norteamericanos desdeñan.
Según el investigador de temas evangélicos Eduardo Romero, los cristianos “han asumido un silencio sorprendente” frente a los abusos contra los inmigrantes, pese a que la tradición judeo-cristiana siempre se ha identificado con el mandato de ayudar al extranjero.
“Parece insólito que cuando el odiado muro de Berlín fue derrumbado, ese hecho fue aplaudido por los cristianos, pero ahora esta misma población cristiana, con su silencio, aplaude la política inhumana y segregacionista que el presidente Bush impone, al levantar un muro en sus fronteras del sur”, sostuvo.
Dijo que el silencio que asumen las iglesias evangélicas la convierte en cómplices de una política que maltrata a los inmigrantes, desconociendo que son criaturas de Dios y tienen derecho inherente al respeto y al trato digno.
Refirió que el mandato bíblico es cuidar, proteger y defender al más débil, en cambio, dijo, en la política migratoria de Bush lo que hay es una posición agresiva frente a quienes desean ingresar a los Estados Unidos para trabajar y ganarse el pan diario.
Romero encontró contradictorio que las iglesias evangélicas estadounidenses se opongan al aborto, pero cierran los ojos y callan ante las políticas “de terror que atentan contra la vida humana de la población inmigrante” que, acusó, dictan el Partido Republicano y el presidente Bush.
Indicó que no es suficiente que se ” hable de defender la justicia, en forma medio romántica”, mientras se silencian “actos de crueldad, marginación y agresividad frente a personas que están listas para realizar labores de servicio que los mismos estadounidenses no desean hacer”.
“El racismo estátodavía muy presente en el sistema político y social norteamericano, posición que contradice la fe cristiana. Sin embargo la Iglesia mantiene un vergonzoso y antibíblico silencio que la hace cómplice de estas posiciones que contradicen el ejemplo de Jesucristo de amar al prójimo”, concluyó.
Fuente: alc
Las iglesias evangélicas estadounidenses, que se han expresado claramente contra la guerra en Irak, el aborto y el matrimonio entre homosexuales, permanece silenciosa frente a las políticas migratorias “crueles, racistas y antibíblicas” del gobierno de George W. Bush, afectando en especial a latinoamericanos que llegan a este país a hacer los trabajos que los norteamericanos desdeñan.
Según el investigador de temas evangélicos Eduardo Romero, los cristianos “han asumido un silencio sorprendente” frente a los abusos contra los inmigrantes, pese a que la tradición judeo-cristiana siempre se ha identificado con el mandato de ayudar al extranjero.
“Parece insólito que cuando el odiado muro de Berlín fue derrumbado, ese hecho fue aplaudido por los cristianos, pero ahora esta misma población cristiana, con su silencio, aplaude la política inhumana y segregacionista que el presidente Bush impone, al levantar un muro en sus fronteras del sur”, sostuvo.
Dijo que el silencio que asumen las iglesias evangélicas la convierte en cómplices de una política que maltrata a los inmigrantes, desconociendo que son criaturas de Dios y tienen derecho inherente al respeto y al trato digno.
Refirió que el mandato bíblico es cuidar, proteger y defender al más débil, en cambio, dijo, en la política migratoria de Bush lo que hay es una posición agresiva frente a quienes desean ingresar a los Estados Unidos para trabajar y ganarse el pan diario.
Romero encontró contradictorio que las iglesias evangélicas estadounidenses se opongan al aborto, pero cierran los ojos y callan ante las políticas “de terror que atentan contra la vida humana de la población inmigrante” que, acusó, dictan el Partido Republicano y el presidente Bush.
Indicó que no es suficiente que se ” hable de defender la justicia, en forma medio romántica”, mientras se silencian “actos de crueldad, marginación y agresividad frente a personas que están listas para realizar labores de servicio que los mismos estadounidenses no desean hacer”.
“El racismo estátodavía muy presente en el sistema político y social norteamericano, posición que contradice la fe cristiana. Sin embargo la Iglesia mantiene un vergonzoso y antibíblico silencio que la hace cómplice de estas posiciones que contradicen el ejemplo de Jesucristo de amar al prójimo”, concluyó.
Fuente: alc
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