La muerte del líder podría indicar un cambio significativo para la Iglesia cubana, que en el último año ha visto una significativa persecución del régimen comunista.
Las reacciones van desde el dolor hasta la celebración a la noticia de la muerte del ex presidente cubano Fidel Castro, a los 90 años de edad.
Su hermano Raúl, que ahora lidera la nación isleña, dijo que murió el viernes a las 22:29 horas. Terminó el anuncio gritando la consigna revolucionaria: “¡Hasta la victoria, siempre!”
Castro sufrió de problemas intestinales y otras complicaciones de salud graves desde 2006 y entregó la dictadura a Raúl en 2008.
Castro llevó a un ejército rebelde a una improbable victoria en Cuba a finales de los años 50, abrazó el comunismo de estilo soviético y desafió el poder de 10 presidentes estadounidenses durante su gobierno de medio siglo.
Para los miles que huyeron del liderazgo del dictador, su muerte simboliza el fin de un régimen comunista de gran alcance.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos A. Giménez, dijo que espera una “Cuba libre y democrática”, según informa The Guardian.
Mientras tanto, el presidente Barack Obama hizo una declaración sobre la muerte de Castro y extendió una mano de amistad con Cuba. El mandatario estadounidense visitó la isla el año pasado en un esfuerzo por ablandar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
“En este momento del fallecimiento de Fidel Castro, extendemos una mano de amistad al pueblo cubano, sabemos que este momento llena a los cubanos – en Cuba y en Estados Unidos – de emociones poderosas, recordando las innumerables maneras en que Fidel Castro alteró el curso de las vidas individuales, de las familias, y de la nación cubana”, dijo.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, también emitió una declaración: “Hoy el mundo marca el fallecimiento de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es uno marcado por los pelotones de fusilamiento, el robo, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales”.
“Aunque Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo, y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tan ricamente merecen”, dijo Trump.
El Papa Francisco, que se reunió con Castro en septiembre de 2015, expresó su pesar por la muerte del líder en un telegrama a su hermano, Raúl.
La muerte del líder podría indicar un cambio significativo para la Iglesia cubana, que en el último año ha visto una significativa persecución del régimen comunista.
Según un informe de Solidaridad Cristiana Mundial, en agosto el gobierno cubano ha emprendido una gran represión contra las iglesias y ha tomado y demolido al menos 1.400 templos. El gobierno afirma que las iglesias no están registradas y, por lo tanto, son ilegales.
El reverendo Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano, dijo que la muerte de Castro ofrece una nueva oportunidad para la Iglesia cubana.
“El fallecimiento del dictador cubano Fidel Castro brinda una oportunidad para que la libertad y la democracia surjan en una nación insular cautiva por el totalitarismo”, dijo. “Oremos y aboguemos por que el liderazgo actual abrace la libertad y respete los derechos dados por Dios a todos los cubanos. ¡Que viva Cuba, fuerte y libre!
Cuando Estados Unidos anunció sus esfuerzos para renovar una relación diplomática con Cuba, el Dr. Theo Babun, director ejecutivo de la organización religiosa Echo Cuba, dijo a CBN News que esperaba que trajera un cambio duradero para la Iglesia.
“Una de las oraciones y uno de los objetivos de la Iglesia en Cuba es alentar al gobierno cubano a abrir las puertas a la libertad religiosa”, dijo Babun.
Babun dijo que los pastores en Cuba apuntan a ir tras cuatro áreas específicas.
Cerrar la Oficina de Asuntos Religiosos, que controla todos los aspectos de la religión en Cuba.
Quitar la regla que prohíbe el registro de nuevas asociaciones de iglesias, particularmente la regla que prohíbe el registro de nuevas denominaciones en Cuba.
Remover la regla que otorga al Consejo Cubano de Iglesias, una organización gubernamental, el único poder de distribuir biblias y otros materiales religiosos.
Promulgar una ley que proteja los derechos de las instituciones religiosas a adorar sin interferencia del gobierno.
Fuente: Mundo Cristiano
Las reacciones van desde el dolor hasta la celebración a la noticia de la muerte del ex presidente cubano Fidel Castro, a los 90 años de edad.
Su hermano Raúl, que ahora lidera la nación isleña, dijo que murió el viernes a las 22:29 horas. Terminó el anuncio gritando la consigna revolucionaria: “¡Hasta la victoria, siempre!”
Castro sufrió de problemas intestinales y otras complicaciones de salud graves desde 2006 y entregó la dictadura a Raúl en 2008.
Castro llevó a un ejército rebelde a una improbable victoria en Cuba a finales de los años 50, abrazó el comunismo de estilo soviético y desafió el poder de 10 presidentes estadounidenses durante su gobierno de medio siglo.
Para los miles que huyeron del liderazgo del dictador, su muerte simboliza el fin de un régimen comunista de gran alcance.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos A. Giménez, dijo que espera una “Cuba libre y democrática”, según informa The Guardian.
Mientras tanto, el presidente Barack Obama hizo una declaración sobre la muerte de Castro y extendió una mano de amistad con Cuba. El mandatario estadounidense visitó la isla el año pasado en un esfuerzo por ablandar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
“En este momento del fallecimiento de Fidel Castro, extendemos una mano de amistad al pueblo cubano, sabemos que este momento llena a los cubanos – en Cuba y en Estados Unidos – de emociones poderosas, recordando las innumerables maneras en que Fidel Castro alteró el curso de las vidas individuales, de las familias, y de la nación cubana”, dijo.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, también emitió una declaración: “Hoy el mundo marca el fallecimiento de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es uno marcado por los pelotones de fusilamiento, el robo, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales”.
“Aunque Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo, y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tan ricamente merecen”, dijo Trump.
El Papa Francisco, que se reunió con Castro en septiembre de 2015, expresó su pesar por la muerte del líder en un telegrama a su hermano, Raúl.
La muerte del líder podría indicar un cambio significativo para la Iglesia cubana, que en el último año ha visto una significativa persecución del régimen comunista.
Según un informe de Solidaridad Cristiana Mundial, en agosto el gobierno cubano ha emprendido una gran represión contra las iglesias y ha tomado y demolido al menos 1.400 templos. El gobierno afirma que las iglesias no están registradas y, por lo tanto, son ilegales.
El reverendo Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano, dijo que la muerte de Castro ofrece una nueva oportunidad para la Iglesia cubana.
“El fallecimiento del dictador cubano Fidel Castro brinda una oportunidad para que la libertad y la democracia surjan en una nación insular cautiva por el totalitarismo”, dijo. “Oremos y aboguemos por que el liderazgo actual abrace la libertad y respete los derechos dados por Dios a todos los cubanos. ¡Que viva Cuba, fuerte y libre!
Cuando Estados Unidos anunció sus esfuerzos para renovar una relación diplomática con Cuba, el Dr. Theo Babun, director ejecutivo de la organización religiosa Echo Cuba, dijo a CBN News que esperaba que trajera un cambio duradero para la Iglesia.
“Una de las oraciones y uno de los objetivos de la Iglesia en Cuba es alentar al gobierno cubano a abrir las puertas a la libertad religiosa”, dijo Babun.
Babun dijo que los pastores en Cuba apuntan a ir tras cuatro áreas específicas.
Cerrar la Oficina de Asuntos Religiosos, que controla todos los aspectos de la religión en Cuba.
Quitar la regla que prohíbe el registro de nuevas asociaciones de iglesias, particularmente la regla que prohíbe el registro de nuevas denominaciones en Cuba.
Remover la regla que otorga al Consejo Cubano de Iglesias, una organización gubernamental, el único poder de distribuir biblias y otros materiales religiosos.
Promulgar una ley que proteja los derechos de las instituciones religiosas a adorar sin interferencia del gobierno.
Fuente: Mundo Cristiano
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