Pastor evangélico deja morir a su hija dice que Dios se lo pidió. Ella suplicaba que le ayudara pero él se negaba…
¿Qué es capaz de hacer un padre por la vida de un hijo? si hiciéramos esta pregunta la mayoría de los padres respondería que daría su propia vida sin pensarlo, un hijo se vuelve la razón de vivir, sin embargo en esta historia el padre no pensó igual que cualquiera.
Eugenio Márquez de 32 años, es el pastor de una iglesia evangélica en el municipio de San Pedro Soteapan, al sur del estado de Veracruz. Prácticamente toda su vida se ha dedicado a la religión, inclusive su padre fue pastor, así que era su destino
Una de esas tardes después del servicio a Dios, todos estaban afuera de la iglesia comentando sobre la palabra, cuando Alejandra, su pequeña hija jugaba con una pelota aventandola, cuando se le fue al otro lado de la banqueta, la niña no lo pensó, simplemente corrió hacia la pelota sin ver aquel ford focus que venía muy rápido, fue casi imposible impedir que el frágil cuerpo saliera volando, el coche paró de inmediato, Cecilia corrió despavorida con su hija, no podía tocarla estaba muy lastimada, las raspaduras en el cuerpo fueron instantáneas, una fuerte herida en su pierna izquierda inundaba un charco de sangre, el joven que la atropelló estaba impactado en proceso de llamar a los paramédicos cuando Eugenio lo interrumpió diciéndole: ¨
No necesitamos, ningún médico, mi hija va sanar con la ayuda del señor¨. La niña sólo decía: ¨mami me duele mucho, por favor ayúdame. Papi me duele por favor¨, la madre destrozada le pidió a Eugenio que por favor la llevarán al hospital, pero el pastor Eugenio se negó de forma rotunda, sin ningún cuidado tomó a la niña y la subió a su coche.
Al entrar a la casa, la puso en el sillón, tomó a su esposa de la mano y le dijo que se hincara junto a él, mientras rezaban desesperados, Cecilia lloraba sin parar, le suplicó una vez más que la llevarán pero no lo consiguió, fue cuestión de media hora para que Alejandra perdiera la vida.
De pronto ya no dijo nada, su voz suave y tierna desapareció, ese dulce corazón ya no latía más y la manita que antes se sentía tibia ya estaba completamente helada. La madre estalló de coraje y comenzó a culpar a su esposo, él le dijo que no tenían que ir en contra de lo que dicta la palabra del señor, que Dios le había pedido que confiara en él y que no llevara a la niña con ningún médico, pero a ella ya no le importaba eso, la estaba carcomiendo el dolor, entonces Eugenio tomó un machete y comenzó a herirla sin compasión, la sangre corría por todo el cuarto, de pronto uno de los machetazos desprendió su brazo, los gritos eran de horror, cuando los vecinos se acercaron ayudar Eugenio salió rápidamente con la camisa bañada en sangre y se perdió en una zona boscosa.
Al entrar las autoridades y paramédicos encontraron a Cecilia tirada en una enorme mancha de sangre casi inconsciente y el cuerpo de la niña al fondo. De Eugenio aún no se sabe nada, esperemos que lo encuentren antes de que siga dando servicio a Dios en cualquier otra iglesia del país.
Fuente: ecualike.com
¿Qué es capaz de hacer un padre por la vida de un hijo? si hiciéramos esta pregunta la mayoría de los padres respondería que daría su propia vida sin pensarlo, un hijo se vuelve la razón de vivir, sin embargo en esta historia el padre no pensó igual que cualquiera.
Eugenio Márquez de 32 años, es el pastor de una iglesia evangélica en el municipio de San Pedro Soteapan, al sur del estado de Veracruz. Prácticamente toda su vida se ha dedicado a la religión, inclusive su padre fue pastor, así que era su destino
Una de esas tardes después del servicio a Dios, todos estaban afuera de la iglesia comentando sobre la palabra, cuando Alejandra, su pequeña hija jugaba con una pelota aventandola, cuando se le fue al otro lado de la banqueta, la niña no lo pensó, simplemente corrió hacia la pelota sin ver aquel ford focus que venía muy rápido, fue casi imposible impedir que el frágil cuerpo saliera volando, el coche paró de inmediato, Cecilia corrió despavorida con su hija, no podía tocarla estaba muy lastimada, las raspaduras en el cuerpo fueron instantáneas, una fuerte herida en su pierna izquierda inundaba un charco de sangre, el joven que la atropelló estaba impactado en proceso de llamar a los paramédicos cuando Eugenio lo interrumpió diciéndole: ¨
No necesitamos, ningún médico, mi hija va sanar con la ayuda del señor¨. La niña sólo decía: ¨mami me duele mucho, por favor ayúdame. Papi me duele por favor¨, la madre destrozada le pidió a Eugenio que por favor la llevarán al hospital, pero el pastor Eugenio se negó de forma rotunda, sin ningún cuidado tomó a la niña y la subió a su coche.
Al entrar a la casa, la puso en el sillón, tomó a su esposa de la mano y le dijo que se hincara junto a él, mientras rezaban desesperados, Cecilia lloraba sin parar, le suplicó una vez más que la llevarán pero no lo consiguió, fue cuestión de media hora para que Alejandra perdiera la vida.
De pronto ya no dijo nada, su voz suave y tierna desapareció, ese dulce corazón ya no latía más y la manita que antes se sentía tibia ya estaba completamente helada. La madre estalló de coraje y comenzó a culpar a su esposo, él le dijo que no tenían que ir en contra de lo que dicta la palabra del señor, que Dios le había pedido que confiara en él y que no llevara a la niña con ningún médico, pero a ella ya no le importaba eso, la estaba carcomiendo el dolor, entonces Eugenio tomó un machete y comenzó a herirla sin compasión, la sangre corría por todo el cuarto, de pronto uno de los machetazos desprendió su brazo, los gritos eran de horror, cuando los vecinos se acercaron ayudar Eugenio salió rápidamente con la camisa bañada en sangre y se perdió en una zona boscosa.
Al entrar las autoridades y paramédicos encontraron a Cecilia tirada en una enorme mancha de sangre casi inconsciente y el cuerpo de la niña al fondo. De Eugenio aún no se sabe nada, esperemos que lo encuentren antes de que siga dando servicio a Dios en cualquier otra iglesia del país.
Fuente: ecualike.com
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