El reverendo John Sanqiang Cao pagó no más de tres dólares por el viaje que terminaría costándole su libertad.
Por años, él y otros maestros cristianos chinos cruzaron el río en delgadas balsas de bambú desde el sur de China hasta la vecina Myanmar, llevando consigo anotadores, lápices y Biblias. Los misioneros pasaban de un país al otro --un trayecto de nueve metros (30 pies)-- a plena luz del día, según un misionero de Estados Unidos que viajaba con Cao.
El cruce del 5 de marzo del 2017, no obstante, fue distinto. Cao y un maestro regresaban en balsa a la provincia de Yunnan, China, cuando vieron agentes de seguridad chinos esperando en la ribera. Años de trabajo en iglesias clandestinas y escuelas donde se enseñaba la Biblia habían preparado a este prominente líder cristiano de 58 años para este momento. Tiró su teléfono al agua, protegiendo las identidades de más de 50 maestros chinos que había reclutado para ofrecer a niños de la minoría birmana una educación gratis basada en principios cristianos.
Pero Cao no pudo escapar. Fue sentenciado el mes pasado a siete años de cárcel por “organizar a otros para que crucen la frontera ilegalmente”, un delito que abarca mayormente el tráfico de humanos. Sus hijos estadounidenses y sus colegas cristianos --que no han podido contactarlo desde su detención-- hablaron del caso por primera vez con la Associated Press, diciendo que la sentencia del pastor debería ser reducida porque hacía un trabajo humanitario y piden clemencia por él.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo a la AP que el gobierno estadounidense está “muy preocupado” por la sentencia de Cao e instó a los chinos a liberarlo por “razones humanitarias” en vista de que es residente legal permanente de Estados Unidos. Cao se propone retirarse y volver con su familia en Estados Unidos tras ser liberado, señaló un vocero.
El castigo de Cao se inscribe en el marco de una campaña de Beijing para “sinizar”, o convertir más chinas las principales religiones del país, eliminar la influencia extranjera y alinear los distintos credos con las creencias ateas del Partido Comunista. Analistas dicen que el gobierno considera el crecimiento del cristianismo en China como una amenaza y que puede estar usando figuras prominentes como Cao como ejemplo para intimidar los movimientos nacientes.
Hay actualmente más de 38 millones de protestantes en China, según estimados oficiales, y expertos pronostican que China tendrá la población cristiana más grande del mundo en pocas décadas.
Fuente: cbn.com
Por años, él y otros maestros cristianos chinos cruzaron el río en delgadas balsas de bambú desde el sur de China hasta la vecina Myanmar, llevando consigo anotadores, lápices y Biblias. Los misioneros pasaban de un país al otro --un trayecto de nueve metros (30 pies)-- a plena luz del día, según un misionero de Estados Unidos que viajaba con Cao.
El cruce del 5 de marzo del 2017, no obstante, fue distinto. Cao y un maestro regresaban en balsa a la provincia de Yunnan, China, cuando vieron agentes de seguridad chinos esperando en la ribera. Años de trabajo en iglesias clandestinas y escuelas donde se enseñaba la Biblia habían preparado a este prominente líder cristiano de 58 años para este momento. Tiró su teléfono al agua, protegiendo las identidades de más de 50 maestros chinos que había reclutado para ofrecer a niños de la minoría birmana una educación gratis basada en principios cristianos.
Pero Cao no pudo escapar. Fue sentenciado el mes pasado a siete años de cárcel por “organizar a otros para que crucen la frontera ilegalmente”, un delito que abarca mayormente el tráfico de humanos. Sus hijos estadounidenses y sus colegas cristianos --que no han podido contactarlo desde su detención-- hablaron del caso por primera vez con la Associated Press, diciendo que la sentencia del pastor debería ser reducida porque hacía un trabajo humanitario y piden clemencia por él.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo a la AP que el gobierno estadounidense está “muy preocupado” por la sentencia de Cao e instó a los chinos a liberarlo por “razones humanitarias” en vista de que es residente legal permanente de Estados Unidos. Cao se propone retirarse y volver con su familia en Estados Unidos tras ser liberado, señaló un vocero.
El castigo de Cao se inscribe en el marco de una campaña de Beijing para “sinizar”, o convertir más chinas las principales religiones del país, eliminar la influencia extranjera y alinear los distintos credos con las creencias ateas del Partido Comunista. Analistas dicen que el gobierno considera el crecimiento del cristianismo en China como una amenaza y que puede estar usando figuras prominentes como Cao como ejemplo para intimidar los movimientos nacientes.
Hay actualmente más de 38 millones de protestantes en China, según estimados oficiales, y expertos pronostican que China tendrá la población cristiana más grande del mundo en pocas décadas.
Fuente: cbn.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario