El presidente de Filipinas se preguntó abiertamente por qué la Iglesia católica pide dinero a sus feligreses si se dedica a ayudar a la gente.
"De los tantos miles de millones que habían estado aquí [en la tierra], solo necesito uno. Y si hay uno, señoras y señores, anunciaré"
La afirmación ha sido muy criticada
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dice que no es agnóstico ni ateo. Asegura creer en Dios, pero tiene un desafío: si alguien puede probarle que Dios existe mostrándole un selfie con él, renunciará.
"Por cierto, creo en un Dios Supremo. Nunca dije que no creo en Dios. No soy agnóstico. No soy ateo. Simplemente soy un ser humano que cree que hay una mente universal en alguna parte que controla el universo ", dijo durante la apertura de la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología en Davao City el viernes.
Entonces, ¿no creo en Dios? Sí, por supuesto que hay Dios ", agregó. Sin embargo, dijo que querría que apareciera alguien y dijera que había ido al cielo y bajado a la tierra para probar la existencia de Dios.
"Tráiganme una persona, solo una, que diría: 'Alcalde, esos tontos de la Iglesia me dijeron que fuera al cielo y hablara con Dios. Realmente hay Dios Aquí, tenemos una foto, mire esta selfie "", dijo en filipino. "De los tantos miles de millones que habían estado aquí [en la tierra], solo necesito uno. Y si hay uno, señoras y señores, anunciaré mi renuncia de inmediato".
Las declaraciones ocurren en medio de una guerra mediática que Duterte sostiene con los diversos grupos cristianos y a la poderosa Iglesia católica del país, debido a unas polémicas declaraciones en las que se refirió a Dios como un "estúpido".
"Recientes afirmaciones sobre la fe en Dios y las enseñanzas de la Biblia han provocado confusión, tristeza y enfado entre nuestros fieles", afirmó hoy el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, Romulo Valles, en un comunicado.
El también arzobispo de Davao se refiere, aunque no las cita expresamente, a las declaraciones de la semana pasada de Duterte en las que dijo que el concepto católico del "pecado original" no tenía sentido y por ello llamó "estúpido" a Dios.
"No me disculparé por eso ni en un millón de años", aseguró anoche desde Bohol el presidente filipino, quien ha defendido que "su Dios es diferente".
A pesar de la negativa de Duterte a disculparse, el presidente ordenó esta semana a su gabinete la formación de un comité para sostener un diálogo con los obispos filipinos, aunque todavía no se ha programado ningún encuentro.
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