El hno. Roger Casco Herrera, editor de Profecía Al Día y autor del libro Su Nombre ¿Jesús o Yeshúa?, compartió con nosotros una interesante experiencia mientras intentaba presentarle el Evangelio de Cristo Jesús a un hombre desconocido con el que compartieron asiento en un parque de la ciudad de Tegucigalpa.
"Me senté a descansar. Ese día había caminado más de lo habitual. Unos cuantos minutos después se sentó un hombre desconocido en la misma silla del parque", dijo Casco.
Le saludé: "¡Muy buen día!, ¡Jesús le ama!
Pensó para responder pero luego un ¡¡AMÉN!!, gritó. "Disculpe, me ha costado responderle".
¿Y por qué? - Dijo que nadie le había dicho Jesús le ama como saludo. Por lo general era "Bendiciones o Dios le bendiga" y de personas estando en la iglesia, o uno que otro cristiano que no se avergonzaba fuera de ella. Pero, "Jesús le ama", el primero.
Sí hubiera dicho: "Dios le bendiga", me hubiera enojado y refutado eso. Dios no podía bendecirlo, dijo. Mientras que "Jesús me ama", obviamente que no porque era cierto.
¿Y por qué le molesta "Dios le bendiga"?, ¿Por qué no lo bendeciría Dios?
"Porque soy un hombre corrupto. Soy el mismo diablo y todas las cosas que he hecho y hago por tener dinero y mujeres, no son acciones por las cuales Dios debería bendecirme", dijo.
"Hace un mes comencé a ir a una iglesia pentecostal. Realmente fui por una mujer que me gusta, y ando buscando como cae en el gancho. Me he sentido muy bien. Los mensajes son inspiradores y hasta he sentido miedo de las cosas que hago. No le he entregado mi vida a Dios. Apenas lo estoy considerando. Pero, ocurrió algo este pasado domingo que me tiene enojado [era lunes por la mañana]. El apóstol me pidió que me quedase al final del culto. Dijo que tenía una palabra para mí del Cielo, y quería que supiera de qué se trataba. No puedo negarle que me sentí tan bien de escuchar aquello. Realmente creí que yo -este diablo- recibiría una palabra del Santo que cambiaría mi vida", pero no fue así.
"Me dí cuenta que el evangelio de la prosperidad no funciona para mí, es falso, no sirve".
"El apóstol me dijo que tenía un mes congregandome, y había estado orando por mí hace una semana. Y quería saber más de mí, especialmente que desde la primer semana yo ya estaba entregando sobres con buenas cantidades de ofrendas que llevaban mi nombre. Me dijo que El Señor le había dicho que yo tenía las señales del reino, era un hombre prosperado, bendecido y en victoria; un hombre de Reino, un hombre de visión y propósito, un hombre de Dios. Me pidió ser el anfitrión de una célula [o grupo de crecimiento] en mi casa... Inmediatamente me cayó tan gordo el hijo de P#$@ ese, que le dije que no se podía porque era el último día que iba a la iglesia".
"Eso me ha tenido muy mal. Él decía que la prosperidad era una señal del Reino de Dios, y que aunque no lo creyera yo lo era"... "Tras escucharlo a usted me he dado de cuenta que lo que yo escuché no era el Evangelio de Verdad de nuestro Señor Jesucristo. Por lo que concluyó, que debo realmente arrepentirme de mis pecados, cambiar mis obras y eso tendría que ser hasta abandonar mis negocios chuecos y no quiero. No quiero ser pobre. Pero algo sí es cierto, el Evangelio de la Prosperidad no es verdadero, es falso, no sirve para mí. No puedo entender cómo el tener dinero sería una señal de la presencia de Dios. Es verdad que soy un hombre adinerado pero las formas en los que lo he obtenido no han sido a la buena. Soy malo, soy corrupto, soy el mismo diablo, soy adicto al sexo y al dinero, me encanta hacerlo y no pienso dejar de hacerlo".
Fuente: profeciaaldia.com
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