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febrero 16, 2017
Qué hacer cuando su hijo abandona a Jesucristo
Piper estaba respondiendo a una madre que dijo que su hija de 14 años ya no se identifica con la fe cristiana. Recomendó un libro de John Miller y su hija Barbara Juliani, titulado Come Back, Barbara, que habla precisamente de ese tema.
El pastor también enumeró sus ocho sugerencias principales para la madre, en primer lugar diciéndole que la decisión de su hija “es algo sobre lo que totalmente no tienen control”.
“La fe es un don de Dios. Tal vez una mejor manera de decir que sería que los ojos de su corazón, no sólo los ojos de su cabeza, deben ver a Jesús como verdadero y hermoso y deseable para ser un cristiano – y sólo Dios puede abrir esos ojos “, escribió.
“Dios usa padres, pastores, maestros y amigos para llevar a los niños a Cristo, pero ninguno de esas palancas es decisiva; Dios si es decisivo, es absolutamente crucial que ustedes como padres cargados no soporten más de lo que deben o pueden”.
A continuación, recomendó la oración, que él dijo es “absolutamente esencial e indispensable” en momentos como estos.
Agregó que la madre debe de encontrar un equilibrio entre su desconcierto por su hija, y al mismo tiempo expresar “alegría y gozo en la cara por dicho sufrimiento”, como se encuentra a través del poder de Dios.
“Tu hija, en efecto, tu propia conciencia, necesita ver que ella no tiene el poder de anular la esperanza y la alegría que sientes en Cristo”.
“Ella no necesita sentir que tienes ese poder. Eso sería muy falso si ella sentiera eso”, escribió Piper.
“Ella necesita sentir que es importante y que está profundamente triste por su condición espiritual, pero también necesita ver la realidad de lo que le falta, a saber, su disfrute inefable de la gracia de Dios, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4: 7), y la bondad de Dios y el poder de Dios en su vida. ”
El teólogo continuó recordándole a la madre que su hija aún vive bajo su techo, y por lo tanto está bajo su autoridad, lo que significa que el Evangelio debe ser importante en el hogar.
Al mismo tiempo, advirtió en contra de convertir “todas las noches en una parrilla sobre su fe”, y aconsejó a la madre programar fechas periódicas de almuerzo donde las dos puedan conversar acerca de temas espirituales.
El siguiente consejo de Piper fue dirigido a la madre misma, recordándole que ella requiere “alimentar su alma con la comida de la verdad bíblica, especialmente las historias sobre cómo el dolor presente y la aparente desesperanza es un preludio de la alegría”.
Piper también aconsejó a la madre no poner a su hija en el paredón. Ella necesita ver a sus padres “amar a Jesús en el mundo”. Y, le instó a no desesperarse.
“Dios ama escuchar tus oraciones, El pone tus lágrimas en una botella (Salmo 56: 8), y derrama de su gracia a su debido tiempo”, aclaró.
Piper ha escrito numerosas columnas de consejos sobre padres y niños en su camino de fe, y en agosto dijo que es muy importante que los niños vean a sus padres adorando a Dios.
“No puedes impartir lo que no posees y esto es lo que tus hijos deben saber, para que ellos lleguen a la adoración auténtica. La adoración sincera es lo más valioso de la experiencia humana. El efecto acumulativo de 650 servicios de adoración invertidos con mamá y papá en auténtica comunión con Dios y su pueblo entre las edades de 4 y 17 es totalmente incalculable “, dijo en ese momento.
Fuente: gacetacristiana.com.ar
El pastor también enumeró sus ocho sugerencias principales para la madre, en primer lugar diciéndole que la decisión de su hija “es algo sobre lo que totalmente no tienen control”.
“La fe es un don de Dios. Tal vez una mejor manera de decir que sería que los ojos de su corazón, no sólo los ojos de su cabeza, deben ver a Jesús como verdadero y hermoso y deseable para ser un cristiano – y sólo Dios puede abrir esos ojos “, escribió.
“Dios usa padres, pastores, maestros y amigos para llevar a los niños a Cristo, pero ninguno de esas palancas es decisiva; Dios si es decisivo, es absolutamente crucial que ustedes como padres cargados no soporten más de lo que deben o pueden”.
A continuación, recomendó la oración, que él dijo es “absolutamente esencial e indispensable” en momentos como estos.
Agregó que la madre debe de encontrar un equilibrio entre su desconcierto por su hija, y al mismo tiempo expresar “alegría y gozo en la cara por dicho sufrimiento”, como se encuentra a través del poder de Dios.
“Tu hija, en efecto, tu propia conciencia, necesita ver que ella no tiene el poder de anular la esperanza y la alegría que sientes en Cristo”.
“Ella no necesita sentir que tienes ese poder. Eso sería muy falso si ella sentiera eso”, escribió Piper.
“Ella necesita sentir que es importante y que está profundamente triste por su condición espiritual, pero también necesita ver la realidad de lo que le falta, a saber, su disfrute inefable de la gracia de Dios, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4: 7), y la bondad de Dios y el poder de Dios en su vida. ”
El teólogo continuó recordándole a la madre que su hija aún vive bajo su techo, y por lo tanto está bajo su autoridad, lo que significa que el Evangelio debe ser importante en el hogar.
Al mismo tiempo, advirtió en contra de convertir “todas las noches en una parrilla sobre su fe”, y aconsejó a la madre programar fechas periódicas de almuerzo donde las dos puedan conversar acerca de temas espirituales.
El siguiente consejo de Piper fue dirigido a la madre misma, recordándole que ella requiere “alimentar su alma con la comida de la verdad bíblica, especialmente las historias sobre cómo el dolor presente y la aparente desesperanza es un preludio de la alegría”.
Piper también aconsejó a la madre no poner a su hija en el paredón. Ella necesita ver a sus padres “amar a Jesús en el mundo”. Y, le instó a no desesperarse.
“Dios ama escuchar tus oraciones, El pone tus lágrimas en una botella (Salmo 56: 8), y derrama de su gracia a su debido tiempo”, aclaró.
Piper ha escrito numerosas columnas de consejos sobre padres y niños en su camino de fe, y en agosto dijo que es muy importante que los niños vean a sus padres adorando a Dios.
“No puedes impartir lo que no posees y esto es lo que tus hijos deben saber, para que ellos lleguen a la adoración auténtica. La adoración sincera es lo más valioso de la experiencia humana. El efecto acumulativo de 650 servicios de adoración invertidos con mamá y papá en auténtica comunión con Dios y su pueblo entre las edades de 4 y 17 es totalmente incalculable “, dijo en ese momento.
Fuente: gacetacristiana.com.ar
