Mesías
noviembre 03, 2016
JESUCRISTO ES DIOS
A continuación, veremos algunos
textos que confirman que ese Dios que se reveló en tiempos antiguos, con el
nombre de Jehová, (o Yahvé según traducción), es el mismo que se ha revelado en
estos postreros días con el nombre y en la persona de Jesucristo. (Hebreos 1:
1-2).
– Miqueas 5: 2 dice: “Y tú, oh Belén Efrata, el demasiado
pequeño para llegar a estar entre los miles de Judá, de ti me saldrá aquel que
ha de llegar a ser gobernante en Israel, cuyo origen es de tiempos tempranos,
desde los días de tiempo indefinido.”
Aquí vemos por un lado que sería el gobernante de Israel, y por otro, que sus
días son de tiempos indefinidos, esto es, desde la eternidad; No
creado, sino desde siempre. Esto solo puede corresponder por simple lógica
a Dios, pero que en ésta profecía se refería claramente a Jesús, quien nacería
en Belén.
– En Isaías capítulo siete versículo catorce dice:
– En Isaías capítulo siete versículo catorce dice:
La doncella misma
realmente llegará a estar encinta, y ella está dando a luz un hijo, y
ciertamente le pondrá por nombre Emanuel.
El nombre Emanuel significa, como todos sabemos, “con
nosotros está Dios”; así que ese niño que nació en Belén, era el mismísimo
Dios con nosotros (Mateo 1: 23 y Filip. 2: 5-7).
En Isaías capítulo nueve versículo seis dice:
Porque un niño nos ha
nacido, un hijo se nos ha dado; y el gobierno principesco vendrá a estar sobre
su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios
Poderoso, Padre
Eterno, Príncipe de Paz.
Estos calificativos en singular, por puro sentido común, solo le
corresponden al único Dios Verdadero, y se está refiriendo a Jesucristo. ¿A
quién si no se le puede llamar Padre si no a Dios? Jesús dijo:
“No llamen padre de
ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial” (Mateo 23: 9).
Ezequiel capítulo treinta y cuatro versículo once dice:
“Porque esto es lo que ha dicho el Señor Jehová:
Aquí estoy, yo
mismo,
y ciertamente buscaré
a mis ovejas y las cuidaré…Yo
mismo apacentaré a mis ovejas y yo
mismo haré que se recuesten”.
Es sabido que el Pastor de Israel es Jehová (Salmo 23), y como
podemos ver claramente en el versículo anterior, Él mismo vendría a buscar a
sus ovejas. Pues bien, ésta profecía de Ezequiel 34 se cumplió en la persona de
nuestro Señor Jesucristo. En el capítulo 10 del Evangelio de Juan, Jesucristo
se presenta como el Buen Pastor, no sólo de Israel, sino de todos; a quien
pertenecen las ovejas y éstas le oyen y le siguen. No hay más que comparar
Ezequiel 34 con Juan 10, para darse cuenta, que Jesucristo es Dios, el Pastor
que iba a venir en busca de sus ovejas.
Cuando Él se llama el Buen
Pastor, debemos recordar cuando aquel joven rico en Mateo 19: 16, 17 llamó
a Jesús: “bueno” y Jesús le respondió diciendo:
¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios.
Por consiguiente, cuando Él se llama el Buen Pastor, no está más
que confirmando que Él es Dios. Por eso los judíos le apedrearon, porque decían
que siendo hombre, se hacía Dios (Juan 10: 33).
En Isaías capítulo cuarenta y cuatro versículo seis, dice:
Así dijo Jehová Rey de
Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy
el primero, y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.
Vamos a demostrar que el Dios que se manifestó al pueblo de
Israel en el primer pacto con el nombre de Jehová, es el mismo Dios que se ha
manifestado en el segundo pacto con el nombre de Jesucristo:
En Revelación capítulo uno versículo siete y ocho dice:
He aquí que viene con
las nubes, y todo ojo lo verá, y los que le traspasaron, y todos los linajes de
la tierra harán lamentación por él. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin,
dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
En Mateo capítulo 24, concretamente en el versículo 30 dice:
… y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo.
Así que, el que vendrá con las nubes, es al que traspasaron, es el Alfa y
la Omega, principio y fin, el Todopoderoso.
En Revelación capítulo 1 versículos 17 y 18 de nuevo dice:
No temas; yo soy el
primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por
los siglos de los siglos.
En Revelación capítulo 2 versículo 8, de nuevo dice:
El primero y el último,
el que estuvo muerto y vivió dice esto.
En Revelación capítulo 22 versículos 12 y 13, nuevamente dice el Señor:
“He aquí yo
vengo pronto… Yo soy el Alfa y la Omega, el
principio y el fin, el primero y el último.”
Si tomamos las palabras: ALFA (primera letra del alfabeto griego) PRIMERO y PRINCIPIO, vemos que son palabras
sinónimas, es decir, tienen el mismo significado. Igualmente, las palabras: OMEGA (última letra del alfabeto
griego), ÚLTIMO, y FIN, son
palabras que tienen el mismo significado.
Por tanto, el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último… es el mismo: JESUCRISTO, el que es y que era y ha de venir, el Todopoderoso, (1:8), el primero y el último, el que estuvo muerto y vivió (2:8).
Juan en su primera carta en el capítulo 5, versículo 20 dice:
Pero sabemos que el Hijo
de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es
verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste
es el verdadero Dios, y la vida eterna. ¡Sin duda!
Cuando vemos en las Escrituras que el Hijo se somete al Padre y
hace todo lo que Él manda, haciéndose inferior a Éste, es para darnos el
ejemplo perfecto de la manera que como hijos adoptivos, debemos dirigirnos y
someternos al Padre, en definitiva, para que sepamos cómo debemos conducirnos
como hijos de Dios, durante nuestro peregrinaje aquí en la tierra y así llegar
al Reino de los Cielos.
En Juan capítulo uno versículo dieciocho dice:
” A Dios nadie lo ha
visto jamás; el Dios unigénito que está en el seno del Padre, él lo ha
revelado.”
En la versión de los Testigos de Jehová, este pasaje ha sido adulterado. Añaden la palabra “hombre” que para nada aparece en el texto griego, y lo peor de todo es que escriben “Dios” en minúscula. Esto sólo se puede hacer intencionadamente. No quieren admitir que Jesucristo a quién se refiere este texto, es Dios en mayúsculas (ver texto griego), falsificando así La Palabra. Isaías 44:6 dice: “FUERA DE MÍ NO HAY DIOS”. De la misma manera que no podemos llamar Padre a nadie más que al que está en los Cielos, tampoco podemos llamar Dios más que al único, al verdadero, al que nos ha salvado; Jesucristo.
En Filipenses 2: 5 – 8, el apóstol Pablo nos narra claramente,
esa transformación del Padre Eterno (Isaías 9: 6), al Dios Hijo,
(Jesucristo) diciendo:
“Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, siendo
en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí
mismo,
tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
En Romanos capítulo 9 versículo 5 dice:
De quienes son los
patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual
es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
En 1ª Timoteo capítulo 2 versículo 5 dice:
“Porque hay un
solo Dios, y un solo
mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
En Colosenses capítulo 2 versículo 9 dice:
“Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad”
Ante estas evidencias de que Jesús es ese niño que nos nació según Isaías 9:6 y
que sería llamado Padre Eterno, solo nos cabe decir que es sin duda el mismo
Dios. Oigan lo que sigue: En el evangelio de Juan capítulo 14, había llegado la
hora en que el mismo Jesús se lo manifestara clara y rotundamente a sus
discípulos; en los versículos 7 – 9 dice:
Si me conocieseis
también a mi Padre conoceríais, y desde
ahora le conocéis, y le habéis visto.
Felipe le dijo al Señor Jesucristo:
Señor muéstranos al
Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y
no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre, ¿cómo
pues, dices tú: Muéstranos al Padre? (Sobran explicaciones).
Jesucristo en el versículo 6 del mismo capítulo 14, ya confesó que Él es Dios
el Padre Eterno, diciendo:
Yo soy El Camino, y La
Verdad, y La Vida.
¿Quién puede atribuirse esto sino sólo Dios?
En Colosenses 1: 15, hablando del amado Hijo dice:
“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación (Juan 14:9).”
En Cristo se manifiesta la deidad una y otra vez. Los mismos
judíos lo entendieron, y por eso querían acabar con él. En Juan 5: 18 se nos
dice:
“A causa de esto
realmente, los judíos procuraban con más empeño matarlo, porque no solo
quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose
igual a Dios”.
En Hebreos 5:5-6 y 7:1-3, se nos dice claramente:
“Cristo hecho sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cuyo nombre significa primeramente Rey
de Justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de Paz; sin padre, sin madre, sin genealogía;
que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de
Dios,
permanece sacerdote para siempre”.
¿Quién puede ser éste Sacerdote Eterno, que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sin padre, sin madre, sin genealogía, hecho semejante al Hijo de Dios? ¡No puede estar más claro!
Los Testigos de Jehová, yerran porque ignoran las Escrituras y
el poder de Dios. Los líderes usan libros como “El conocimiento que lleva a la
vida eterna” o “¿Qué enseña realmente la Biblia?”, y revistas como “La Atalaya”
o “Despertad” y folletos varios… En ellos, manipulan la Verdad y engañan a
muchos usando textos bíblicos fuera de su contexto real, para conducirlos a sus
ideologías e intereses. Para que esto funcione, los Testigos de Jehová, son
adiestrados a regirse solo por sus libros y revistas, y no admiten ningún otro
documento para que pueda ser contrastado con la Biblia, como por ejemplo este
folleto que hemos escrito.
Las Sagradas Escrituras, en cambio, nos dice que probemos si los espíritus son de Dios,
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo (1ª Juan 4: 1).
Los Testigos de Jehová, tienen traducida su Biblia de una
“versión inglesa”, y a los traductores lo mantienen en anonimato, no sabemos por
qué. Si comparamos su última versión (digo la última porque han tenido varias),
con la versión de 1.967 de encuadernación verde, en la que tradujeron
correctamente Hebreos capítulo uno versículo seis donde dice:
…que todos los ángeles de Dios adoren a Jesús.
Comprobaremos una vez más, que cuando ellos (los líderes) se
dieron cuenta que esto conllevaba el admitir que Jesús es Dios, pues
solo a Dios hemos de adorar (Mateo
4: 10), la quitaron sutilmente de circulación, sustituyéndola por otra
versión en la que cambiaron la palabra “adoren”
por la de “rindan homenaje”…,
y así han hecho con todas las palabras dónde a Jesús se le adora,
cambiándolas por la de “rindieron homenaje”
“Mis ovejas oyen mi voz
y yo las conozco, y me siguen y yo les doy vida eterna” (Juan 10: 27, 28)
Medite: Jesús es el nombre sobre todo nombre (Filipenses 2: 9)
“No
hay otro nombre debajo del cielo en el que podamos ser salvos” (Hechos
4: 12, y 1 Corintios 3:11).