vida
enero 30, 2016
Excavando hasta la raíz del árbol de la vida, hace 3.800 millones de años
Investigadores
del Instituto de Tecnología de Georgia aprovechan información de las
células en la Tierra para trazar la evolución del árbol de la vida
desde su raíz, hace 3.800 millones de años.
Financiados
por la NASA, estos expertos han aprendido que la vida es una taquígrafa
maestra en la escritura, reescritura y grabación de su historia en las
estructuras biológicas complejas.
Algunas
de las claves para desbloquear el origen de la vida se hallan
encriptados en el ribosoma, el conjunto más antiguo de la vida y más
universal de las moléculas. El ribosoma de hoy convierte la información
genética (ARN) en proteínas que llevan a cabo diversas funciones en un
organismo, pero el propio ribosoma ha cambiado con el tiempo.
Su historia muestra cómo moléculas simples unieron sus fuerzas para inventar la biología y su estructura actual registra antiguos procesos biológicos que se produjeron en la raíz del árbol de la vida, hace unos 3.800 millones de años.
Su historia muestra cómo moléculas simples unieron sus fuerzas para inventar la biología y su estructura actual registra antiguos procesos biológicos que se produjeron en la raíz del árbol de la vida, hace unos 3.800 millones de años.
Mediante
el examen de las variaciones en el ARN ribosomal en las células
modernas, los científicos pueden visualizar la cronología de la vida muy
atrás en la historia, especificando estructuras moleculares, reacciones
y eventos cerca de los orígenes bioquímicos de la vida.
"La
biología es un gran guardián de los registros --dice Loren Williams,
profesor en la Escuela Técnica de Química y Bioquímica de Georgia e
investigador principal del Centro para la Adaptación y Evolución del
Ribosoma 2009-2014 de Georgia Tech en el Instituto de Astrobiología de
la NASA--. Estamos pensando cómo leer algunos de los registros más
antiguos de la biología para entender los procesos pre-biológicos, el
origen de la vida y la evolución de la vida en la Tierra".
Al
igual que los anillos en el tronco de un árbol, el ribosoma contiene
componentes que funcionaban desde el principio de su historia. El centro
del tronco registra la juventud del árbol y los anillos sucesivos
representan cada año de la vida del árbol, con la capa más externa
registrando el presente. Del mismo modo que el núcleo del tronco de un
árbol no ha cambiado con el tiempo, todos los ribosomas modernos
contienen un núcleo común que data de hace 3.800 millones de años y que
es el mismo en todos los organismos vivos, incluyendo los seres humanos.
"El
ribosoma registró su historia --apunta Williams--. Es acreción y se
hizo más grande y más grande con el tiempo. Pero las partes más antiguas
se congelaron continuamente después de que se adhirieron, al igual que
los anillos de un árbol. A pesar de todo lo largo que vivan los árboles,
los anillos interiores no cambian. El núcleo del ribosoma es más
antiguo que la biología, producido por procesos evolutivos que todavía
no entendemos muy bien".
UNA MIRADA A LAS CONDICIONES AMBIENTALES DE LA TIERRA
Explotar
esta capacidad de mantenimiento de registros de los ribosomas revela
cómo la biología ha cambiado con el tiempo, pero también puede apuntar a
las condiciones ambientales de la Tierra en la que la biología
evolucionó y ayuda a aportar información en la búsqueda de vida en otros
lugares del Universo.
"Este
trabajo nos permite mirar atrás en el tiempo más allá de la raíz del
árbol de la vida --el antepasado de todas las células modernas--, hasta
un momento en que las proteínas y los ácidos nucleicos aún no se había
convertido en la base de toda la bioquímica --detalla Carl Pilcher,
director del Instituto de Astrobiología de la NASA--. Nos ayuda a
entender algunas de las primeras etapas en el desarrollo de la vida en
la Tierra y podemos orientar nuestra búsqueda de ambientes
extraterrestres donde la vida pudo haberse desarrollado".
Mediante
rebobinado, ingeniería inversa y reproducción de esa antigua cinta
ribosomal, los investigadores están descubriendo los secretos de la
creación y están respondiendo a preguntas existenciales fundamentales
acerca de nuestro lugar en el Universo, como explican los autores en un
artículo que se publica este lunes en 'Proceedings of the National
Academy of Sciences'.
Mediante
el estudio de más adiciones a los ribosomas, el equipo de investigación
halló "huellas moleculares" que muestran dónde se hicieron inserciones,
lo que les permite discernir las reglas por las que creció. Usando una
técnica que ellos llaman método comparativo estructural, lograron
modelar el desarrollo del ribosoma en gran detalle.
"Al
coger ribosomas de una serie de especies --los seres humanos, la
levadura, varias bacterias y arqueas-- y mirar las partes exteriores que
son variables, vimos que había reglas muy específicas que rigen la
forma en que cambian --detalla Williams--. Tomamos esas reglas y las
aplicamos a la base común, lo que nos permitió ver todo el camino de
vuelta a los primeros pedazos de ARN".
Algunas
pistas en el camino ayudaron. Por ejemplo, aunque el ARN es ahora
responsable de la creación de proteínas, la vida muy temprana no tenía
proteínas. En busca de las regiones del ribosoma que no contienen
proteínas, los expertos pudieron determinar que los elementos existían
antes de la llegada de las proteínas. "Una vez que el ribosoma obtuvo
una cierta capacidad, cambió su naturaleza", afirma Williams.
Si
bien el núcleo ribosomal es el mismo en todas las especies, lo que ha
añadido en la cumbre difiere. Los seres humanos tienen el mayor
ribosoma, que abarca unos 7.000 nucleótidos que representan un
crecimiento espectacular desde el centenar de pares de bases en el
principio. "Lo que estamos hablando es de pasar de oligómeros cortos,
piezas cortas de ARN, a la biología que vemos hoy --señala Williams--.
El aumento en el tamaño y la complejidad es alucinante".
Más
allá de la comprensión de cómo se produjo la evolución, este
conocimiento del desarrollo del ribosoma podría tener aplicaciones más
prácticas para la salud hoy en día. "El ribosoma es uno de los objetivos
principales de los antibióticos, por lo que entender su arquitectura a
lo largo de biología podría ser de gran beneficio --apunta Williams--.
Mediante el estudio de los ribosomas, podemos empezar a pensar en la
biología de una manera diferente. Podemos ver la relación simbiótica
entre el ARN y las proteínas".
Fuente: Ciencia plus