supremacia
febrero 11, 2016
Jesse Owens, el negro que calló a Hitler
Inauguro nueva sección, ‘Personajes’. En ella he pensado incluír esos pensajes que de una forma u otra admiro por lo que representan, representaron o representarán en el futuro. Uno de ellos es Jesse Owens, el atleta afroamericano que pudo con la soberbia supremacía aria, que logró el aplauso de berlineses afines a Hitler, que le mostró a los alemanes que ser negro no era ser inferior…
Corría 1936. Owens viaja a Berlín para participar con el equipo de Estados Unidos en los Juegos Olimpicos, unos juegos que Hitler pretendía utilizar para demostrar la superioridad de la Alemania nazi. Hitler pensaba que sus arios dominarían con enorme firmeza todas las disciplinas.
Owens gana lo que nadie pensaba que podría ganar: cuatro medallas de oro: el 3 de agosto en los 100 metros lisos derrotando a Ralph Metcalfe; el 4 de agosto en salto de longitud, después de que su rival alemán Luz Long le diera algunos consejos (por lo que luego fue muy criticado por sus paisanos); el 5 de agosto en 200 metros lisos; y en relevos 4×100 metros. La marca de ganar cuatro medallas de oro en unas olimpiadas no fue igualada hasta 1984 por otro atleta negro: Carl Lewis.
De aquellos días se dice que Hitler salió del estadio antes de lo previsto con el rabo entre las piernas. Los directivos del comité Olímpico insisten entonces a Hitler en que aplauda a todos los medallista o a ninguno. Hitler opta por la segunda opción y no está en las siguientes presentaciones de medallas.
Más allá de sus logros deportivos, Jesse Owens logró un hito histórico que marcó un antes y un después. Los alemanes comenzaban a dudar de su superioridad frente al mundo.
Owens, antes de morir en el 80 por un cáncer de pulmón fue galardonado con numerosos premios como la Medalla de Oro del Congreso o la Medalla Presidenciald de la Libertad.
Owens logrando una de las medallas
Corría 1936. Owens viaja a Berlín para participar con el equipo de Estados Unidos en los Juegos Olimpicos, unos juegos que Hitler pretendía utilizar para demostrar la superioridad de la Alemania nazi. Hitler pensaba que sus arios dominarían con enorme firmeza todas las disciplinas.
Owens gana lo que nadie pensaba que podría ganar: cuatro medallas de oro: el 3 de agosto en los 100 metros lisos derrotando a Ralph Metcalfe; el 4 de agosto en salto de longitud, después de que su rival alemán Luz Long le diera algunos consejos (por lo que luego fue muy criticado por sus paisanos); el 5 de agosto en 200 metros lisos; y en relevos 4×100 metros. La marca de ganar cuatro medallas de oro en unas olimpiadas no fue igualada hasta 1984 por otro atleta negro: Carl Lewis.
De aquellos días se dice que Hitler salió del estadio antes de lo previsto con el rabo entre las piernas. Los directivos del comité Olímpico insisten entonces a Hitler en que aplauda a todos los medallista o a ninguno. Hitler opta por la segunda opción y no está en las siguientes presentaciones de medallas.
Más allá de sus logros deportivos, Jesse Owens logró un hito histórico que marcó un antes y un después. Los alemanes comenzaban a dudar de su superioridad frente al mundo.
Owens, antes de morir en el 80 por un cáncer de pulmón fue galardonado con numerosos premios como la Medalla de Oro del Congreso o la Medalla Presidenciald de la Libertad.
Owens logrando una de las medallas
Fuente: erchonydecai.wordpress.com/