sexualmente
marzo 02, 2016
Pedofilia en colegio Marista de Barcelona
Manuel, cuyo hijo iba al Colegio Marista del barrio de Sants, ha denunciado al profesor Joaquín Benítez por abusar sexualmente de su hijo. Su hijo, sufrió abusos entre 2007 y 2010. A partir de la denuncia, salieron a la luz alrededor de 20 casos de abusos en la misma institución.
Manuel empapeló el barrio con el objetivo de encontrar más víctimas e información. Y, sorpresa, a día de hoy ya hay 14 exalumnos dispuestos a denunciar al pederasta. Benítez durante más de 35 años trabajó como profesor de gimnasia abusando de muchos niños (ni se recuerda de cuantos). Sin embargo, el pederasta confeso fue dejado en libertad, para asombro de todos.
No solo eso, sino que también han aparecido denuncias a otros profesores. Por los comentarios de los denunciantes, los tocamientos y peores cosas eran el pan de cada día.
Impunidad total para los pedófilos
A raíz de ésta denuncia salió a luz pública, que el profesor había dejado el Colegio 4 años atrás por haber abusado de otro menor. El profesor había admitido, en aquel entonces, los hechos. Sin embargo, el Colegio en lugar de expulsarlo y denunciarlo, arregla con el agresor una salida acordada. No solo eso, sino que las autoridades no informan a Ensenyament.
Este abuso llegó a la fiscalía de menores, pero se archivó la causa, ante el hecho que los padres del menor no quisieron denunciar. No obstante eso, el fiscal que puede obrar de oficio, no hizo absolutamente nada.
Lo cual deja a las autoridades maristas y al colegio totalmente en evidencia: ¿por qué no se investigó? ¿Por qué no se informó a Ensenyament? y ¿por qué el fiscal no indagó en asunto? ¿Es que nadie sabía nada? Se entiende el “culpables” que apareció pintado en el muro del Centro.
Las autoridades del Colegio ya conocían ese caso. En 2010, otra de las víctimas, les había recibido un correo electrónico. E incluso hubo algunos profesores que pillaron a los pederastas in fraganti. Según Manuel, habría un pacto de silencio funcionando en la institución.
Por una educación pública, de calidad y sobre todo laica
En las escuelas y colegios maristas, como en todas las instituciones educativas de la Iglesia, hay un manto que oscurece todo. Cada vez más sale a luz casos de pederastia. Hace poco tiempo en Granada se destaparon otros casos, los cuales fueron encubiertos por la jerarquía religiosa.
Esta situación nos lleva a preguntarnos, ¿Por qué la administración pública cofinancia estas escuelas? Precisamente, hace unos días el Parlament votó a favor de las subvenciones a instituciones educativas privadas (léase, la iglesia).
En una situación como la actual, se hace necesario acabar con la gestión de los Maristas sobre escuelas y colegios, acabar con todas sus subvenciones y que la administración pública se haga cargo de todas las instalaciones sin pago alguno. Y, como parte de ello, acabar con la educación privada.
Hay que nacionalizar todas las instalaciones educativas para ponerlas al servicio de la sociedad bajo una planificación diseñada por el personal docente, alumnos, padres y trabajadores. Hay que acabar con la materia religión en los centros educativos: ni obligatoria, ni optativa. La catequesis en las iglesias y con dinero de quien quiera financiarla.
Manuel empapeló el barrio con el objetivo de encontrar más víctimas e información. Y, sorpresa, a día de hoy ya hay 14 exalumnos dispuestos a denunciar al pederasta. Benítez durante más de 35 años trabajó como profesor de gimnasia abusando de muchos niños (ni se recuerda de cuantos). Sin embargo, el pederasta confeso fue dejado en libertad, para asombro de todos.
No solo eso, sino que también han aparecido denuncias a otros profesores. Por los comentarios de los denunciantes, los tocamientos y peores cosas eran el pan de cada día.
Impunidad total para los pedófilos
A raíz de ésta denuncia salió a luz pública, que el profesor había dejado el Colegio 4 años atrás por haber abusado de otro menor. El profesor había admitido, en aquel entonces, los hechos. Sin embargo, el Colegio en lugar de expulsarlo y denunciarlo, arregla con el agresor una salida acordada. No solo eso, sino que las autoridades no informan a Ensenyament.
Este abuso llegó a la fiscalía de menores, pero se archivó la causa, ante el hecho que los padres del menor no quisieron denunciar. No obstante eso, el fiscal que puede obrar de oficio, no hizo absolutamente nada.
Lo cual deja a las autoridades maristas y al colegio totalmente en evidencia: ¿por qué no se investigó? ¿Por qué no se informó a Ensenyament? y ¿por qué el fiscal no indagó en asunto? ¿Es que nadie sabía nada? Se entiende el “culpables” que apareció pintado en el muro del Centro.
Las autoridades del Colegio ya conocían ese caso. En 2010, otra de las víctimas, les había recibido un correo electrónico. E incluso hubo algunos profesores que pillaron a los pederastas in fraganti. Según Manuel, habría un pacto de silencio funcionando en la institución.
Por una educación pública, de calidad y sobre todo laica
En las escuelas y colegios maristas, como en todas las instituciones educativas de la Iglesia, hay un manto que oscurece todo. Cada vez más sale a luz casos de pederastia. Hace poco tiempo en Granada se destaparon otros casos, los cuales fueron encubiertos por la jerarquía religiosa.
Esta situación nos lleva a preguntarnos, ¿Por qué la administración pública cofinancia estas escuelas? Precisamente, hace unos días el Parlament votó a favor de las subvenciones a instituciones educativas privadas (léase, la iglesia).
En una situación como la actual, se hace necesario acabar con la gestión de los Maristas sobre escuelas y colegios, acabar con todas sus subvenciones y que la administración pública se haga cargo de todas las instalaciones sin pago alguno. Y, como parte de ello, acabar con la educación privada.
Hay que nacionalizar todas las instalaciones educativas para ponerlas al servicio de la sociedad bajo una planificación diseñada por el personal docente, alumnos, padres y trabajadores. Hay que acabar con la materia religión en los centros educativos: ni obligatoria, ni optativa. La catequesis en las iglesias y con dinero de quien quiera financiarla.
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