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septiembre 18, 2020

JOVEN SIRIA PERSEGUIDA POR MUSULMANES OYE A JESÚS: "NO TENGAS MIEDO"

Las bombas empezaban a caer cerca de la casa de Sozan, de 22 años, en el noroeste de Siria. Era octubre de 2019, Sozan temblaba, acurrucada con su familia en su casa por temor a las fuerzas turcas que estaban bombardeando Qamishli como parte de sus esfuerzos por establecer una "zona segura".

"Estábamos tan asustados", dijo Sozan. “Oré mucho. Escuchamos sonidos de explosiones. Dos bombas cayeron cerca de nuestra casa. Hannan, la esposa del pastor de nuestra iglesia, nos llamó y nos ofreció ir a su casa, que era más segura", recuerda.

La Iglesia Alianza, apoyada por Puertas Abiertas, se ha convertido en un centro de esperanza para apoyar a los cristianos perseguidos y a las personas necesitadas, como fue el caso de Sozan.

Pero no fueron solo los bombardeos los que pusieron en peligro la vida de Sozan. Antes de eso, tuvo que huir para salvar su vida después de convertirse del islam al cristianismo. "Después de que mi hermana y yo nos hicimos cristianas y comenzamos a asistir a la iglesia, la gente del pueblo comenzó a hablar mal de nosotras", dijo.

"Un día, unas seis semanas después de mi conversión, estaba con mi hermana Arya. Un grupo de musulmanes vino a herirnos. Dijeron que teníamos mala reputación y que deberían matarnos. Lloramos de miedo", dice. Sozan. “Pero entonces se me apareció Jesús. Y me dijo: 'No tengas miedo'. De repente, la gente se disculpó y se fue. Esto solo pudo haber sido obra de Dios”, testifica.

Convertirse en cristianas también hizo que Sozan y su hermana fueran condenadas al ostracismo por la comunidad musulmana. "La gente ya no quería tener contacto con nosotros", dijo Sozan. “No nos hablaban. Era como si no existiéramos”. "Luego, algunos musulmanes vinieron a ver a nuestro padre. Dijeron que nuestro padre tenía que encargarse de que nuestra vergüenza desapareciera", continúa Sozan.

Debido a esto, las hermanas se vieron obligadas a huir de Qamishli. "La vida para nosotros era un infierno antes de conocer a Jesús. Era como vivir en un bosque lleno de monstruos. Pero durante el horror, la iglesia se quedó con nosotros. Recibimos ayuda humanitaria y refugio cuando enfrentamos la persecución. Sentimos que Dios está con nosotros, que no nos dejará", afirma Sozan.

Fuente: impactoevangelistico.net