misa
julio 20, 2017
Convierten la iglesia en bar luego de cada misa dominical
En Brielen, un pequeño pueblo belga de sólo 700 habitantes, era costumbre que los asistentes a la iglesia se reunieran los domingos a tomar una cerveza luego de cada misa. Esto se convirtió en un problema después de que cerrara el último bar en el pueblo, pero el cura local estuvo más que encantado de mantener la tradición, convirtiendo la iglesia en un bar después de la misa del domingo.
Algunos dicen que el alcohol es la bebida del diablo, pero la iglesia protestante de Brielen, Bélgica, lo está utilizando para mantener a los feligreses felices y atraer más personas al rebaño. Después de que cerrara el último bar de la ciudad, aquellos que iban a la iglesia y se reunían todos los domingos después de misa con un vaso de cerveza fría, se vieron obligados ya sea a abandonar su tradición, o a visitar las aldeas vecinas. Fue un triste final a una costumbre muy popular, pero el cura local lo vio como una oportunidad de hacer algo bueno por sus fieles, y atraer a más gente a la iglesia.
Luego de pedir el permiso a las autoridades locales, el sacerdote anunció que todos los domingos, después de la misa, los asistentes eran más que bienvenidos a utilizar la iglesia como bar, y beber toda la cerveza que quisieran, al igual que antes. Incluso instaló una barra de verdad en la iglesia y, tan pronto como se termina su sermón, aparecen las sillas y mesas de madera con manteles blancos para que los fieles se sientan como si estuvieran en su antiguo pub.
Los feligreses pueden beber toda la cerveza que deseen, pero el cura ha establecido algunas reglas claras. La más importante es que tienen que asistir a la misa con el fin de ser admitidos en el bar. Esto ayuda a la iglesia a cumplir con su propósito de acercar la religión a la gente y la gente tiene su bar nuevamente. ¡Todo el mundo gana!
Para evitar que la iglesia se convierta en un lugar de libertinaje, la música y el baile están prohibidos, y los clientes deben salir antes de las 13:00 hs. Esto les da tiempo suficiente para beber mucha cerveza, pero no lo suficiente como para emborracharse demasiado.
Fuente: periodismo.com
Algunos dicen que el alcohol es la bebida del diablo, pero la iglesia protestante de Brielen, Bélgica, lo está utilizando para mantener a los feligreses felices y atraer más personas al rebaño. Después de que cerrara el último bar de la ciudad, aquellos que iban a la iglesia y se reunían todos los domingos después de misa con un vaso de cerveza fría, se vieron obligados ya sea a abandonar su tradición, o a visitar las aldeas vecinas. Fue un triste final a una costumbre muy popular, pero el cura local lo vio como una oportunidad de hacer algo bueno por sus fieles, y atraer a más gente a la iglesia.
Luego de pedir el permiso a las autoridades locales, el sacerdote anunció que todos los domingos, después de la misa, los asistentes eran más que bienvenidos a utilizar la iglesia como bar, y beber toda la cerveza que quisieran, al igual que antes. Incluso instaló una barra de verdad en la iglesia y, tan pronto como se termina su sermón, aparecen las sillas y mesas de madera con manteles blancos para que los fieles se sientan como si estuvieran en su antiguo pub.
Los feligreses pueden beber toda la cerveza que deseen, pero el cura ha establecido algunas reglas claras. La más importante es que tienen que asistir a la misa con el fin de ser admitidos en el bar. Esto ayuda a la iglesia a cumplir con su propósito de acercar la religión a la gente y la gente tiene su bar nuevamente. ¡Todo el mundo gana!
Para evitar que la iglesia se convierta en un lugar de libertinaje, la música y el baile están prohibidos, y los clientes deben salir antes de las 13:00 hs. Esto les da tiempo suficiente para beber mucha cerveza, pero no lo suficiente como para emborracharse demasiado.
Fuente: periodismo.com