vida
noviembre 23, 2018
Sin fe es imposible agradar a Dios
Podemos conocer las cosas correctas acerca de Dios y en el sentido bíblico no necesariamente creer en Él. La calidad de fe que tenemos en Jesús es la que nos lleva a que nos comprometamos, apoyemos y confiemos completamente en Él. Esa fe es la que nos lleva a un cambio radical de actitud y estilo de vida.
Tal vez hasta nos sorprenda saber que los demonios y el diablo, no son ni ateos, ni agnósticos. El diablo y sus demonios creen en la existencia de Dios. Ellos creen en la deidad de Jesucristo. Ellos creen que la Biblia es la Palabra de Dios. Creen que Jesús viene otra vez.
Así que se podría decir, en un sentido muy limitado, que el diablo y sus demonios son ortodoxos en sus creencias. Son ortodoxa en el sentido de que creen las cosas correctas acerca de Dios. Pero es la fe de un diablo. El diablo nunca va a ser salvado o modificado de alguna manera. La Biblia es clara en cuanto a su origen, su agenda y su destrucción final. (1)
Verdadera fe en un mundo real.
En nuestra vida cotidiana con mucha frecuencia nos encontramos con personas que están pasando momentos difíciles y como demostración de nuestra empatía se nos hace fácil decirle confía y ten fe en Dios.
No obstante, a veces recibimos esas mismas palabras de otras personas cuando somos nosotros los que estamos en momentos de dificultad, y no consideramos estas palabras como el mismo Dios a través de alguién nos está hablando.
Si venimos a nuestro Padre Celestial, oramos y le entregamos nuestra dificultad, deberíamos tener la fe de que ya hemos hecho lo primero y más importante que hay que hacer en ese momento. Pero no, por lo general continuamos questionándonos por los resultados.
El momento de preocuparnos es cuando estamos viviendo en la desobediencia. No debemos preocuparnos por lo desconocido si estamos caminando en fe, creyendo y siguiendo a Dios.
Un simple y práctico patrón que debemos aplicar en nuestras vidas para desarrollar la fe que Dios requiere de nosotros, la fe que mueve montañas, puede ser:
1. Entregarnos por entero a Dios y poner nuestras dificultades en sus manos.
2. Reemplazar pensamientos negativos con las promesas de Dios.
“Me invocará, yo le responderé; Con él estaré en la angustia; Lo libraré y le glorificaré”. (Salmo 91:15)
3. Pedirle a Dios que nos conforte y llene nuestro corazón con entendimiento y paciencia. (2)
4. Esperar el favor de Dios en todas nuestras circunstancias. “Muchas son las aflicciones de los justos, pero el Señor lo libera de todas ellas”. – Salmo 34:19 (3).
El corazón de Dios se rompió cuando el pecado entró en la vida de Adán y Eva y se robó esa relación.
No obstante, cuando Dios abandonó a Su Hijo en la cruz, porque Jesús en ese momento llevo en su cuerpo todos nuestros pecados, y Dios no acepta pecado.
Dios estaba restaurando la oportunidad para nosotros para regresar a su maravilloso plan inicial, el cual es tener una comunión con Dios.
Desde entonces, podemos de nuevo a través de la fe en Jesús compartir nuestras vidas con Nuestro Padre Celestial y recibir sus bendiciones y complacerlo con nuestra confianza en Él, ya que así no los ha dicho en sus palabras: Hebreos 11:6 “ Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan”.
Fuente: sanandolatierra.org