sudamericano
septiembre 06, 2016
Brasil tuvo tres presidentes en un día
Dilma Rousseff, Michel Temer y Rodrigo Maia se sucedieron este miércoles en la Presidencia de Brasil en el día en el que aparentemente llegó a su fin la mayor crisis política en dos décadas en el gigante sudamericano.
El día comenzó con Rousseff como presidente suspendida y Temer como mandatario interino, y terminó con Temer como jefe de Estado en pleno derecho y Maia, el presidente de la Cámara de Diputados, como el interino ante el viaje del nuevo titular al exterior.
Temer prestó juramento como jefe de Estado tres horas y diez minutos después de que el Senado destituyera definitivamente a Rousseff.
Un par de horas después de asumir y tras encabezar la primera reunión formal de su Gabinete, embarcó rumbo a China para participar en la Cumbre del G 20.
Según la Presidencia, antes de embarcar, en una ceremonia rápida, protocolaria y sin la presencia de la prensa, dejó como interino a Maia, elegido presidente de la Cámara de Diputados hace pocas semanas y ahora el primero en la línea de sucesión en un país que ya no tiene vicepresidente.
Rousseff, reelegida en las urnas en 2014 pero que estaba suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo pasado, fue definitivamente separada del cargo en un juicio político en el Senado, que, por 61 votos a favor y 20 en contra, la halló culpable de “crímenes de responsabilidad”, los que constitucionalmente justifican una destitución presidencial, por las maniobras con las que supuestamente intentó maquillar las cuentas públicas.
Y Temer, su hasta hace poco vicepresidente y que ejercía interinamente desde el 12 de mayo, se convirtió en el jefe de Estado de Brasil de pleno derecho automáticamente con la destitución de su antigua jefa, y formalmente con el juramento que prestó en la misma sala del Senado que acababa de ser testigo de la destitución de Rousseff.
Pero Temer ya tenía planeado su viaje para la Cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou, donde debutará internacionalmente, y prosiguió con los planes sin recelos de dejarle provisionalmente el poder a Maia, dirigente de uno de los partidos que más se empeñó por ponerle fin a los tres años y medio de Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
El dirigente del partido derechista Demócratas (DEM) asumió la presidencia de la Cámara de Diputados en julio pasado para sustituir al dimisionario Eduardo Cunha, que fue quien admitió a trámite en diciembre pasado el proceso político que concluyó este miércoles con la destitución de Rousseff y que puso fin a la incertidumbre política en Brasil.
Cunha, que renunció a la presidencia de la Cámara baja salpicado por diferentes denuncias de corrupción, fue acusado por Rousseff de haber planeado el “golpe de Estado” del que se dijo víctima.
En la reunión que tuvo con sus ministros tras jurar el cargo, Temer le pidió a los colaboradores que divulguen que decidió viajar a China precisamente para “revelar a los ojos del mundo que tenemos estabilidad política y seguridad jurídica”.
Agregó que, además de las reuniones con los gobernantes de los veinte países más desarrollados y de los emergentes los días 4 y 5 de septiembre, será recibido el próximo viernes por el presidente de China, Xi Jinping, y tendrá encuentros paralelos como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Nayef.
El nuevo presidente brasileño explicó que su intención es dejar claro que Brasil recuperó la estabilidad política y económica en un intento por atraer nuevas inversiones para el país.
Fuente: eldia.com.do
El día comenzó con Rousseff como presidente suspendida y Temer como mandatario interino, y terminó con Temer como jefe de Estado en pleno derecho y Maia, el presidente de la Cámara de Diputados, como el interino ante el viaje del nuevo titular al exterior.
Temer prestó juramento como jefe de Estado tres horas y diez minutos después de que el Senado destituyera definitivamente a Rousseff.
Un par de horas después de asumir y tras encabezar la primera reunión formal de su Gabinete, embarcó rumbo a China para participar en la Cumbre del G 20.
Según la Presidencia, antes de embarcar, en una ceremonia rápida, protocolaria y sin la presencia de la prensa, dejó como interino a Maia, elegido presidente de la Cámara de Diputados hace pocas semanas y ahora el primero en la línea de sucesión en un país que ya no tiene vicepresidente.
Rousseff, reelegida en las urnas en 2014 pero que estaba suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo pasado, fue definitivamente separada del cargo en un juicio político en el Senado, que, por 61 votos a favor y 20 en contra, la halló culpable de “crímenes de responsabilidad”, los que constitucionalmente justifican una destitución presidencial, por las maniobras con las que supuestamente intentó maquillar las cuentas públicas.
Y Temer, su hasta hace poco vicepresidente y que ejercía interinamente desde el 12 de mayo, se convirtió en el jefe de Estado de Brasil de pleno derecho automáticamente con la destitución de su antigua jefa, y formalmente con el juramento que prestó en la misma sala del Senado que acababa de ser testigo de la destitución de Rousseff.
Pero Temer ya tenía planeado su viaje para la Cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou, donde debutará internacionalmente, y prosiguió con los planes sin recelos de dejarle provisionalmente el poder a Maia, dirigente de uno de los partidos que más se empeñó por ponerle fin a los tres años y medio de Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
El dirigente del partido derechista Demócratas (DEM) asumió la presidencia de la Cámara de Diputados en julio pasado para sustituir al dimisionario Eduardo Cunha, que fue quien admitió a trámite en diciembre pasado el proceso político que concluyó este miércoles con la destitución de Rousseff y que puso fin a la incertidumbre política en Brasil.
Cunha, que renunció a la presidencia de la Cámara baja salpicado por diferentes denuncias de corrupción, fue acusado por Rousseff de haber planeado el “golpe de Estado” del que se dijo víctima.
En la reunión que tuvo con sus ministros tras jurar el cargo, Temer le pidió a los colaboradores que divulguen que decidió viajar a China precisamente para “revelar a los ojos del mundo que tenemos estabilidad política y seguridad jurídica”.
Agregó que, además de las reuniones con los gobernantes de los veinte países más desarrollados y de los emergentes los días 4 y 5 de septiembre, será recibido el próximo viernes por el presidente de China, Xi Jinping, y tendrá encuentros paralelos como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Nayef.
El nuevo presidente brasileño explicó que su intención es dejar claro que Brasil recuperó la estabilidad política y económica en un intento por atraer nuevas inversiones para el país.
Fuente: eldia.com.do