Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

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octubre 18, 2017

¿Debo asistir a la boda de un amigo o familiar homosexual?

Haga más que simplemente decir “no”

Toda buena teología pastoral empieza con Jesús. Los Evangelios nos dan ejemplos claros de cómo Jesús se relaciona con aquellos cuyos estilos de vida no son santos. Come con los cobradores de impuestos, convive con prostitutas, y se atreve a hablar con los extranjeros impuros. Jesús no tiene el menor problema en convivir con pecadores.

Basándonos en dicho razonamiento, por lo tanto, podemos concluir que los Cristianos no debieran tener ningún problema en asistir a una boda gay, aunque no estén de acuerdo con ella. Jesús en su trato pastoral en muy pocas ocasiones juzgó a los demás. Claro que, como la sal y la luz de Dios, somos llamados a ir a los no creyentes, vivir con ellos, y orar por ellos a través de sus gozos y sus tristezas con la esperanza de testificar de Cristo.

Pero existe otra perspectiva: El matrimonio es una ordenanza dada por Dios que habla más que simplemente sobre el amor entre dos personas. La enseñanza bíblica en relación al matrimonio nos muestra que un hombre y una mujer son un símbolo de la unión de Cristo y su iglesia. El libro de Apocalipsis visualiza la gran fiesta de bodas al final de los tiempos, la unión del Novio y su novia.

Así que practicar el matrimonio incorrectamente es un acto de idolatría. Es un rechazo de ambas cosas, la ordenanza dada por Dios y el significado de dicha ordenanza. Puesto que el género de los participantes en un matrimonio es importante, mezclar los sexos de los dos participantes destruye el punto que el matrimonio debía representar. ¿Cómo puede un Cristiano involucrarse en tal cosa?

Como muchos Cristianos, me encuentro jalado en distintas direcciones en este asunto apremiante. Describo mi perspectiva como “post gay.” El día de hoy, tengo una esposa y una familia. Hace algunos años, decidí que mi orientación hacia personas del mismo sexo no me iba a definir. Me rehusé a aceptar la idea de que la atracción a personas del mismo sexo le da validez a tener comportamientos homosexuales.

Pero mi corazón desea caminar al lado de mis amigos homosexuales y celebrar el gozo que ellos han alcanzado. Cristo compartió su vida con pecadores con profundos fallos. Mi mente, que ha sido entrenada teológicamente, se da cuenta que necesitamos tomar decisiones basadas en el testimonio bíblico claro.

Aquí está mi respuesta: Hubo ocasiones cuando Jesús clara y públicamente identificó conducta pecaminosa como tal y lo que era—volcando las mesas de los cambiadores de monedas en el templo, por ejemplo. Quizás la cosa más Cristiana que hacer es declinar amablemente la invitación a la boda y explicar el por qué. Diga “no”—pero no termine la conversación allí.

El uso de la razón por sí sola es raramente suficiente para cambiar el corazón y la mente de alguien. Cuando le permito a otras personas que miren dentro de mi matrimonio y mi familia, ellos ven la tensión que los Cristianos enfrentan cuando se vive en sociedades que no se conforman a la voluntad de Dios. No debemos aislarnos de un mundo caído. Al ir más allá de nuestra burbuja Cristiana, vemos que las decisiones éticas, aún las que Jesús tomó, no siempre son tan blanco y negro como nosotros quisiéramos que fuesen. Las relaciones basadas en el Evangelio son el todo. ¿Ir a una boda? Probablemente no.

Fuente: christianytoday.com
febrero 24, 2017

Ángeles de la Muerte

El drama de los "Ángeles de la Muerte", las prostitutas con sida que venden sus cuerpos por dos dólares.

Los clientes son conscientes de que estas nigerianas que ofrecen servicios sexuales en esa zona están enfermas, pero igualmente no usan preservativos, lo cual lleva a que se produzca una gran cantidad de contagios

Las llaman los "Ángeles de la Muerte" y ese apodo no es casualidad. Se trata de prostitutas que viven en el barrio de Badia, en Nigeria, tienen sida y ofrecen su cuerpo por dos dólares a los turistas y a los nigerianos que viven por la zona.

Las condiciones de hacinamiento de estas mujeres son críticas, porque viven en ínfimas habitaciones distribuidas en un pasillo de tablas de madera vieja.

De acuerdo con lo que informa La Vanguardia, en este suburbio de África Occidental, cada mañana amanece una mujer con la cama deshecha y sucia. Cada noche cinco hombres pasan por ella y durante el día muchos otros pagarán por usarlas, las camas y a las mujeres. Camas que son testigos directos del sexo más peligroso.

Pero esto no es todo. Hay datos más aberrantes aún. Los hombres pagan más por las mujeres más pequeñas. Algunas de ellas narran que también las "visitan los blancos, casi siempre gordos y feos, pero son los que tienen más dinero".

Los clientes son conscientes de que las mujeres que ofrecen servicios sexuales en esa zona están enfermas, pero igualmente no usan preservativos, lo cual lleva a que se produzca una gran cantidad de embarazos e infecciones.

Estas mujeres fueron conocidas gracias al fotógrafo documental Ton Koene, que se encarga de retratar los rostros y el ambiente de las situaciones más terribles que ocurren en el mundo.
Cuenta La Vanguardia que cuando Koene llegó a Lagos, fue en busca de un taxi que lo acercara al barrio de Badia. En el camino tuvo una charla con el taxista: "Cuando te vas acercando con el coche, puedes oler el virus de sida desde fuera".Koene guardó silencio, siguió escuchando y el chofer remató: "Las muchachas de ahí, cuanto más bonitas y más jóvenes, son más caras. Los hombres las visitan como si estuvieran caminando por un supermercado".Nigeria tiene una población de 174 millones de habitantes y es el tercer país con mayor número de personas con sida en el mundo. De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Nacional de Biotecnología, cerca de 2,9 millones de personas padecen esta enfermedad.

Fuente: infobae.com
febrero 17, 2017

Un sacerdote fue sorprendido en un club nocturno con prostitutas: "Peco y luego me confieso"

Tras una denuncia anónima, el programa de actualidad La Gabbia, del canal italiano de televisión La 7, investigó y publicó las andanzas de un párroco que entraba a clubes nocturnos para estar con prostitutas, con las cual gastaba una buena cantidad de dinero.

El periodista Silvio Schembri pudo ingresar a locales nocturnos del norte de Italia con una cámara escondida bajo la ropa y grabó las escenas que muestran al párroco gastando por noche aproximadamente "entre 330 y 440 euros".

En las filmaciones, el sacerdote habla con el periodista como si fuese un cliente más y le cuenta que, cuando accede a las zonas privadas con las mujeres, le hacen masajes que terminan en felación. En un momento, el cura contó que visita páginas pornográficas y que en una noche estuvo con cinco mujeres durante una hora y media por la que pagó unos 535 euros.

El religioso también le comentó al periodista infiltrado que usa el hábito cuando sale de noche para imponer respeto: "Nadie se mete conmigo porque aquí te encuentras con gente casada y prometida. Si vienen a decirme algo, les digo que los conozco y que se lo voy a decir a su mujer. Yo luego me confieso".

Y el padre declaró al reportero que una de las trabajadoras del club le dijo que le faltaba un cura en su experiencia de privados: "Si quiere cometer un pecado, yo lo hago". Minutos después, el sacerdote abandonó la sala acompañado por la joven. Pero la noche no terminó allí pues el religioso fue a un segundo local de prostitución al que también lo acompañó el periodista.

"Aquí también parece sentirse como en casa", dice el reportero cuando entran al nuevo establecimiento. "Vengo siempre porque hay mujeres muy bellas y es dónde menos dinero se gasta", dijo el padre, que explicó los precios por los diferentes servicios. "Ya estuve con aquella brasileña", confesó el clérigo señalando a una joven que bailaba en el escenario.

Fuente: infobae.com