"Tenemos
un poder global abrumador. La historia nos ha designado como los
custodios del sistema internacional. Cuando la Unión Soviética se
desmembró, nació algo nuevo, algo completamente nuevo, un mundo unipolar
dominado por una superpotencia única sin ningún rival y con alcance
decisivo en todos los rincones del mundo. Esto supone un nuevo y
asombroso desarrollo de la historia, que no se veía desde la caída de
Roma. Ni siquiera Roma es un modelo adecuado para lo que hoy se llama
EE.UU.", cita Craig Roberts al periodista neoconservador de 'The
Washington Post' Charles Krauthammer, quien resumió en su artículo la
"nueva realidad" geopolítica.
"El
poder unipolar que la historia ha dado a Washington tiene que ser
protegido a toda costa", subraya Roberts. Según el analista, la doctrina
Wolfowitz, hecha pública en 1992, se convirtió en la base de esta
política neoconservadora de Washington. "Nuestro primer objetivo es
evitar el retorno de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la
antigua Unión Soviética o en cualquier otra parte, que pueda representar
para el orden la misma amenaza que anteriormente suponía la URSS",
expresa dicho documento. "Este es el factor principal que forma la base
de la nueva estrategia de defensa regional, y debemos hacer todo lo
posible para prevenir que domine la región un poder hostil cuyos
recursos bajo un control consolidado serían suficientes para generar un
poder global", se explica en la doctrina.
Craig Roberts considera
que las fuerzas neoconservadoras dirigen la política exterior del
presidente Obama y promueven acciones agresivas contra Rusia para
debilitar económicamente a ese país. El analista asevera que el golpe de
Estado en Ucrania y el intento de hacer lo mismo en Siria son acciones
dirigidas contra Moscú. Sin embargo, precisa Roberts, Rusia dejó claro
que no permitirá el libre desarrollo en Siria de un 'califato'
terrorista que en un futuro próximo afectaría también a las regiones
musulmanas de Rusia.
El
efecto negativo de la presión a Rusia sobre la seguridad regional es
aún mayor debido a que Washington lleva a cabo su política antirrusa
principalmente mediante sus vasallos europeos, como Francia, el Reino
Unido y Alemania. "Mientras Europa siga siendo una mera extensión de
Washington, la perspectiva de un Armagedón seguirá aumentando", concluye
Roberts. Según él, esta presión geopolítica puede tener dos desenlaces.
El primero es el dominio total de Occidente y la derrota económica y
militar de Rusia y China. La segunda opción, cree Roberts, es la
aparición de una fuerza política independiente en Europa que acabaría
con la OTAN, la herramienta principal de EE.UU. para aumentar la tensión
en el continente euroasiático.
Fuente: actualidad.rt.com
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