La editorial Trotta acaba de publicar “Procesos en la Inquisición de Toledo (1575-1610). Manuscrito de Halle” de Julio Sierra. El documento que estudia el autor en este libro vuelve a la luz pública y “regresa” a España tras permanecer en la Biblioteca de la Universidad de Halle (antigua República Democrática Alemana) desde 1846.
El Manuscrito de Halle es un documento que había llegado a Alemania aquel año junto con otros adquiridos, no se sabe bien cómo, por un joven cónsul, Gotthold Heine, muerto trágicamente a los 28 años de edad en 1848. En España esta “relación de causas” se daba por perdida, hasta que el historiador norteamericano Henry Charles Lea tuvo noticia de su existencia en 1894 y describió el manuscrito como “una fuente extraordinariamente importante para la historia de la Inquisición”.
La investigación realizada durante dos años largos por Julio Sierra sobre el manuscrito de Halle ha permitido recuperar gran parte del mismo para los estudiosos de la Inquisición.
INQUISICIÓN Y REFORMA PROTESTANTE
El Manuscrito de Halle es un documento que había llegado a Alemania aquel año junto con otros adquiridos, no se sabe bien cómo, por un joven cónsul, Gotthold Heine, muerto trágicamente a los 28 años de edad en 1848. En España esta “relación de causas” se daba por perdida, hasta que el historiador norteamericano Henry Charles Lea tuvo noticia de su existencia en 1894 y describió el manuscrito como “una fuente extraordinariamente importante para la historia de la Inquisición”.
La investigación realizada durante dos años largos por Julio Sierra sobre el manuscrito de Halle ha permitido recuperar gran parte del mismo para los estudiosos de la Inquisición.
INQUISICIÓN Y REFORMA PROTESTANTE
El documento, una relación de procesos que el Tribunal de Toledo debía presentar, comprende al menos 1.177 protocolos procesales correspondientes a treinta y cinco años cruciales para España (Trento, último período del reinado de Felipe II y comienzo del de su hijo Felipe III, expulsión de moriscos, consolidación de la Reforma protestante, compleja configuración de Europa en las postrimerías del Imperio…).
La característica dominante en esta fase de actividad inquisitorial (tal y como recoge el libro) podría resumirse en esta radiografía: intensificación fiscalizadora de la Iglesia católica sobre las conciencias, en especial en materia sexual; fomento del disimulo y de la denuncia, especialmente en el ámbito de la familia, al servicio de la fe cristiana diseñada en Trento; empeño demoledor en la imposición de la unidad de fe para toda España, lo que conllevó expulsiones de moriscos y nueva persecución de judaizantes y reformados.
Todo ello surge en la lectura del manuscrito de Halle, cuyos protagonistas no son en su inmensa mayoría teólogos o individuos pertenecientes a las clases privilegiadas, sino gentes empobrecidas por una serie de malas cosechas, por guerras interminables y sisas reales o servicios de millones requeridos por la Corona para sus ambiciosos objetivos imperiales.
LA MENTIRA COMO CULTURA
De la confluencia de este entorno amenazante y la presión inquisitorial, que pretende uniformizar conciencias y creencias, surge un pueblo trasgresor que para sobrevivir simula, halaga, delata a otros o falsea la propia historia familiar con el propósito de acceder a privilegios civiles o eclesiásticos.
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Fuente: ACPress.net
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