El fenómeno religioso más extendido es el de quien cree sin pertenecer o practicar una religión específica, revela el sociólogo Massimo Introvigne, director del CESNUR.
Si bien hay un «boom» de sectas y nuevas religiones en los países occidentales, el fenómeno religioso más extendido es el de quien cree sin pertenecer o practicar una religión específica, revela el sociólogo Massimo Introvigne, director del Centros de Estudios sobre las Nuevas Religiones de Turín (CESNUR).
Así lo expuso el sociólogo de las religiones durante el congreso sobre «La naturaleza de la religión en contexto teológico», que tuvo lugar en Roma, en la Facultad de Teología de la Santa Cruz, los días 9 y 10 de marzo.
«Se oye a menudo hablar de una ‘invasión de las sectas’ o de una ‘explosión’ de las nuevas religiones. Ciertamente, los movimientos religiosos de algún modo alternativos son muchísimos. J. Gordon Melton –que por otra parte rechaza trazar una línea de demarcación neta entre ‘viejas’ y ‘nuevas’ religiones- registra más de 1.500 grupos de una cierta consistencia en Estados Unidos», reveló Introvigne.
«En un país en el que el pluralismo religioso es más reciente, como Italia, el CESNUR tiene conocimiento de más de trescientas denominaciones», dijo.
«En África, los especialistas enumeran varios miles de nuevas religiones, y el número crece cada día.
Pero en ningún país de occidente los nuevos movimientos religiosos parecen superar el 2% de la población», aseguró, añadiendo que «en Italia es más probable que estén en torno al 1%».
«La mayor “nueva religión” es por tanto, especialmente en occidente, la de quienes “creen sin pertenecer”, según la fórmula de la socióloga inglesa Grace Davie», explicó Introvigne.
En Italia, por ejemplo, según los datos de la Encuesta Europea sobre Valores de 2000, los católicos ocasionalmente practicantes son casi un tercio de la población.
«Queda una población constituida por más de la mitad de los italianos que declaran “creer” en algo superior o trascendente, pero que de hecho no “pertenecen” a una comunidad religiosa en el pleno sentido de la palabra», indicó.
«Se va desde aquellos que creen en un poder superior, que no saben sin embargo identificarlo a los “creyentes a su manera”, “a los cristianos a su manera” y “a los católicos a su manera” (“soy católico, pero no practico”; “soy católico, pero no estoy de acuerdo con la Iglesia”; e incluso –postura no infrecuente en Italia– “soy católico pero estoy contra los curas”), explicó.
Foto: scriptor.org
Fuente: Zenit
Si bien hay un «boom» de sectas y nuevas religiones en los países occidentales, el fenómeno religioso más extendido es el de quien cree sin pertenecer o practicar una religión específica, revela el sociólogo Massimo Introvigne, director del Centros de Estudios sobre las Nuevas Religiones de Turín (CESNUR).
Así lo expuso el sociólogo de las religiones durante el congreso sobre «La naturaleza de la religión en contexto teológico», que tuvo lugar en Roma, en la Facultad de Teología de la Santa Cruz, los días 9 y 10 de marzo.
«Se oye a menudo hablar de una ‘invasión de las sectas’ o de una ‘explosión’ de las nuevas religiones. Ciertamente, los movimientos religiosos de algún modo alternativos son muchísimos. J. Gordon Melton –que por otra parte rechaza trazar una línea de demarcación neta entre ‘viejas’ y ‘nuevas’ religiones- registra más de 1.500 grupos de una cierta consistencia en Estados Unidos», reveló Introvigne.
«En un país en el que el pluralismo religioso es más reciente, como Italia, el CESNUR tiene conocimiento de más de trescientas denominaciones», dijo.
«En África, los especialistas enumeran varios miles de nuevas religiones, y el número crece cada día.
Pero en ningún país de occidente los nuevos movimientos religiosos parecen superar el 2% de la población», aseguró, añadiendo que «en Italia es más probable que estén en torno al 1%».
«La mayor “nueva religión” es por tanto, especialmente en occidente, la de quienes “creen sin pertenecer”, según la fórmula de la socióloga inglesa Grace Davie», explicó Introvigne.
En Italia, por ejemplo, según los datos de la Encuesta Europea sobre Valores de 2000, los católicos ocasionalmente practicantes son casi un tercio de la población.
«Queda una población constituida por más de la mitad de los italianos que declaran “creer” en algo superior o trascendente, pero que de hecho no “pertenecen” a una comunidad religiosa en el pleno sentido de la palabra», indicó.
«Se va desde aquellos que creen en un poder superior, que no saben sin embargo identificarlo a los “creyentes a su manera”, “a los cristianos a su manera” y “a los católicos a su manera” (“soy católico, pero no practico”; “soy católico, pero no estoy de acuerdo con la Iglesia”; e incluso –postura no infrecuente en Italia– “soy católico pero estoy contra los curas”), explicó.
Foto: scriptor.org
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