En entrevista, el rabino Uriel Goldman dio a conocer que están de forma legal en México, pues ingresaron hace tres semanas procedentes de Guatemala, especialmente de la comunidad San Juan La Laguna del departamento de Sololá, de donde fueron expulsados víctimas de xenofobia, intolerancia religiosa y discriminación por su aspecto y vestimenta.
Explicó que en Guatemala son poseedores de una finca de 300 hectáreas, así como de la imprenta más grande de toda Centroamérica, de donde sacan la mayor parte de los recursos económicos para poder subsistir a los lugares que visitan, como el caso peculiar actualmente la también denominada Suiza chiapaneca.
Dijo que actualmente rentan en un hotel en el municipio de Unión Juárez donde practican su religión y no ofenden a nadie. Además, señalan que si este lugar les gusta es posible establecer proyectos para generar empleos en la zona; en tanto lo previsto es quedarse únicamente por tres meses.
“Nuestra comunidad está integrada por personas de diversas nacionalidades, como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, con la misión de seguir los estudios de la Biblia, del Antiguo Testamento, así como cumplir nuestros mandamientos entre lo que destaca la educación que empieza desde los tres años”, expresó. Lamentó que exista intolerancia religiosa y comentarios xenofóbicos en redes sociales contra esta comunidad Judía Ortodoxa, que se dedica a orar por la paz mundial y pedir bendiciones para las comunidades de Chiapas, así como el resto del país.
“Nosotros somos gente buena, que cuida a su familia, con buena relación con las autoridades y vecinos. Hoy queremos dar un mensaje general que estamos aquí de visita y que no debe haber temor. Somos diferentes es cierto por nuestra vestimenta pero eso no quiere decir que seamos terroristas o que vengamos a hacer conflictos mucho menos guerras”, aseveró.
En este sentido, aseguró el representante de esta comunidad religiosa, que ellos son promotores de los beneficios para la población, es decir, introducir negocios o comercios lo que se traduzca además en la generación de empleos.
“En el judaísmo está prohibido el proselitismo, hacer misión en la calle, es decir dar información sobre nuestra religión, si alguna persona quiere acercarse bienvenidos. La gente tiene temor de que vamos a cambiar su religión y eso jamás, somos respetuosos de su religión”, agregó.
Fuente: Diario el Sol de Toluca
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