El descontento con el papel de la Iglesia cobra cada vez más fuerza en Argentina, donde miles de personas salen a la calle para reclamar su separación del Estado y el fin de la financiación del culto católico.
Asimismo, en las últimas semanas, más de 4.000 personas realizaron la apostasía en el país del papa Francisco, el décimo con más bautizados en el mundo, según el Vaticano.
Las razones que llevan a los argentinos a emprender los trámites para anular sus bautizos son variadas. Así, Lucio Lesegui Paredes, apóstata y descendiente de pueblos indígenas, explica a RT que la Iglesia "trató muy mal" a su pueblo, ya que "lo echó". "Entonces yo le pregunto a mi mamá: ¿cómo podés apoyar a una institución que tanto daño nos hizo a nosotros como pueblo, nos robó la cultura, la lengua?", enfatiza.
Brenda Santa Cruz, otra apóstata, recuerda que, a los 12 años, cuando hizo la confirmación, se dijo: "no, esto no es para mí". "O sea, respeto tu religión, pero no sobre mí", aclara.
"Una puerta extraña"
El trámite para ser eliminado de los registros de la Iglesia católica está contemplado en el derecho canónico y consta de una serie de sencillos pasos. Para iniciar la anulación solo se requiere el nombre completo, una copia del documento, el lugar y la fecha aproximada en la que la persona fue bautizada. Sin embargo, en la practica el proceso no resulta tan sencillo.
La Iglesia "es como una puerta extraña", en la que "es muy fácil entrar", mientras que "después para salir te pone un montón de trabas", señala Analía Mas, miembro de la Coalición Argentina por un Estado Laico, que facilita el proceso.
Protesta en aumento
La Coalición se formó en 2009, cuando el ahora papa Francisco llamó a librar una "guerra contra el diablo" en medio del debate por la ley de Matrimonio Igualitario; recibiendo un nuevo impulso tras la discusión de la legalización del aborto, que encontró su freno en el Senado en agosto.
"Esto fue creciendo y se ve en las visitas a nuestros sitios web que en una semana superaron el millón", apunta Fernando Lozada, otro miembro de la Coalición, quien afirma que incluso tuvieron que hacer modificaciones en sus servidores "porque se caían nuestras páginas por exceso de visitas".
Decretos arrastrados desde la dictadura
Otro motivo de descontento es la financiación de la Iglesia católica, a la que, según el Gobierno, se destinarán este año unos cuatro millones de dólares (alrededor de 130 millones de pesos a cambio de hoy) para el pago de sueldos de obispos y otros cargos eclesiásticos. A eso se suman, entre otras cosas, exenciones impositivas, donaciones millonarias de inmuebles y subsidios también millonarios a la educación religiosa en distintos distritos. Nada de eso está especificado claramente en la Constitución, pero sí en disposiciones que se mantienen desde la dictadura.
"La gente que es budista, protestante, judía, atea, paga con sus impuestos el sueldo de los sacerdotes, y a eso fueron obligados a través de decretos de la última dictadura militar", se lamenta Analía Mas.
Fuente: actualidad.rt.com
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