Este viernes (12), miles de islamistas fueron a las calles de diferentes ciudades de Pakistán para reivindicar la ejecución inmediata de la cristiana Asia Bibi, de 53 años. Presa desde 2010, fue condenada a muerte por supuestamente insultar al profeta Mahoma. Ella siempre ha negado que sus comentarios hayan sido irrespetuosos, habiendo sólo destacado que seguía al profeta Jesús.
El proceso de Bibi se arrastra desde hace años y la Corte Suprema analizó esta semana otro recurso contra su pena.
De nuevo, el anuncio de un veredicto final fue aplazado. La prensa divulgó que cerca de mil integrantes del partido político islámico Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) dio inicio a las protestas en la ciudad de Lahore. A los gritos, pedían que la “infiel Asia” fuera ahorcada. El movimiento también tuvo apoyo en ciudades importantes como Karachi, centro económico del país.
Zubair Ahmad, portavoz del TLP, divulgó un vídeo amenazando a los tres jueces de la Corte Suprema que analizaron la apelación de la defensa. “Los seguidores del profeta harán que ellos [los jueces] enfrenten su castigo si Asia es declarada inocente”, gritó.
El motivo de los magistrados para posponer el veredicto fueron las contradicciones en las declaraciones de los testigos sobre lo ocurrido. Asia, madre de cinco hijos, fue llevada a la justicia de su país después de que algunas vecinas dijeron que insultó a Mahoma durante una discusión. Ellas no presentaron pruebas, pero por ser cristianos, la palabra de la acusada no tiene valor.
Debido a la fuerza de la ley antiblasfemia, la cristiana siempre tuvo dificultades para probar su inocencia. El ex gobernador de la provincia de Punjab, Salman Tasir, fue asesinado por radicales por haberla defendido. Los términos vagos de la ley, que no especifica lo que constituye una blasfemia, ya ha permitido que cerca de mil personas hayan ido a juicio desde 1986, cuando pasó a ser constitucional. En muchos casos eran acusaciones contra miembros de la minoría de cristianos, menos del 2% de la población.
La fuerza política del TLP es evidente, ya que eligió a dos diputados con una plataforma basada en la defensa de la pena de muerte para los blasfemadores con el objetivo de intimidar y castigar a los cristianos.
Con información del Daily Mail
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