Coronavirus ha matado a más de 100 curas en Italia. De los 17 mil muertos, un centenar pertenecen al clero. El diario Avvenire dio a conocer que a esa cantidad se le suman los sacerdotes de órdenes religiosas, además de pastores y líderes también fallecidos de otros cultos, la mayoría de edad avanzada.
Ha conmovido el el país el caso del sacerdote Cirillo Longo, de 95 años, cuyas fotos se han difundido, en el hospital de Bérgamo con un rosario, dando ánimos a los sanitarios que le atendían. Fue fundador del centro Don Orione en Redona (Bérgamo) y era conocido por su espíritu combativo y enérgico.
Misioneros, párrocos, ancianos en santuarios
Muchos han muerto en el norte del país, en la zona más afectada por la pandemia, pero otros han muerto en el sur o incluso en el extranjero. Gioacchino Basile , de 60 años, era de Calabria, zona sureña poco afectada, pero era misionero ligado al Camino Neocatecumenal y ha muerto en Nueva York el 4 de abril. Silvio Buttitta , de 83 años, es por ahora el único sacerdote diocesano fallecido de la sureña Palermo: guardaba una reliquia de Juan Pablo II y murió la noche del mismo día en que el pontífice polaco falleció hace 15 años.
En la diócesis de Milán, zona roja y muy golpeada por la enfermedad, han fallecido 12 sacerdotes. En Cremona han muerto 9, incluyendo al párroco de la catedral, Alberto Franzini, de 72 años.
Dos religiosos de los orioninos (Hijos de la Divina Providencia) murieron sirviendo en el santuario de la Virgen de la Guardia: Cesare Concas tenía 81 años y Serafino Tosatto tenía 90. En la diócesis de Bolzano-Bressanone han muerto 4 sacerdotes, incluyendo a Reinhard Ebner, de 71 años, que fue misionero en Brasil durante años.
Con 93 años aún dirigía el coro de la catedral
Entre los cuatro sacerdotes muertos en la diócesis de La Spezia-Sarzana-Brugnato está Franco Sciaccaluga, de 93 años, el más anciano de la diócesis, que tenía buena salud y estaba activo (dirigía el coro de la catedral) hasta que el Covid-19 acabó con él. Antes que él murió Giovanni Tassano, de 83 años, veterano de muchos años en África: fue párroco en Burundi durante 17 años y otros 8 en el Congo.
Entre los fallecidos está Fausto Resmini, que muere con 67 años: fue delegado de pastoral penitenciaria y capellán de prisiones desde 1992, además de presidente de la Asociación de Psicología “Il Conventino” y director de una casa para jóvenes.
Entre los 9 sacerdotes que han muerto en Cremona están Arnaldo Peternazzi, de 86 años, que pasó 12 de misionero en Brasil, y Francesco Nisoli, de 71 años, que pasó 30 años en el mismo país.
Uno de los fallecidos más ancianos ha sido Mario Cavalleri, de 104 años: durante treinta años dirigió un centro para pobres, drogadictos y refugiados.
Muchas historias se han escrito al respecto, como la de aquel cura que renunció a un respirador para que fuera ocupado por alguien más pues creía que no se salvaría.
La muerte de los más ancianos miembros del clero se da en un momento crucial luego de que la Iglesia Católica pasa por la peor crisis de sus historia y sus sacerdotes están involucrados en casos de abuso sexual de menores.
Foto: Nación
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