En una tragedia que ilustra el alarmante aumento de la violencia contra líderes cristianos en Nigeria, el pastor James Audu Issa, de la Iglesia Evangélica Ganando Todo (ECWA) en el estado de Kwara, fue asesinado por sus secuestradores a pesar de que su comunidad había pagado un rescate considerable para salvarle la vida.
El pastor Issa fue secuestrado el 28 de agosto en Ekati, región de Patigi, por una banda armada que exigió inicialmente 100 millones de shekels (unos 67.000 dólares) por su liberación; tras ingentes esfuerzos, los feligreses lograron reunir apenas 5 millones de shekels (aprox. 3.300 dólares), una suma significativa para una aldea rural.
Pese al sacrificio de la colectividad y la entrega del dinero, la banda exigió posteriormente aún más fondos y finalmente ejecutó al pastor Issa, sumiendo a la iglesia y al pueblo en una profunda conmoción y dolor por la pérdida de su líder espiritual.
Este asesinato se suma a una ola de ataques violentos en el norte de Kwara, donde secuestros, extorsiones y asesinatos hacia líderes cristianos y campesinos son prácticamente diarios, sembrando miedo e impidiendo el desarrollo agrícola y la vida comunitaria.
En los días previos a la confirmación de su muerte, otro policía fue secuestrado y dos hermanos fueron capturados mientras trabajaban en su campo, evidenciando una crisis generalizada en la región que afecta a toda la sociedad, más allá de lo religioso.
Desde el inicio de la insurgencia islamista en 2009, más de 19.000 iglesias han sido destruidas y 16 millones de cristianos han sido desplazados solo en el África subsahariana, según diversas fuentes internacionales de derechos humanos y observadores religiosos.
El gobierno nigeriano, sin embargo, insiste en atribuir estos crímenes a conflictos económicos y rivalidades étnicas o agrícolas, negando el claro componente religioso y la gravedad de la persecución cristiana, pese al clamor de líderes religiosos como el cardenal John Onaiyekan.
Organizaciones como International Christian Concern y medios locales como Persecution.org han denunciado reiteradamente que el mundo parece mirar hacia otro lado, mientras el cristianismo en Nigeria se enfrenta a una amenaza existencial sin apenas respuesta internacional efectiva.En palabras de Emeka Umeagbalasi, de Intersociety, “si no se actúa pronto, el cristianismo podría desaparecer de Nigeria”, poniendo de relieve la urgencia de la situación y la necesidad de acción humanitaria y diplomática internacional.
La comunidad cristiana local está devastada: “Esta es una pérdida devastadora para nuestra iglesia y nuestra comunidad”, lamentó un feligrés, recordando que hasta el último momento hubo esperanza de rescate y oración incesante.
Fuente: bibliatodo.com



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