religión
junio 16, 2017
¿Se puede uno convertir al Judaísmo?
La conversión es un tema muy polémico. La respuesta es que el giur o conversión es posible, pero se debe de tener en cuenta que el convertirse al judaísmo no sólo se requiere una gran declaración de fe, sino la persistencia y la fortaleza para pasar por un proceso arduo y progresivo que culmina en la adopción de una nueva fe, una nueva cultura, una nueva religión y muy especial, una nueva identidad.
Este tema no debe de pensarse a la ligera, sino que debe de pasar por una gran meditación y análisis de sus motivos, causas y derivantes consecuencias. Además, se debe de tener en cuenta cuánto tiempo requiere el proceso. Respecto a éste, se puede decir que involucra de tres a cinco años en promedio, mucho estudio en las tradiciones, historia, tradiciones y liturgia judía. El ritual de conversión culmina con un ritual junto con un compromiso hecho por el individuo ante los rabinos después de pasar por un examen hecho por ellos que indique que uno está listo. El proceso se lleva a cabo en Israel, y es el rabinato ortodoxo quien controla todas las conversiones.
El tema de la conversión es incluso un problema para el mismo judaísmo. Aunque es claro que la conversión es posible hasta para los sectores más ortodoxos, los requisitos de conversión son materia de polémica y desacuerdo entre los distintos grupos rabínicos. Así vemos cómo los rabinos ortodoxos por lo general no aceptan las conversiones realizadas por los movimientos liberales, que creen que no cumplen todos los requisitos para la conversión rabínica. Los rabinos liberales, por el contrario, sí aceptan por lo general una conversión bajo estándares menos arduos. El resultado se ve en un atentado contra la unidad del pueblo judío, dado que los conversos liberales no se pueden casar con judíos ortodoxos, pues los rabinos ortodoxos prohiben los matrimonios mixtos.
En el judaísmo, los conversos son aceptados y queridos.
Lo más importante que se debe de saber al iniciar este proceso es que la conversión debe de ser motivada por una gran convicción sincera, no por intereses sociales, ni mucho menos económicos. El fin es convertirse en un judío sincero.
Este tema no debe de pensarse a la ligera, sino que debe de pasar por una gran meditación y análisis de sus motivos, causas y derivantes consecuencias. Además, se debe de tener en cuenta cuánto tiempo requiere el proceso. Respecto a éste, se puede decir que involucra de tres a cinco años en promedio, mucho estudio en las tradiciones, historia, tradiciones y liturgia judía. El ritual de conversión culmina con un ritual junto con un compromiso hecho por el individuo ante los rabinos después de pasar por un examen hecho por ellos que indique que uno está listo. El proceso se lleva a cabo en Israel, y es el rabinato ortodoxo quien controla todas las conversiones.
El tema de la conversión es incluso un problema para el mismo judaísmo. Aunque es claro que la conversión es posible hasta para los sectores más ortodoxos, los requisitos de conversión son materia de polémica y desacuerdo entre los distintos grupos rabínicos. Así vemos cómo los rabinos ortodoxos por lo general no aceptan las conversiones realizadas por los movimientos liberales, que creen que no cumplen todos los requisitos para la conversión rabínica. Los rabinos liberales, por el contrario, sí aceptan por lo general una conversión bajo estándares menos arduos. El resultado se ve en un atentado contra la unidad del pueblo judío, dado que los conversos liberales no se pueden casar con judíos ortodoxos, pues los rabinos ortodoxos prohiben los matrimonios mixtos.
En el judaísmo, los conversos son aceptados y queridos.
Lo más importante que se debe de saber al iniciar este proceso es que la conversión debe de ser motivada por una gran convicción sincera, no por intereses sociales, ni mucho menos económicos. El fin es convertirse en un judío sincero.
Fuente: Enlace Judío