Durante nuestro viaje por Serbia podemos visitar una inquietante torre construida con los cráneos de los enemigos vencidos en batalla. Un caudillo turco hizo construir una torre con las cabezas de sus enemigos vencidos, como forma de escarmiento y advertencia.
Esta antigua práctica sobrevivió en algunas culturas y en diversos tiempos históricos. Ćele Kula, (literalmente Torre de cráneos) se levanta en Niš, Serbia, fue construida en 1809 por el general turco Hurshi Pasha con los cráneos de los rebeldes serbios derrotados y representa uno de los ejemplos más recientes y mejor conservados de esta tradición.
Esta antigua práctica sobrevivió en algunas culturas y en diversos tiempos históricos. Ćele Kula, (literalmente Torre de cráneos) se levanta en Niš, Serbia, fue construida en 1809 por el general turco Hurshi Pasha con los cráneos de los rebeldes serbios derrotados y representa uno de los ejemplos más recientes y mejor conservados de esta tradición.
El año 1809 marcó un punto de inflexión en el curso del primer levantamiento serbio contra el Imperio Otomano (1804-1813). El ejército rebelde estaba en inferioridad numérica frente a una gran fuerza de guardias imperiales turcos, cerca de la sureña ciudad de Nis, de gran importancia estratégica. En lugar de rendirse o huir de los turcos decidieron entrar en una desesperada última batalla en la colina de Čegar . Tras aguantar cinco cargas del ejercito turco y de causar numerosas bajas al enemigo, el fin era inminente. La superioridad numérica turca estaba a punto de ganar la batalla. Frente a esta aniquilación inminente, el comandante rebelde Stevan Sinđelić, en un acto desesperado, disparó sobre un barril de pólvora en el polvorín, volando de esta manera a sus propios hombres y a los soldados enemigos que estaban llegando a las trincheras rebeldes.
Profundamente molesto por esta acción de la fuerza rebelde, el comandante turco Hurshid Pasha decidió dar una triste lección a la nación serbia. Los cuerpos de los rebeldes muertos fueron mutilados y decapitados. Se despellejaron los cadáveres, la piel de los enemigos se llenó de paja y fueron enviados a la corte imperial en Estambul como prueba de la victoria turca. Los cráneos fueron utilizados como bloques de construcción en una torre levantada en la carretera principal, a la entrada de la ciudad. Era una advertencia a la población local del destino que correrían posibles futuros rebeldes.
En total, se utilizaron 952 cráneos. En su forma original, la torre tenía tres metros de alto. Los cráneos fueron dispuestos en 56 filas, con 17 cráneos en cada fila, en cada lado de la torre. El cráneo del comandante rebelde Stevan Sinđelić se colocó en la parte superior. Este horrible edificio dejó una profunda cicatriz en la nación serbia. Sin embargo, fracasó en su propósito. Los serbios se rebelaron de nuevo en 1815, esta vez con éxito, al derrotar a los turcos y ganar su independencia en 1830.
En los años inmediatamente posteriores a la construcción de la torre, las familias de los rebeldes fallecidos fueron retirando algunos de los cráneos de la torre con el fin de darles entierros apropiados. Hoy permanecen en la torre 58 cráneos.
En 1892 Las autoridades serbias construyeron una capilla alrededor de la torre para preservar este monumento único que representa la valentía y el sufrimiento de una nación. El cráneo de Stevan Sinđelić también está en la capilla.
Fuente: viajesocultos.com
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