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diciembre 13, 2023

Usaba las páginas de la Biblia para drogarse

 


Elvis Esquivel Calderón, originario de Perú, vivió una infancia marcada por diversos desafíos. Presenció el trágico suicidio de su madre y tuvo que lidiar con un padre que luchaba con la adicción al alcohol.


A medida que crecía, Elvis se dejó influenciar por compañías negativas y buscó refugio en las drogas como una forma de escapar de la soledad que sentía. Sin embargo, se dio cuenta de que estas sustancias no eran capaces de llenar el vacío que habitaba en su alma, sino que en realidad lo aumentaban.


Eventualmente, el adolescente decidió mudarse a la casa de su tía en la capital, Lima. Allí encontró trabajo y hasta se enamoró de una joven. Sin embargo, su relación no pudo resistir los estragos de su adicción y su esposa decidió abandonarlo. Mientras tanto, Elvis continuaba hundiéndose cada vez más en su dependencia de las drogas.


Fue durante ese período cuando Elvis tuvo la oportunidad de conocer el mensaje del Evangelio a través de la emisora cristiana Novo Tempo, a la cual comenzó a escuchar de manera frecuente.


“La radio siempre estuvo conmigo. Ella me invitó a buscar una iglesia y comencé a asistir, pero luego dejé de ir», dijo Elvis a las noticias locales.


Ante dificultades económicas tras quedarse en paro, el hombre desarrolló depresión y ansiedad hasta que los problemas psicológicos llevaron a Elvis a una sobredosis que casi le acaba con la vida. Fue ingresado en un hospital donde, en la cama, recordó el mensaje de esperanza que escuchó en la radio cristiana.


“Estaba muy enfermo y sentí que me iba a morir. Les pedí que me trajeran una radio pequeña para escuchar Novo Tempo. Los programas y mensajes de la Biblia me devolvieron la vida», testificó.


“Usaba las páginas de la Biblia para drogarme con otras personas, pero cuando me recuperé pedí una Biblia para leer”, agregó.


Inspirado por el mensaje del Evangelio, Elvis se arrodilló ante Jesús y suplicó su ayuda para vencer su adicción, por lo que empezó a asistir a una iglesia cercana, donde fue bautizado y siguió ampliando su conocimiento sobre la Palabra de Dios a través de un curso de estudio bíblico.


Hace siete meses, este recién convertido buscó apoyo en un centro de rehabilitación. Con la asistencia de Cristo, logró liberarse de las drogas y sigue en un programa de seguimiento para mantenerse en buen camino.


En la actualidad, ya ha superado su adicción y ahora puede estar presente en la vida de sus dos hijos. Expresó su gratitud hacia Rádio Novo Tempo por acompañarlo y animarlo en este proceso. Con lágrimas en los ojos, concluyó afirmando que no quiere perderse ninguna etapa de la vida de sus hijos.


Fuente: bibliatodo.com

octubre 04, 2018

Ese pichón de satanás me violó y me quitó la infancia y la felicidad

Él era el muchachito de “mandao” de la iglesia. Su apariencia lo dice. Se ve dócil y cooperador aun hoy a sus 23 años. Fue a los 14 cuando se convirtió en víctima de pedofilia por parte de un religioso.

Es un joven educado y saluda con amabilidad. Al parecer, el haber sido abusado sexualmente no acabó con esos buenos modales que asegura aprendió de su madre. “Bueno, disculpen la facha, estaba trabajando y salí antes para juntarme con ustedes, pero ahora con esto del aumento del pasaje, no hay muchos vehículos... En fin, eso no es lo que a ustedes les interesa”, sonríe como queriendo ocultar la vergüenza que le proporciona saber que se aproxima a compartir un triste secreto.

Con 240 libras, el protagonista de esta historia no para de caminar mientras va contando lo sucedido aquella mañana de mayo cuando junto a un grupo de jovencitos se aprestaba a dar los últimos toques al altar. Con ello se daría inicio a la celebración de las fiestas en honor a la virgen María.

“Me llamó por mi nombre completo, una cosa que todos me decían mi apodo. Con respeto lo sigo hacia donde él iba caminando y le iba dando los detalles de cómo habíamos hecho todo para la celebración. Noté que no me estaba prestando atención, y luego me di cuenta por qué”, hace una pausa y traga en seco como se dice popularmente.

Su intención evidenciaba que estaba por abandonar la historia. “¿Crees que sería prudente darme un segundo”, apenas pudo responder. “Es difícil, sabes”, se repone un poco.

Prosigue: “Yo lo noto callado y raro. Y creo que es porque hicimos algo malo, pero de pronto me entra para el baño que hay cerca de la sacristía. Comienza a manosearme, y le pregunto: ‘¿Qué es padre, que le pasa, dígame qué le pasa?’, todavía no quiero perderle el respeto sin darme cuenta que ya él me lo había perdido a mí”, respira profundo, se rasca la cabeza, se acomoda la camisa, y se nota tan inquieto como de seguro estaba aquel día.

“Me bajó el pantalón con una furia. Parecía otro. No me hablaba, me puso una mano en la boca para callarme, y...”, no dice nada más. Las lágrimas habían aparecido haciendo uso del protagonismo que este joven le había dado en su historia.

Sin parar de llorar, continúa. “Me violó, me violó, me violó...”, repetía como si al decirlo se deshacía de todas las frustraciones que lleva por dentro desde hace nueve años. Qué si hubo amenazas tras el abuso, era la pregunta que correspondía. Sí, respondió aun llorando. “Ese pichón de Satanás, me dijo: ‘¿Tú sabes que yo tengo un arma, verdad? Con eso te digo todo. Ah, y por supuesto, nadie te lo va a creer’. Eso me dijo el cura al que todo el mundo le confiaba sus hijos”, dice con una evidente tristeza.

Quería que se le hicieran las preguntas de lugar porque aunque se fuera en llanto estaba dispuesto a revelar su historia. “Lo que quiero con esto es que sepan que no son solo las denuncias que se quedan “engavetadas” o a las que se les dan curso las que dicen que estos casos suceden. Son las vivencias de gente como yo, sin infancia, sin felicidad, sin vida por culpa de un malnacido que escondía bajo su sotana al más cruel de los monstruos”, ahí deja que aflore una firmeza que por primera vez hace asomo.

Ese día, se fue a su casa con “dolor de cabeza”, según dijo a sus compañeros para despistarlos de la realidad. “No sé si algunos de ellos había pasado por lo mismo en ese entonces. Aunque se dijo que la lista era larga. Bueno, prefiero quedarme con las dudas de cuántos para sentir menos dolor y rencor”. Lo cuenta mientras pide permiso para ir a la cocina en búsqueda de un poco de agua. Brinda. “¿Quieren un poco?”. No, fue la respuesta. “Yo tomo mucha agua, porque a los pasaditos de libras nos da mucho calor”.

Dejó la iglesia
El caso es que dejó de ir al lugar que hasta ese día era su refugio preferido. “Creí que así me zafaría de él, pero no”, vuelve a llorar, esta vez con una evidente nostalgia. Retoma el tema: “No se conformó con acabar con mi inocencia, con destruirme como persona, con quitarme lo que más me gustaba, que era la iglesia. Es más ,yo quería ser sacerdote”, descansa. “Él acabó con todo. El caso es que como a las dos semanas del suceso mandó a una hermana de la comunidad a buscarme para él hablar algo conmigo, dizque que yo iba a ser su mano derecha. Le dije que no, pero ella insistió”, vienen los recuerdos, y eso evidentemente lo aturde.

Mueve la cabeza de un lado a otro, y la deja agachada mientras termina esa parte que se le ha hecho tan difícil contar. “Accedí a ir para decirle que no me molestara, y que si no me dejaba tranquilo, iba a hablar. Se burló de mí. Me chantajeó diciéndome incoherencias que yo, muchacho al fin, ni entendía. Me entró de nuevo al baño, esta vez a la fuerza pura, me amarró un trapo en la boca, y abusó de mí por segunda vez. Mientras lo hacía me decía: Tienes que entender que tú me gustas así gordito’, eso me repetía”, ahora el llanto regresó, y de verdad, fue fuerte ver su estado de ansiedad, desolación, frustración... Uffff qué dolorosa esta escena.

En lo que se espera el tiempo necesario para continuar el relato, el joven que producto de aquel daño vino a vivir a la Capital, y que hoy trabajaba en un taller de mecánica, hacía ademanes para comunicar que se le aguardara un tiempo más. Había que entenderlo. Era la primera vez que hablaba de un tema que lo mantiene “muerto en vida”.

EL CURA TAMBIÉN ABUSÓ DE UNA MADRE
Pese a la amarga experiencia que ella vivió, la madre dejó que él siguiera yendo a la iglesia porque siempre le decía que quería ser cura, y entendía que no tenía derecho a destruir sus sueños. “Nunca imaginó que era otro quien había roto esos anhelos. Yo siempre le preguntaba a ella que por qué había dejado de ir a misa, que dónde estaba su fe. Siempre me respondía lo mismo: ‘Yo solo creo en el Señor’. Eso me decía y me dejaba complacido”, cuenta.

Cuando él tenía como 12 años fue que ella dejó de ir a la iglesia. Es decir, explica el protagonista de esta historia, que cuando abusó de él a sus 14 años, hacía alrededor de dos años que había violado a su mamá. “Realmente, a ese hombre que ahora debe estar en el infierno dando sus cuentas, no le gustaban las mujeres, pues se descubrió que era un pedófilo en potencia. No sé por qué le hizo eso a mi mamá y sabrá Dios a cuántas más”, hace conjetura.

Aunque era menor de edad, él mismo tomó su decisión de no volver a la parroquia. Abandonó su sueño de estudiar mucho, hacer todo lo posible para ir al Seminario y convertirse en un sacerdote para evangelizar a su pueblo. Jamás ha vuelto a misa, aunque admite, al igual que su madre, que sí cree en Dios. Aún conserva en su cuello un crucifijo que da sentido a lo que dice.

 “La bomba explotó”
La denuncia de dos casos de igual número de menores abusados por el cura del pueblo, ante las autoridades religiosas, dio pie a que se conocieran muchos otros más. “Cuando la bomba explotó, yo callé y mi mamá también. De eso hace unos nueve años. Sabrá Dios cuántas personas más hicieron lo mismo”, dice con tristeza.

Recuerda que ese día una comisión de la comunidad del pueblo fue a hablar con él, pero no le atendió. Mandó a decir que estaba ocupado, que volvieran al día siguiente. “Los que fueron hicieron guardia, pero no salió ni a visitar a los enfermos como acostumbraba a hacer después de misa”. En esta ocasión no llora, pero pasa un largo rato callado. Cuando lo entiende pertinente pide disculpa.

“Qué cosa la vida ¿eh?”, se pregunta. “Tantos temas fuertes que hemos hablado, tantos secretos que le he contado, y sin embargo, lo que más me duele decir es que yo lo vi a la mañana siguiente de que fuera la comisión a hablar con él. Yo iba para la escuela y vi cuando se montaba en su vehículo, con maleta en mano, y no dije nada, me quedé callado...”, se arrepiente y lo deja saber cómo si quisiera devolver el tiempo.

Fue trasladado y años después murió
Luego de mandar una comunicación a las autoridades eclesiásticas, al tiempo se enteraron en el pueblo que “su querido cura” había sido trasladado a otro lugar del país. “Lo mandaron para otro sitio sabiendo por qué no podía volver a donde estaba. Era como una recompensa a sus malas acciones. Y digo recompensa, porque allí iba a encontrar carne fresca, nadie lo conocía, e igual que como hizo con nosotros, se ganaría la confianza de la gente para luego ejecutar su obra: abusar de los menores”.

Hubo gente que dejó de ir a la iglesia por un largo tiempo hasta que se dieron cuenta de que el sacerdote que le habían asignado era un padre con vocación de servicio y con valores. “De hecho así lo ha demostrado. Porque tengo que ser honesto, hay muchos curas que son serios, que nacieron para servirle al Señor y al prójimo, pero hay escorias que se escudan en la religión para hacer realidad sus más asqueantes deseos”, al pronunciar esta frase mira al equipo de LISTÍN DIARIO buscando su aprobación.

No se alegra del mal de nadie, y mucho menos de la muerte de un ser humano, pero admite que sintió un gran alivio cuando supo que aquel cura que le había arrebatado su inocencia a él, a otros niños, y por si fuera poco, a su mamá, había fallecido. “Créeme, no es que con esto pagó lo que hizo, es que con su muerte se salvaron sabrá Dios cuántos menores más”, concluye, y se levanta de la silla para despedirse y darse el baño que se había prometido para quitarse de encima tal vez, uno de sus días más difíciles de su vida, aunque liberador.

DOS SECRETOS EN UNO
Pasó alrededor de un mes para que fuera abandonando el miedo a las amenazas hechas por su verdugo, y lo peor, para que se vistiera de valor y decidiera contar a su madre su gran verdad. Ese día le tenía a su progenitora las respuestas a las tantas interrogantes que durante todo ese tiempo ella le hacía.

“Mi mamá y yo somos amigos, nos conocemos el uno al otro desde que yo tengo uso de razón. Yo comencé a ir a la iglesia desde chiquitito por ella”, cuenta con tranquilidad para ir fortaleciéndose para el siguiente paso: desenmascarar al cura. “Bueno, ese día me dije: Prefiero morir sabiendo que él pagará por lo que me hizo a que siga matando en vida a otros jóvenes como yo. Hoy por fin me quitaré ese peso de encima”, se dijo. “Mami quiero hablar algo con usted cuando pueda”.

La respuesta de ella fue según él cuenta: “Yo siempre puedo, pero voy donde mamá que me mandó a buscar para que la ayude a hacer una escoba y vengo de una vez”.

Volvió rápido, comenta. “Parece que sabía que era algo serio, pues desde el primer día que me pasó lo que me pasó, ella me preguntaba y yo trataba de esquivarla. Me ponía a leer, que penosamente fue él quien me enseñó la importancia de hacerlo, por eso es que hablo así”, se refiere a su dicción casi perfecta. Eso le agradece.

Cuando se sentaron a conversar, ella en la cama y él en un silloncito contiguo, la madre no espero palabra alguna para irrumpir en llanto.

“Mi semblante, mis lágrimas, mi vergu¨enza, todo yo, le dejaron claro que había sido víctima de abuso”. Para su sorpresa, la entristecida mujer, también tenía algunas revelaciones que hacerle: “Habla mi hijo sin miedo. Yo puedo imaginar lo que te pasó, yo también pasé por eso”, al hacer esta cita se para y vuelve a la cocina por agua.

Regresa con un vaso azul en la mano izquierda y en la derecha con un cuchillo. “Este era el que yo tenía que coger para ese esbirro, este era...”, sostiene moviendo el arma blanca. “Esta vez no por lo que me hizo a mí, sino por lo que le hizo a mi madre. Por si no entendieron, eso fue lo que mi mamá me dejó claro, que ese malnacido también abusó de ella”. Siempre han vivido solos. El padre de este joven abandonó a su mamá cuando ella estaba embarazada.

Fuente: listindiarioi.com
mayo 17, 2017

En Costa Rica promueven campaña contra proyecto de Identidad de genéro

Fabricio Alvarado diputado evangélico, impulsa una campaña en redes sociales para neutralizar un proyecto que apoya el respeto por la identidad de género desde la infancia.

El proyecto Identidad de género cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación Pública (MEP) y del Instituto Nacional de Mujeres (INAMU), con el fin de supuestamente evitar la desigualdad y la violencia entre niños, según informan el medio digital Amelia Rueda.

“Hemos hablado con la ministra de Educación para trabajar la opción de la identidad desde la edad preescolar, haciendo un llamado al respeto en la forma de conocerse a sí mismo y respetando y apreciando las diferencias que caracteriza a unos de otros”, añade Grillo.

La entidad ha creado un sitio web llamado ‘Tiempo de Hablar’, donde padres de familia y público en general puede acceder a documentación y guías para la educación y abordaje de temas relacionados con el respeto así como de sexualidad.

A raíz de esto, Alvarado motiva a los padres de familia que no apoyan esta iniciativa, a manifestar su disgusto a través de redes sociales bajo la etiqueta #AMisHijosLosEducoYo.

“Es tiempo de manifestarse y le digan al Ministerio de Educación y a la ministra de Educación, que no están de acuerdo en que se nos imponga la ideología de género y se quiera meter en la educación de nuestros hijos”, dice el legislador.

Alvarado dice que desde la Asamblea Legislativa se estará luchando contra esta propuesta. “Vamos a ejercer un fuerte control político, denunciando estas actitudes de parte del Ministerio de Educación, del INAMU y las diferentes ONG aliadas al gobierno en estos temas”.

Además, informes relatan que se planea “una manifestación masiva tanto para el pueblo evangélico y otras denominaciones, y todo aquel ciudadano costarricense que esté en desacuerdo con estas prácticas del gobierno, a manifestarse muy posiblemente en el mes de julio”.

Fuente: bibliatodo.com
mayo 10, 2017

Bertony entró a la prostitución y estuvo en esa vida siete años, a los 33 años está transformado, liberado, y es un nuevo hombre(Video)

Desde la infancia, a Bertony le gustaba vestirse de niña, jugar y tener amistades con niñas. Él creció pensando que eso era algo normal.

El lugar en donde vivía era un ex templo de umbanda, en el cual oía voces y veía sombras. A los cinco años fue abusado sexualmente por un vecino, y los abusos se tornaron frecuentes.

A partir de los doce años, comenzó a tomar hormonas femeninas, y así ocurrieron algunos cambios en su cuerpo. Comenzó a salir, a ir frecuentemente a fiestas y a consumir alcohol.

Tras una decepción sentimental, conoció la Universal a través de la radio, del programa. Comenzó a frecuentar la Iglesia e incluso se tornó candidato a obrero. Pero después de algún tiempo, se enfrió en la fe, dejando de leer la Biblia, de ayunar, de cumplir con sus propósitos, de ser fiel, y acabó perdiendo el temor a Dios.

El día en que había sido marcada su entrevista para ser obrero, no se presentó. Se apartó, no lograba ir más a la Iglesia y volvió a las antiguas prácticas. Por una invitación de una amiga que era travesti, dejó su ciudad natal, Belém do Pará, para ir a San Pablo.

Fue entonces cuando comenzaron las transformaciones en el cuerpo. Con la aplicación de silicona, comenzó a tomar hormonas, entró a la prostitución y estuvo en esa vida siete años. Durante ese periodo vivió con una persona violenta que lo agredía. Sufrió de depresión, insomnio, opresión, angustia y consumió drogas.

Bertony estaba sintiéndose muy oprimido, pero había una voluntad, algo muy fuerte que lo llamaba a volver a la Iglesia. Decidió ir al Templo, a una reunión de viernes con el obispo Clodomir. Y fue como estaba, vestido de mujer.

Después de ver en internet un testimonio de un extravesti que había cambiado tras ser bautizado en las aguas, decidió bautizarse. Notó los primeros cambios en su cuerpo y también comenzó a frecuentar la Cadena del Rescate, a la cual asiste hasta los días de hoy.

A los 33 años, Bertony está transformado, liberado, y es un nuevo hombre.

Fuente: http://blogs.universal.org/
noviembre 03, 2016

Chile festeja el día del Orgullo Pedófilo

La fecha de celebración, convocada por varios sitios de Internet, existe desde 1998 y ha sido rechazada constantemente por autoridades y organizaciones. No es algo nuevo, aunque si es sorprendente que existan organizaciones de este tipo.

Hace dias se celebró el “Día Internacional del amor por los niños”, también conocido como el “Día Internacional del Orgullo Pedófilo”, fecha que existe desde 1998 y que cada año es contundentemente criticada por todas las organizaciones que protegen y promueven los Derechos del Niño.

Durante el día viernes la ONG Red Infancia Chile junto a la PDI se refirieron a la fecha y al trabajo investigativo que se realiza para desbaratar las redes de pedofilia que se alojan en internet, además de los indicios a los que se tiene que investigar para identificar a los pedófilos de la web.

Lorena Bustamante, Presidenta de Red Infancia Chile, dijo que la fecha era repudiada por la organización, y que era obligatorio y urgente realizar un llamado de atención a las autoridades, ya que actualmente existían alrededor de 25 leyes para proteger la infancia que están estancadas en el Congreso.

“Una de las leyes más importantes es ‘No me preguntes más’, que es para la no re victimización de los niños que han sido vulnerados sus derechos”, destacó. “No dejemos de hablar de la pedofilia, no nos tapemos los ojos. Tenemos que hablar de este tema porque es la manera de prevenir ciertas situaciones con nuestros hijos”.

Bustamante también criticó la liberación de los 788 presos en Valparaíso hace un mes aproximadamente, y destacó que 101 de ellos habían sido condenados por delitos sexuales. “Recordemos que hay 101 agresores sexuales en libertad y que la Corte Suprema sin ningún remordimiento liberó. Hay 101 familias, 101 niños que están esperando que el estado chileno se haga parte de esto (…) Ellos deberían estar en cadena perpetua, porque la agresión sexual es para toda la vida”.

La ONG realizó una manifestación en la Plaza de Armas el viernes a las 17.30hs en rechazo a esta fecha.

Fuente: La Tercera