Hubo pocos visitantes extranjeros, muy importantes para la economía de Belén, al parecer disuadidos por los recientes combates entre facciones palestinas, y por años de conflicto con Israel.
Centenares de personas se congregaron el lunes en la Iglesia de la Natividad para celebrar el nacimiento de Jesús, pero la escasez de turistas extranjeros opacó la alegría de las fiestas.
La mayoría de los visitantes eran árabes israelíes y palestinos cristianos. Hubo pocos visitantes extranjeros, muy importantes para la economía de Belén, al parecer disuadidos por los recientes combates entre facciones palestinas, y por años de conflicto con Israel.
Aun así, las tensiones no afligieron el ánimo de peregrinos extranjeros que hicieron la travesía hacia la Tierra Santa.
“La experiencia fue increíble”, dijo Nick Parker, de 24 años, un estadounidense, que visitaba Belén por primera vez. “Pude sentir el verdadero espíritu de Navidad aquí en Belén”.
Para residentes locales, la atmósfera fue más sombría. Dueños de negocios, que obtienen la mayor parte de sus ingresos durante la temporada navideña, se quejaron de que este año fue uno de los peores que recuerdan.
El ministerio de Turismo palestino dijo que 3.500 peregrinos arribaron este año a Belén, apenas una fracción de las decenas de miles de personas que llegaban antes del último estallido de violencia entre israelíes y palestinos, a fines del 2000.
Se trata de la primera Navidad en que la Autoridad Palestina está controlada por el radical grupo islámico Hamas. Para atenuar los temores de los cristianos previo a las fiestas, Hamas prometió que enviaría 50.000 dólares para adornar La Plaza del Pesebre, en el centro de la población. Se ignora si el dinero fue finalmente asignado.
Una gran valla rodea a Belén y la separa de la vecina Jerusalén. Israel dice que ha construido la valla para impedir que atacantes suicidas lleguen a sus ciudades. Los palestinos consideran que la estructura, que se entromete en partes de la Cisjordania, es una manera de usurpar tierras.
Fuente: El Nuevo Herald
Centenares de personas se congregaron el lunes en la Iglesia de la Natividad para celebrar el nacimiento de Jesús, pero la escasez de turistas extranjeros opacó la alegría de las fiestas.
La mayoría de los visitantes eran árabes israelíes y palestinos cristianos. Hubo pocos visitantes extranjeros, muy importantes para la economía de Belén, al parecer disuadidos por los recientes combates entre facciones palestinas, y por años de conflicto con Israel.
Aun así, las tensiones no afligieron el ánimo de peregrinos extranjeros que hicieron la travesía hacia la Tierra Santa.
“La experiencia fue increíble”, dijo Nick Parker, de 24 años, un estadounidense, que visitaba Belén por primera vez. “Pude sentir el verdadero espíritu de Navidad aquí en Belén”.
Para residentes locales, la atmósfera fue más sombría. Dueños de negocios, que obtienen la mayor parte de sus ingresos durante la temporada navideña, se quejaron de que este año fue uno de los peores que recuerdan.
El ministerio de Turismo palestino dijo que 3.500 peregrinos arribaron este año a Belén, apenas una fracción de las decenas de miles de personas que llegaban antes del último estallido de violencia entre israelíes y palestinos, a fines del 2000.
Se trata de la primera Navidad en que la Autoridad Palestina está controlada por el radical grupo islámico Hamas. Para atenuar los temores de los cristianos previo a las fiestas, Hamas prometió que enviaría 50.000 dólares para adornar La Plaza del Pesebre, en el centro de la población. Se ignora si el dinero fue finalmente asignado.
Una gran valla rodea a Belén y la separa de la vecina Jerusalén. Israel dice que ha construido la valla para impedir que atacantes suicidas lleguen a sus ciudades. Los palestinos consideran que la estructura, que se entromete en partes de la Cisjordania, es una manera de usurpar tierras.
Fuente: El Nuevo Herald
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