El pastor Juan Gregorio Rocha Romero tuvo una ‘revelación’: para ‘purificar’ a Vilma Trujillo García del demonio, ‘Dios le dijo que hiciera un fueguito para sacárselo’. La campesina –de 25 años de edad– fue quemada en una hoguera por un grupo de fanáticos religiosos, en una recóndita comunidad del Caribe norte de Nicaragua. Una semana después, tras una dolorosa agonía, la mujer falleció este martes en un hospital de Managua. El crimen ha conmocionado a la sociedad nicaragüense, y muchos condenan la barbarie cometida, que refleja la violencia machista que asola a este país, y la ausencia del Estado en esas comunidades.
Tras ser arrojada a la pira, la joven Trujillo García fue encontrada atada y desnuda en un barranco. Presentaba quemaduras en casi el 50% de su cuerpo y síntomas de deshidratación, según confirmó 30 horas después el doctor David Saravia, director del hospital del municipio de Rosita. Ese fue el tiempo que transcurrió desde que la víctima fue quemada y trasladada desde la alejada comunidad de El Cortezal, donde ocurrió el episodio, hacia el centro hospitalario.
El rostro, las piernas y los brazos fueron las partes del cuerpo de Trujillo García que resultaron más afectadas. Sus familiares relataron a Univisión Noticias que el pastor Rocha Romero lanzó a la campesina a la hoguera con la ayuda de otras cuatro personas, entre ellas Franklin Jarquín, quien comentó a un medio local que ella “cometió un error ante Dios y por eso la endemonió”.
“Falló ante Dios, porque tenía su compañero de vida, y estuvo con otro hombre mientras se hacía pasar por cristiana. Por eso se le metió el demonio”, justificó Jarquín con naturalidad.
Las versiones de los familiares –que pidieron el anonimato porque en la zona los familiares del pastor los amenazaron de muerte– aseguraron que Trujillo García fue violada. Sin embargo, las autoridades nicaragüenses no han confirmado ese extremo. Todavía no se conocen los resultados de la autopsia que realiza el Instituto de Medicina Legal.
El pastor Rocha Romero dio otra versión de los hechos. Aseguró que ellos no lanzaron al fuego a la mujer, y culpó “al demonio”. “Dios ordenó ponerla junto al fueguito para sacarle al demonio. Nosotros estábamos orando, y cuando el demonio se salió de su cuerpo, ella cayó en el fueguito”, relató el joven de 23 años, quien desde hace dos años dice ser pastor de la congregación de las Asambleas de Dios en El Cortezal.
Las Asambleas de Dios aseguraron que Rocha Romero no era pastor de esa organización religiosa.
El pastor y Franklin Jarquín fueron detenidos por la Policía Nacional el viernes, junto a un hombre más y otras dos mujeres, señalados de perpetrar el crimen. La Fiscalía de Nicaragua los acusará por el delito de asesinato.
Tras ser arrojada a la pira, la joven Trujillo García fue encontrada atada y desnuda en un barranco. Presentaba quemaduras en casi el 50% de su cuerpo y síntomas de deshidratación, según confirmó 30 horas después el doctor David Saravia, director del hospital del municipio de Rosita. Ese fue el tiempo que transcurrió desde que la víctima fue quemada y trasladada desde la alejada comunidad de El Cortezal, donde ocurrió el episodio, hacia el centro hospitalario.
El rostro, las piernas y los brazos fueron las partes del cuerpo de Trujillo García que resultaron más afectadas. Sus familiares relataron a Univisión Noticias que el pastor Rocha Romero lanzó a la campesina a la hoguera con la ayuda de otras cuatro personas, entre ellas Franklin Jarquín, quien comentó a un medio local que ella “cometió un error ante Dios y por eso la endemonió”.
“Falló ante Dios, porque tenía su compañero de vida, y estuvo con otro hombre mientras se hacía pasar por cristiana. Por eso se le metió el demonio”, justificó Jarquín con naturalidad.
Las versiones de los familiares –que pidieron el anonimato porque en la zona los familiares del pastor los amenazaron de muerte– aseguraron que Trujillo García fue violada. Sin embargo, las autoridades nicaragüenses no han confirmado ese extremo. Todavía no se conocen los resultados de la autopsia que realiza el Instituto de Medicina Legal.
El pastor Rocha Romero dio otra versión de los hechos. Aseguró que ellos no lanzaron al fuego a la mujer, y culpó “al demonio”. “Dios ordenó ponerla junto al fueguito para sacarle al demonio. Nosotros estábamos orando, y cuando el demonio se salió de su cuerpo, ella cayó en el fueguito”, relató el joven de 23 años, quien desde hace dos años dice ser pastor de la congregación de las Asambleas de Dios en El Cortezal.
Las Asambleas de Dios aseguraron que Rocha Romero no era pastor de esa organización religiosa.
El pastor y Franklin Jarquín fueron detenidos por la Policía Nacional el viernes, junto a un hombre más y otras dos mujeres, señalados de perpetrar el crimen. La Fiscalía de Nicaragua los acusará por el delito de asesinato.
Problemas de salud mental
Herenia Amaya, defensora de los derechos de las mujeres que asesoró a la familia de la víctima desde que el caso fue conocido, relató a Univisión Noticias que Trujillo García presentaba “problemas de salud mental”, lo que provocó que el pastor y la congregación la secuestraran.
“A ella la siguieron y la tuvieron retenida dos días antes de quemarla en la hoguera, como en los tiempos de la Santísima Inquisición”, narró.
Amaya, quien forma parte de la Red de Mujeres Contra la Violencia, identifica en este caso “tres patrones”: el poder que ejercen los líderes religiosos en comunidades remotas, donde el nivel de desarrollo es precario; la violencia machista; y la desprotección por parte del Estado.
Muchas de esos lugares no cuentan siquiera con energía eléctrica, y para acceder a ellos hay que viajar incluso hasta días enteros.
“Los pastores y los curas católicos, dizque representantes de Dios, dominan a la comunidad con ideologías apocalípticas, de que el demonio vendrá”, analizó Amaya, quien confirmó que la víctima no será velada en su casa de habitación, porque hay miedo de que la comunidad de El Cortezal tome represalias por el apresamiento del pastor. La familia de la víctima está bajo resguardo policial.
Según Amaya, a los hombres que “sufren demencia no los lanzan a la hoguera”, lo que evidencia “el sistema patriarcal” y de violencia machista en Nicaragua.
La organización Católicas por el Derecho a Decidir, que desde hace años lleva un recuento de los feminicidios en este país, informó esta semana que nueve mujeres han sido asesinadas entre enero y febrero de 2017. La mayoría de los casos (5) se concentran en la región del Caribe, que ocupa el 52% del territorio nicaragüense.
Amaya afirmó que el tercer patrón es la “desprotección de las mujeres y la ausencia del Estado” en esas localidades. “No existe protección ni información”, cuestionó.
La vicepresidenta Rosario Murillo se refirió al caso de Trujillo García el mediodía de este martes. “Es realmente lamentable y condenable (esta muerte), por supuesto, que refleja una situación de atraso”, dijo la esposa del presidente Daniel Ortega.
Las organizaciones feministas cuestionaron al gobierno de Ortega y Murillo, que recurre a la “manipulación religiosa” en su lenguaje para atraer a la población creyente. Una encuesta realizada en 2015 por la firma M&R Consultores reveló que en Nicaragua 45.9% de la población se declara católica y 30.8%, evangélica. Sin embargo, el sondeo señaló que las diferentes iglesias no católicas continúan en aumento; un fenómeno parecido al de Brasil.
“La seguridad de las comunidades se ha deteriorado, pues no hay instituciones que la salvaguarden. Las vidas y la integridad de las mujeres están en peligro y bajo constante amenaza, pues se ha debilitado la actuación policial contra los femicidios, contra los crímenes de odio a las mujeres”, fustigó por su parte la Red de Mujeres del Movimiento Renovador Sandinista.
No es el primer caso
Este no es el primer caso trágico producto del fanatismo religioso en Nicaragua. En diciembre de 2013, miembros de una secta religiosa conocida como “William Brown” asesinaron a once personas en la comunidad de Ayapal, ubicada en el departamento norteño de Jinotega. Alrededor de quince fanáticos ingresaron al pueblo gritando “Gloria a Dios, muerte al Diablo”, y arremetieron contra toda persona que se atravesara en su camino.
En 2015, la Policía Nacional desarticuló la secta “Cuerpo Místico de Cristo” en Mechapa, departamento de Chinandega, en el noroccidente del país. Un pastor mantenía hacinadas a seiscientas personas “a la espera del fin del mundo y el rapto glorioso de Cristo”, mientras él vivía en lujosas condiciones.
Fuente: univision.com
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