La calma y la responsabilidad son las mejores medicinas.
Había una vez un campesino muy próspero, tenía su frutal y un puesto en la carretera donde vendía sus productos.
El humilde campesino decidió darle a su hijo mejores oportunidades y lo envió a la mejor universidad del país. Años después su hijo regresó con su grado de administración de empresas y su padre le pidió consejo.
Hijo, nos está yendo muy bien con las ventas, quiero ampliar la siembra y mejorar el punto de venta, Hijo, tú que tienes estudios… ¿qué me aconsejas?
El hijo lo miró asustado y le dijo papá, ¿no has visto las noticias?
No, aquí donde estoy no recibo la prensa, la radio no se escucha bien, dime qué pasa.
Padre, se VIENE UNA CRISIS… estamos en un problema grande, se espera una gran recesión. Yo te sugiero que, al contrario, reduzcas y bajes la producción.
El padre escuchó a su hijo, por algo lo había enviado a la universidad.
¿Estás seguro hijo? ¿Seguro que se viene una crisis?
Claro, papá. Ahorita ya está saliendo en la televisión y en los periódicos…en todos los noticieros están saliendo los especialistas pronosticando que se viene la crisis. Por eso te digo que lo mejor es despedir a la mitad de tus trabajadores y disminuir la producción…
Y entonces el papá, un poco atemorizado, le hizo caso al hijo.
Despidió trabajadores, bajó la producción y el surtido del punto de venta se redujo. Las personas que paraban en el puesto de carretera empezaron a ver que ya no había las frutas que buscaban y poco a poco dejaron de hacerlo.
El sitio perdió su clientela y a medida que esto pasaba menos frutas están a la venta.
A los dos meses el campesino cerró sus puestos y se quedó con una pequeña parcela de cultivo.
“Mi hijo tenía razón. – dijo el campesino. – estamos viviendo una crisis, gracias Dios lo mandé a la universidad para que aprendiera.”
¿Te suena parecida esta historia? LA MORALEJA ES QUE NO HAY PEOR VIRUS, NI PEOR CRISIS… QUE EL MIEDO y EL PÁNICO…
El campesino estaba vendiendo bien… ni enterado estaba de que se venía una crisis… pero su hijo le hizo caso a la televisión.
Cuando haya rumores, cuando haya vaticinios o anuncios alarmistas, HAY QUE MANTENER LA CALMA y estar atentos a los cambios para movernos rápido. Tenemos que estar preparados, no asustados. Porque los verdaderos enemigos en este momento son el pánico, la desinformación, el pesimismo… es como esa vieja fábula que dice que un campesino se encontró con la peste y le pregunta: ¿Peste para dónde vas? Y la peste contesta: “voy para Bagdad a terminar con 500 personas.” Días después vuelven a encontrarse y el campesino le dice: “Peste mentirosa, me dijiste que solo acabarías con 500 y total, has matado a 5 mil.” Y entonces la peste le responde: “Efectivamente, yo acabé con 500, los demás murieron de miedo.”
Recuerda, el peor virus es el miedo… Ya lo dicen las propias escrituras en Job capítulo 3 versículo 25 y 26: “«Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió.» En la misma Biblia dice: “Habla del bien, y del bien te nutrirás…”
Por eso, ante la alarma…CALMA Y RESPONSABILIDAD…juicio y criterio… que el peligro mayor es la ignorancia y el miedo.
Fuente: latinmoney.net
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