Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

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mayo 14, 2016

Shiva y el dios mono ‘ayudarán’ a Trump

Miembros del partido ultraderechista Hindu Sena invocan a Shiva y al dios mono para ayudar a Trump. Les gusta la postura del virtual candidato republicano a la presidencia de EEUU. El virtual candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, contará con una ayuda una tanto extraña en su camino hacia la Casa Blanca si es que las plegarias que han elevado hoy los miembros del ultraderechista partido Hindu Sena han sido oídas por Shiva y el dios mono Hanuman. 

Alrededor de una docena de seguidores de la formación extremista, profundamente antimusulmana, se concentraron en el manifestódromo de Jantar Mantar en Nueva Delhi para participar en un «hawan» o ceremonia de buena fortuna y dejar claro que no tienen dudas en sus preferencias a la hora de elegir al próximo presidente de EE.UU. 

«Esperanza de la humanidad contra el terror del islam», rezaba una gran pancarta extendida en la calle con la imagen del magnate estadounidense, mientras los asistentes oraban y cantaban mantras a los dioses hindúes para que echen una 'manita' al controvertido precandidato conservador estadounidense en la justa electoral.

 Para que no hubiera dudas de la afinidad espiritual con el empresario, la fotografía de Trump fue tocada de manera precisa con un «bindu» rojo, el tradicional punto que se coloca en la frente como símbolo de paz y armonía. «Nos gustan los comentarios contra el terrorismo islámico de Donald Trump», ha indicado el presidente del Hindu Sena, Vishnu Gupta, quien ha asegurado que «el mundo está sufriendo por el terrorismo islámico y la India también». «Hacemos esto para salvar a la humanidad del terrorismo islámico», ha agregado, al asegurar que se trata de «un cáncer y es importante erradicarlo». 

LA AMBIVALENCIA DE TRUMP CON LA INDIA 

Trump se ha referido a la India en varias ocasiones durante su campaña. Por una parte, ha atacado el traslado y subcontratación de las actividades de empresas estadounidenses en el país asiático, al que ha acusado de «llevarse el trabajo» de EE.UU y, por otra, ha dicho que la India lo está haciendo «muy bien». 

También ha ido puliendo su posición hacia los miles de estudiantes indios que cursan estudios en Estados Unidos, a los que pasó de acusar de ser «trabajadores temporales importados del exterior» que quitaban empleos a estadounidenses a defenderlos diciendo que son «muy inteligentes» y necesarios para el país. 

«Nos guste o no, pagan», indicó en una entrevista con el canal de televisión Fox, al señalar que Estados Unidos forma a gente «muy inteligente» a la que necesita el país. Pero lo que más ha gustado a los oídos de los más radicales en la India han sido los comentarios de Trump contra el vecino Pakistán. 

El promotor del concurso Miss Universo ha dicho que Pakistán es un «problema» que le ha hecho el doble juego a Estados Unidos y recientemente afirmó que si fuera presidente, le diría a Islamabad que deje libre al médico que ayudó a capturar a Bin Laden y que aún cumple una condena de prisión, algo que lograría, dijo, en «dos minutos».

Fuente: protestantedigital.com
marzo 06, 2016

Los mormones pueden llegar a la Casa Blanca si continúa candidatura de Mitt Romney

“Nadie quiere a los mormones” reza un proverbio norteamericano. La frase resume el sentir de una nación que este año votará por su próximo presidente y seguramente habrá de elegir entre Obama y el republicano Mitt Romney.

Romney ha ganado las dos primeras elecciones primarias del partido republicano y las encuestas lo ubican al frente en la mayoría de las que habrán de venir. Su inminente elección como el candidato republicano a la presidencia ha reavivado la aversión por un grupo religioso al que se acusa de conspirativo, polígamo y racista.

La historia de los Mormones es extraña. Oficialmente se llaman a sí mísmos: la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En 1805 un tal Joseph Smith, un buscador de tesoros, escribió un libro: el libro del Mórmon, una mezcla entre Indiana Jones y el Viejo Testamento.

Según Mr. Smith una tribu perdida de Israel surcó el Atlántico 600 años antes de la era cristiana. Habitó en América y se les apareció Jesucristo resucitado. Al final, la tribu tuvo problemas, algunos eran blancos y otros morenos, los morenos mataron a los blancos y Dios los castigó con su indiferencia. A Smith lo lincharon en el salvaje oeste por promover la poligamia y los mormones fincaron su imperio de rubio y de prohibición en Utah.

La loca historia de Smith, es el pilar de una religión que se jacta de ser la tercera con más devotos de norteamerica, pero que nunca ha tenido a un presidente entre sus adeptos. Romney parece ser esa campana de oro que durante siglos los Mormones han buscado de puerta en puerta.

Fue líder de su parroquia cuando vivía en Massachusetts luego banquero y llevó a la ruina un par de empresas. Según las encuestas uno de cada cinco nortemaericano no votaría por él si llega a ser el candidato de los republicanos, no más por el hecho de ser Mormón y ya sabemos que a los mormones nadie los quiere.

“No le abras la puerta”, es la frase de un cartel muy popular entre los demócratas en los últimos días. Los democrátas que sueñan con que un banquero mormón, sea el opostitor de Obama.

Fuente: embajadadelreino.wordpress.com
febrero 26, 2016

El día en el que el Papa dio un zapatazo a Trump

México ofrece la otra mejilla a Estados Unidos y el millonario la abofetea

Las ideas del candidato republicano Donald Trump, sus camisas, sus corbatas, hasta su pelo platino brillan con una intensidad especial. Como si las hubieran almidonado con un poco de cielo, poseen ese fulgor casi suicida que muestran ciertos fenómenos políticos que se elevan repentinamente hasta las cimas de las encuestas para estrellarse después con todos sus dientes contra la acera. El sueño de Trump, un gran amante de los rascacielos y, por lo tanto, de las caídas en vertical, tiende a ese desenlace.

El multimillonario anhela un muro de hormigón que cierre por completo los 3.185 kilómetros de largo que tiene la frontera entre Estados Unidos y México. La obra, que sería costeada por el vecino pobre, tiene en la mente del republicano el mismo efecto que ponerle una tapa a la sentina. Para él supone cerrar las puertas de su país a “drogas y violadores”.

La propuesta, lanzada el año pasado, fue desde el principio descabellada. Pero le permitió al candidato presidencial atraer la atención del segmento más conservador del electorado estadounidense. Un éxito inicial que difícilmente culminará en nada tangible. El sueño ha despertado demasiadas pesadillas e incontables voces se han alzado ya en contra de semejante pretensión. La última y quizá más potente ha sido la de Jorge Mario Bergoglio. Mecido por el péndulo de la historia, el papa Francisco, tras visitar este miércoles la dolorosa frontera entre México y Estados Unidos, no pudo más y en el avión de regreso al Vaticano lanzó su directo a Trump: “Una persona que piensa solo en hacer muros, sea donde sea, y no en hacer puentes, no es cristiana”.

El disparo papal ha sido recibido con euforia en México, donde millones de ciudadanos han cruzado en algún momento de sus vidas la divisoria entre ambos países. Es una experiencia sin la cual no se pueden entender las relaciones entre ambos países. Basta con ir a un puesto fronterizo cualquiera para advertirlo inmediatamente. El paso entre Matamoros (Tamaulipas) y Browsville (Texas) es un buen ejemplo. En el puente, llueva o truene, cientos de personas se agolpan durante horas como si fueran ganado, encajonadas en un pasillo de cemento y alambre. A veces, las compuertas se abren, y vomitan de golpe filas de expulsados que pasean su fracaso ante sus compatriotas. En esos momentos, el río Bravo, verde y turbio, parece otro muro.

Al final de la cola, esperan los guardias estadounidenses, casi todos ellos con apellidos hispanos (Castillo, Olmo…) y una fe de converso. Pero la gran sorpresa llega a la vuelta. En ese punto, el universo gira sobre sus talones y los controles se desvanecen. No hay quien pida papeles y basta con apretar un botón para entrar sin más en México. El país satanizado por Donald Trump deja sus puertas abiertas al vecino rico. Les ofrece, de algún modo, la otra mejilla. Esa que el multimillonario de camisas impolutas abofetea sin parar.

Fuente: elpais.com