Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta alimentación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta alimentación. Mostrar todas las entradas
marzo 03, 2016

Nauru: la isla de los obesos

En una recóndita isla del océano Pacífico llamada Nauru, más del 90% de los habitantes tiene sobrepeso u obesidad, siendo el país con mayor proporción de obesos del mundo. ¿La principal razón? La alimentación occidental supuso una amenaza frente a la que no estaban preparados.

Normalmente, cuando pensamos en una población con gran cantidad de personas obesas, inmediatamente nos vienen a la mente imágenes de Estados Unidos. Sin duda, no estaríamos demasiado desencaminados al elegir este país en nuestros pensamientos: En torno al 65% de la población estadounidense tiene sobrepeso o es obesa. Unas cifras que, lejos de disminuir, van aumentando año a año en el país. Pero, por sorprendente que parezca, "sólo" ocupan el noveno puesto en el ranking mundial de países con mayor población obesa o con sobrepeso.

Las pequeñas islas estado del océano Pacífico baten todos los récords de problemas de peso entre la población, con unos porcentajes que se mueven en torno al 78% y el 94% de habitantes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 25. Es decir, tienen sobrepeso (de 25 a 30) u obesidad (por encima de 30).

El pequeño Estado de Nauru encabeza la lista mundial de países con obesidad o sobrepeso. Su isla se sitúa en el océano Pacífico, al noreste de Australia. La población ronda, en la actualidad, los 14.000 habitantes.

Resulta irónico que Nauru, la isla estado más pequeña de todo el mundo, sea ampliamente conocida por el gran peso de sus habitantes. Hablar de este país es hablar de un gran problema de salud pública de enormes dimensiones: 9 de cada 10 habita
ntes tiene sobrepeso u obesidad. De media, los hombres adultos ingieren 7.500 kcal. diarias y las mujeres adultas 5.000 kcal. Como consecuencia de lo anterior: Alrededor del 30% de la población de Nauru sufre diabetes tipo II y otro tanto de hipertensión y arteriosclerosis. Las muertes asociadas a la obesidad (de causa cardiovascular principalmente) son la norma, con unas cifras de infartos cardíacos increíblemente elevadas. Los estragos que el sobrepeso y la obesidad causan en la población provocan que la esperanza de vida sea de 58 años en los hombres y de 65 en las mujeres.
Si los datos sobre los problemas de peso de Nauru llaman la atención por batir todos los récords, aún resulta más sorprendente (si cabe) la evolución que ha tenido el peso de sus habitantes en menos de un siglo. De ser una tribu con su cultura tradicional y un peso normal, o incluso más bajo de lo recomendable, han pasado a ser una población ampliamente occidentalizada con unas cifras de peso alarmantes. Con las fotografías de la izquierda puedes hacerte una idea de esta evolución. Como si de un anuncio de "Antes y después" para perder peso se tratara, sólo que a la inversa.
¿Qué ha llevado a los habitantes de Nauru a ser lo más obesos del planeta?

La situación de Nauru ha sido extensamente estudiada por numerosos investigadores y, aún hoy, sigue siendo centro de atención en el estudio de la obesidad. Se trata del ejemplo más paradigmático de la enorme influencia que puede tener la sociedad (predominantemente los hábitos alimenticios) en las cifras de obesidad de una población pero también de la vulnerabilidad de ciertos grupos humanos frente a este problema.

Durante decenas de miles de años (en torno a 40.000) los habitantes de la isla de Nauru estuvieron aislados del mundo, apañándoselas como podían para llevarse algo a la boca. No habían desarrollado la agricultura, por lo que su alimentación consistía en lo que podían pescar, cazar y recolectar de la isla. Así pues, su alimentación era rica en carbohidratos complejos y fibra, y escasa en grasas y proteínas. De cuando en cuando, la isla se veía azotada por los ciclones, lo que ocasionaba épocas de hambruna entre la población.

Debido a la dificultad para acceder a la comida y estos frecuentes periodos de hambruna, se debió potenciar la capacidad de los nauruanos para sobrevivir en estas condiciones. Es decir, en época de abundancia, cuando podían comer más de lo que necesitaban, acumulaban el exceso de calorías en forma de grasa con facilidad, para resistir posteriormente a las constantes hambrunas. Aquellos que no desarrollaron estos mecanismos murieron como consecuencia de las presiones de la selección natural. Dicho de otra manera: Se potenció el genotipo ahorrador (una mayor facilidad para acumular grasa, algo de lo que estuvimos hablando hace un tiempo) entre los habitantes de la isla (también en otras muchas islas del Pacífico), como un mecanismo de supervivencia.

Esa adaptación, que durante miles de años les vino de perlas a los nauruanos, dejó de ser tan ventajosa cuando empezaron a tomar contacto con la sociedad occidental en el siglo XX y, principalmente, con su dieta. De la variada y escasa dieta de la isla que mencionábamos antes, pasaron a tener una dieta abundante en grasas y azúcares simples y pobre en fibra. Adaptados a vivir con escasez de alimentos y con ejercicio físico frecuente, los nauruanos se enfrentan hoy a la comida en abundancia y un nulo ejercicio físico. Si, anteriormente, la facilidad para acumular grasa era una cuestión de supervivencia, hoy en día es una cuestión de enfermedad.

Se junta, además, que el 90% de la isla está cubierta de depósitos de fosfato, que dificultan la implantación de la agricultura. En su lugar, obtienen la mayor parte de la comida a través de la importación de alimentos procedentes de Australia y Nueva Zelanda. La mayoría de estos alimentos importados son carnes y dulces ricos en grasas y azúcares simples. De hecho, el "Spam" o carne enlatada es uno de los "manjares" más populares en la isla, mientras que sólo un 3% de los habitantes de Nauru come fruta o verduras con frecuencia.

Pero no sólo la occidentalización bestial de la población de Nauru ha sido la desencadenante de los problemas. Entre los habitantes de las islas del pacífico existe todavía la percepción generalizada de que un exceso de peso es signo de riqueza y poder. Lo que motiva muy poco o nada a sus habitantes para que intenten frenar la ganancia excesiva de peso. Y es que los habitantes de Nauru no estaban preparados, de ninguna manera, para la invasión alimenticia de occidente.

Fuente: soitu.es
febrero 28, 2016

¿Cómo comían los romanos?

 El museo del "Ara Pacis" de la capital italiana acoge hasta el próximo 15 de noviembre la muestra "Nutrir el Imperio. Historias de la alimentación en Roma y Pompeya", un recorrido compuesto por rarezas arqueológicas y una amplia variedad de recursos multimedia.

El Imperio Romano llegó a contar con más de cincuenta millones de habitantes y para su alimentación fue esencial el impulso de una política de expansión agrícola que constituyó la considerada primera globalización del consumo de la historia.

Todo para dar respuesta a preguntas como qué comían los antiguos romanos, cuáles eran sus costumbres gastronómicas, cómo transportaban sus provisiones desde otras regiones o el modo de conservarlas a su llegada a la entonces capital del mundo.

En el periodo imperial que separó a Augusto y a Constantino (27 a.C - 337 d.C), Roma se convirtió en una metrópolis de cerca de un millón de habitantes, una cifra que ninguna otra ciudad volvería a alcanzar hasta casi dos milenios después, en la Revolución Industrial.

Así, Roma ejercía de centro neurálgico de un imperio que superó los 50 millones de personas y cuya economía estaba basada en la agricultura, explicó a Efe una de las comisarias de la exposición, Orietta Rossini.

Al término de la Guerra Civil romana, Augusto, el primer emperador, impuso un periodo de pacificación conocido como la "Pax Augusti" -conmemorado en el propio Ara Pacis- entre todos los estados del Imperio, que se extendía alrededor del "Mar nuestro", es decir, el Mediterráneo.

Un espacio geográfico que hizo las veces de escenario para la "primera globalización del consumo" y que supuso la llegada a Roma de múltiples y novedosos productos, como utensilios para cocinar, hornos o vasijas para almacenar cereales y otros bienes.

"En Roma no se comía el pan producido en el campo romano ni se consumía el aceite de los olivos romanos, sino que se comía el pan hecho con cereales africanos importados por mar y se consumía aceite traído de España y también de África", dijo Rossini.

Por eso, subrayó que "todo esto anticipó una globalización del consumo alimentario", que comenzó con productos como el vino o el aceite de oliva, transportados desde distintos lugares en vasijas que también pueden admirarse en la muestra.

Y es que los romanos bebían vino de la Galia, consumían aceite de la actual Andalucía, se deleitaban con la miel griega o comían el "garum", una codiciada salsa de pescado fermentado proveniente de África, Oriente Medio o Portugal.

Pero en el centro de su gastronomía se encontraba el pan, realizado a base de grano que llegaba del recién conquistado Egipto y del que aún pueden verse muestras en esta exposición, como tres hogazas carbonizadas halladas en Herculano, sepultada junto a Pompeya y otras ciudades por la erupción del Vesubio en el 79 d.C.

La muestra explica que todos los productos llegados en las naves desde el otro lado del mar eran recursos necesarios para la supervivencia de la población y se vendía en sus mercados, puntos económicos que suponían "un privilegio y un signo de estatus para la ciudad".

"Se pueden imaginar cuáles eran los problemas para transportar los alimentos y alimentar a tantas personas en un momento en el que las comunicaciones eran claramente más lentas de lo que son hoy, pero mucho más organizadas", apuntó Rossini.

Muestra de esta incesante actividad empresarial es la existencia, aún hoy, de un depósito de vasijas rotas y pulverizadas que se amontonan en el barrio romano de Testaccio, puerto fluvial de la capital del Tíber.

La muestra repasa "cómo se organizó todo el aprovisionamiento de una gran metrópoli como Roma, la más grande de las metrópolis, la dominante", agregó la comisaria.

En el año en el que Italia acoge la Exposición Universal de Milán, centrada en la agricultura y con el lema "Alimentar el planeta. Energía para la vida", la exposición romana "trata también de profundizar en los temas que desarrolla la Expo", comentó Rossini.

"Ellos hablan de la alimentación del planeta y nosotros de cómo se resolvió el problema de nutrir el imperio en una organización política en la que todo era controlado", apostilló la comisaria. 

Fuente: EFE