Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta Hades. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hades. Mostrar todas las entradas
septiembre 28, 2017

Nuestra Única Esperanza Es Jesús

Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción» (Hechos 2:26-27).

Hace más de 21 años, Dios me dijo algo que marcó mi ministerio para siempre, y fue lo siguiente: La única esperanza que cualquier persona en cualquier parte del mundo puede tener es la fe en Jesucristo.

A la luz de lo que está sucediendo hoy a nuestro alrededor, la verdad de esas palabras es terriblemente más obvia que nunca. Somos una generación que padece enfermedades que nadie puede sanar y que sufre problemas que nadie puede solucionar. Los éxitos pasajeros que podamos tener se ven rápidamente reemplazados por dificultades mayores.

Con frecuencia, esta experiencia es cada vez más común tanto entre creyentes como entre no creyentes. Aunque no debería ser así, lo es. A los creyentes los matan las mismas enfermedades que están matando al resto del mundo, y los azotan los mismos problemas que azotan a los inconversos.

Muchos hijos de Dios van por la vida como si no tuvieran ninguna esperanza, como lo hace el resto del mundo.

¿Por qué? Porque la única esperanza que cualquier persona en cualquier parte del mundo puede tener es la fe en Jesucristo. Y la mayoría de los cristianos no saben cómo vivir por fe.

En lugar de ser llenos de la Palabra de Dios y de fe, están llenos de tradiciones y supersticiones religiosas; y por eso es que sufren.

Cuando el diablo los ataca con alguna enfermedad o algún mal, o con pobreza, depresión, divorcio, con frecuencia se quedan sin poder hacer nada mientras son consumidos por alguno de esos problemas. Pues simplemente no saben qué hacer. La Biblia dice: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…» (Oseas 4:6).

Pero usted sí sabe que su esperanza está en Jesús; entonces, confíe en Él. Dígale al mundo que la esperanza de ellos también puede estar en Él.

LECTURA BÍBLICA: Marcos 4:35-41

Fuente: embajadadelreino.wordpress.com
julio 13, 2017

Sorpresas desagradables

Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Lucas 16:23

Meditando en este pasaje, me imagino si nosotros estuviéramos en la misma condición en la que Lázaro estuvo, avistando desde la gloria de Dios, desde el seno de Abraham, a quien está en el infierno. Ciertamente, tendríamos innumerables sorpresas con quienes parecían tener una fe verdadera, pero que en realidad tenían una fe religiosa. Sería más o menos así:

– Padre Abraham, aquella mujer eran tan asidua en la iglesia, parecía tan firme, ¿por qué está en ese infierno?

– Ella parecía ser firme en la iglesia, pero tenía una fe emotiva, vivía en la práctica de la mentira y engañaba a las personas, era amante de un hombre casado y nadie lo sabía.

– Padre Abraham, aquella de allí era jefe de las obreras, estaba siempre trabajando en la iglesia, preparando la Santa Cena, demostraba una santidad enorme, ¿por qué está en ese infierno?

– Cierta vez, el pastor le llamó la atención, desde entonces comenzó a nutrir dentro de sí un odio muy grande por él y jamás lo perdonó. Se enfermó y murió con ese sentimiento dentro de su corazón.

– Padre Abraham, aquel obrero me ayudó tanto, él me orientaba todos los días que yo iba a la iglesia, ¿por qué está en ese infierno?

– Él no supo escoger a una mujer de Dios para casarse. Terminó prostituyéndose con su novia, que también era obrera. Ambos no se arrepintieron y se apartaron de la iglesia, cayendo en el mundo de los vicios. Sufrieron un accidente cuando volvían de una discoteca y murieron en el pecado.

– Padre Abraham, yo me convertí con aquel pastor. Cuando llegué a la iglesia, era él quien estaba haciendo la reunión, demostraba mucho poder contra los demonios a quienes yo servía y adoraba antes de concurrir a la iglesia, y por eso comencé a admirarlo por su unción. ¿Por qué está en ese infierno?

– Él comenzó bien en su ministerio, pero en el medio del camino no vigiló más ni sacrificó la voluntad de la carne. Un día una mujer lo acosó y no resistió, traicionó a su esposa y se fue de la iglesia, cayendo deliberadamente en el mundo del pecado, murió así y no se arrepintió.

– Padre Abraham, ¿y aquella esposa? Ella estaba al frente de las demás esposas y era vista como modelo de una mujer de Dios, ¿por qué está en ese infierno?

– Tenía la apariencia de que vivía, pero fue muriendo poco a poco. Dejó de orar en su casa, de ayunar, de separar un momento para meditar en la Palabra de Dios. Comenzó a darles más atención a las cosas fútiles, con eso se fue enfriando espiritualmente, hasta que llegó a su desierto, “el día malo” como hice en Efesios 6:13, que todos enfrentaremos. Cierta vez su marido cometió un error, le llamaron la atención y fue castigado, pero ella no estaba fuerte para vencer el desierto. Se sintió víctima de una injusticia y pidió salir de la Obra. Dejó de servir a Jesús, se alejó de la Iglesia y cayó en la prostitución.

– Padre Abraham, ¿y aquel obispo? Yo tuve un encuentro con Dios en una de sus reuniones de domingo, era un verdadero líder, ¿por qué está en ese infierno?

– Él manifestaba su fe para curar, liberar y prosperar, pero no vigiló su corazón, que fue tomado de orgullo robando la gloria de Dios para sí. Él comenzó a creer que podría seguir su ministerio, y, durante una discordia con la dirección de la Iglesia, pensó que ya era hora de seguir solo. Al principio, parecía que estaba en el camino correcto. El tiempo pasó, perdió lo que tenía, pero no perdió el orgullo del corazón. Traicionó a su esposa y agitó al pueblo en contra del trabajo del Espíritu Santo hecho en la Iglesia que le extendió la mano cuando estaba en el lodo. Hasta que llegó su hora de partir, como llegará para todos, y no tuvo Salvación.

Lamentablemente, esos fueron engañados por el diablo, por medio de la fe emotiva y religiosa.

Mis amigos, que el Espíritu Santo tenga misericordia de nosotros, pues las Escrituras son claras cuando dicen:

    Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 1 Corintios 10:11-12

Colaboró: Obispo Sergio Corrêa