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junio 22, 2017

Israel responde a los palestinos: “ Si pagan recibirán electricidad, si no pagan no recibirán”

 
El ministro de Defensa, Avigdor Liberman, se refirió al déficit de energía eléctrica en la Franja de Gaza, indicando que la “La crisis de electricidad palestina es una crisis artificial palestina”, durante una entrevista publicada por la página web de la Coordinadora de Actividades en los Territorios (COGAT), que también fue traducida al árabe.

Liberman explicó que “Los que tienen que pagar la electricidad son las dirigencias de Hamás y la Autoridad Palestina. Nosotros no tenemos ni arte ni parte en este asunto. Si pagan, tendrán electricidad. Si no pagan, no tendrán electricidad”.

El titular de Defensa aclaró que Israel está dispuesto a suministrar electricidad a la Franja de Gaza; sin embargo añadió que el Estado judío no es arte ni parte y no tiene porqué pagarla. Liberman puso de relieve que tras una década de gobierno de Hamás en Gaza, las condiciones en el enclave costero son difíciles.

“Hemos suministrado electricidad y estamos dispuestos a seguir proveyéndola”, apuntó Lieberman. “Es importante destacar que Hamás recolecta 100 millones de shekels (aproximadamente 28 millones de dólares) mensuales de impuestos en la Franja de Gaza. Todo este dinero -en lugar de ir a la educación, y a mejorar el sistema de salud y la infraestructura del agua- va a la infraestructura terrorista, a los túneles y los cohetes”.

“Es obvio que la década desde que Hamas tomó el poder ha sido una década de sufrimiento, tres operaciones militares, y servicios en los niveles más bajos. Hay déficit de electricidad, malas condiciones sanitarias: está todo en un punto tan bajo como no se había visto nunca antes en Gaza. Aconsejo a todos los habitantes de Gaza mirar la situación en Cisjordania (Judea y Samaria) y comparar las condiciones de vida allí con las de Gaza. La culpa la tiene Hamás”, indicó Liberman.

“Hamás está tratando de desviar la irritación. Está tratando de desligarse de sus fracasos y dirigirlos hacia Israel. Lo contrario es cierto. Israel está dispuesto a construir zonas industriales, para crear puestos de trabajo. Esta dispuesto a ser un socio en la construcción de plantas desalinizadoras y usinas eléctricas; pero la condición básica es la desmilitarización. Si hay desmilitarización, habrá de rehabilitación”, añadió el ministro.

Liberman concluyó con  una apelación dirigida a los habitantes de Gaza: “Es necesario que ustedes recurran a los líderes de Hamas y exijan que detengan el terrorismo y dejen de invertir en cohetes y túneles. Exijan a Hamas que invierta el dinero en educación y salud”.

Fuente: Aurora Israel
diciembre 08, 2016

La Victoria de Israel es el único camino que lleva a la Paz

 En su primera sesión informativa de seguridad, Avigdor Lieberman, Ministro de Defensa de Israel, declaró que Israel ya no tiene “el lujo de llevar a cabo agotadoras guerras de desgaste”. A 100 días de su mandato, sin ningún indicio de desaceleración del conflicto de décadas de duración, es evidente que ha llegado el momento de aplicar ese principio al proceso de paz israelí-palestino. Para que haya paz entre Israel y sus vecinos árabes, Israel debe ganar y los palestinos deben perder.

Durante la mayor parte de la historia humana, la victoria militar terminó con las guerras. La Pax Romana, un período de 200 años de relativa paz dentro del Imperio Romano, comenzó sólo cuando Augusto derrotó a Marco Antonio en la batalla de Actium. Cuando el Norte arrasó al sur en la guerra civil estadounidense, eso causó que el conflicto, aparentemente insoluble que se cobró tres cuartos de millón de vidas durante más de cuatro años, se desvaneciera. El Sur, sabiendo que fue derrotado, nunca más causó problemas. La mala voluntad de alemanes y japoneses hacia las democracias occidentales en la Segunda Guerra Mundial se disipó rápidamente, gracias a la amarga píldora de la derrota; seguida rápidamente por la amistad.
La sabiduría convencional de que los conflictos se resuelven mejor a través de la negociación y el compromiso simplemente no es verdad.

La sabiduría convencional de hoy sostiene que los conflictos se resuelven mejor a través de negociación y compromisos. Pero veamos los hechos. Después de 40 años de negociaciones para reunificar Chipre, la isla sigue dividida, y 60 años de disputa sobre la península coreana han logrado poco. En Siria, la matanza no ha disminuido a pesar de cinco años de conversaciones para reconciliar a sunitas y alauitas. Y, al mismo tiempo, años de esfuerzos diplomáticos para hacer retroceder el programa nuclear de Irán terminó con la capitulación de Occidente a las demandas de Teherán.

La falacia de las negociaciones es especialmente evidente en el conflicto árabe-israelí.

El quid del conflicto es simple: Israel quiere sobrevivir; el liderazgo palestino quiere destruirlo.Algunos líderes palestinos no ocultan esto. La abierta incitación a la violencia de los líderes de Hamas dio lugar a la llamada “intifada a puñaladas”, y el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, elogia a los “mártires” palestinos y le pone sus nombres a calles. Otros hablan de paz, pero exigen un “derecho de retorno” palestino a Israel, un requisito que vaciaría efectivamente de contenido al estado judío al permitir que millones de árabes de origen palestino se reasenten permanentemente dentro de las fronteras de Israel. Pero sin importar su punto de vista, todos los líderes palestinos predican el odio hacia Israel.

La política estadounidense, desde hace tiempo, ha sido evitar que Israel obtenga una victoria militar decisiva sobre sus adversarios. En 1956, el Presidente Eisenhower obligó a Israel a abandonar sus ganancias territoriales después de la crisis de Suez. Del mismo modo, después de la Guerra de los Seis Días de 1967, EE.UU. ayudó a diseñar una resolución de la ONU llamando a Israel a devolver, sin especificar, “territorios ocupados” en la guerra. La administración Reagan frenó a Israel que estaba destruyendo las fuerzas de la OLP de Yasser Arafat en el Líbano en 1982 y, más recientemente, la administración Obama presionó a Israel a limitar sus objetivos en su guerra con Hamas de 2014. Estas concesiones, que a menudo son unilaterales e irreversibles, incluyen congelación de asentamientos, liberación de prisioneros y pérdida del territorio.

Tales políticas dan resultados perniciosos; la “restricción” estadounidense a Israel alienta a sus enemigos a tomar riesgos. Al igual que los rescates del gobierno alientan a los bancos a realizar inversiones de alto riesgo y alto beneficio mediante la eliminación de las consecuencias del fracaso, los adversarios de Israel no necesitan preocuparse por la irrevocable pérdida porque saben que la comunidad internacional reprenderá a Israel por cualquier ganancia que logre.
 
Por otra parte, restringir a Israel legitima y nutre el rechazo palestino, definido como rechazo a reconocer la soberanía de Israel y el derecho de los judíos a vivir en su tierra ancestral. Porque sabe que no habrá consecuencias para su sofisticada guerra de propaganda, la Autoridad Palestina puede seguir demonizando a Israel. “Para llegar a ser un pueblo normal, uno cuyos padres no alienten a sus hijos a convertirse en terroristas suicidas, los árabes palestinos tienen que sufrir la crisis de la derrota”, escribe el Presidente de Middle East Forum, Daniel Pipes.

Cuando Israel tiene la licencia, sin el oprobio estadounidense, de dar rienda suelta a su fuerza militar después de un cohete o de un ataque terrorista palestino, como cuando Liberman ordenó más de 50 ataques aéreos contra la infraestructura militar de Hamas en Gaza en respuesta a un cohete, los palestinos se retiran. El temor a una derrota total es un arma potente para neutralizar la resistencia palestina.
 
El manejo de Estados Unidos del conflicto árabe-israelí está impidiendo la metamorfosis del modo de pensar palestino acerca  de Israel que la paz requiere. Es hora de que Washington permita que Israel demuela el sueño palestino de una solución de un estado, libre de judíos. Como dijo Ronald Reagan en relación a la lucha de EE.UU. contra el comunismo, la única manera de “ganar es si ellos pierden”
 
Esto no significa que EE.UU. debe apoyar un acuerdo del conflicto palestino-israelí en que el ganador se lleva todo. Pero hay que prescindir de la falacia de que Israel está a sólo una concesión o dos de distancia de un avance diplomático con intermediación estadounidense. Como dice la famosa frase del General Douglas MacArthur, “no hay sustituto para la victoria”.

Por: Gregg Roman, director del Foro de Oriente Medio (ME Forum)
  
Fuente: meforum.org – http://www.meforum.org/6269/israel-win-lose-solution



Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld