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marzo 19, 2016

La prisión de la Santa Muerte

Un recluso del cártel del Golfo mandaba en la cárcel mexicana de Topo Chico, donde han sido asesinados 49 internos. Tenía cama 'king size' y tele de 50 pulgadas

Los mexicanos lo suelen llamar autogobierno, y formulado así no suena tan mal, pero en realidad es un cruel mecanismo de violencia y miedo. En las cárceles del país norteamericano, el autogobierno es lo que ocurre cuando no manda el alcaide, ni los guardias, ni ninguna autoridad externa: el poder lo tienen los presos, o mejor dicho unos cuantos presos, que establecen su ley despiadada para someter a los demás y coaccionar a sus familias. Dentro de la enorme penitenciaría estatal de Topo Chico, en Monterrey, el jefe era Jorge Iván Fernández, 'el Credo', un narco del cártel del Golfo arrestado como parte de una banda que confesó medio centenar de homicidios. 'El Credo' no vivía nada mal en prisión: disfrutaba de cama 'king size', televisor de 50 pulgadas y baño de lujo, mientras la mayor parte de los presos duermen en celdas que parecen agujeros negros, sin luz ni ventilación, sobre desnudas literas de hormigón o incluso en algún rincón del suelo. Sus hombres tasaban a cada recluso con ojo experto y le asignaban un precio de miles de euros: era lo que tenían que pagar sus parientes a cambio de que no lo matasen allá dentro.

Pero el plácido retiro de 'el Credo' se complicó hace cuatro meses, cuando un juez ordenó el traslado a Topo Chico de Pedro Salvador Saldívar, conocido como 'el Z-27' o 'Comandante Flaco', un cabecilla de Los Zetas encerrado hasta entonces en una cárcel federal de alta seguridad, como aquella de la que se escapó 'el Chapo' Guzmán. Los Zetas, que surgieron como brazo armado del cártel del Golfo y después se escindieron de la organización, tienen la nefasta reputación de estar entre los más violentos de los violentos, así que la llegada del nuevo reo permitía presagiar problemas muy serios. El pasado día 11, 'el Z-27' y sus secuaces -'el Pescado', 'el Cochiloco', 'la Liebre', 'el Comando 28', 'el Sigi'...- prendieron fuego a las despensas y desencadenaron un infierno de tres horas que dejó 49 cadáveres: apuñalados, linchados, molidos a palos, decapitados, abrasados... Tras la batalla campal, la Policía encontró 120 'pinchos' de fabricación artesanal, 86 cuchillos y 60 martillos que se habían empleado como armas.

Ofrendas de bebida

El motín ha permitido atisbar hasta dónde llegan el descontrol y la corrupción en algunas cárceles mexicanas. En Topo Chico había saunas, aparatos de aire acondicionado, cintas de correr, incluso algún acuario, y los presos que manejaban la prisión habían establecido 280 puestos de alimentos y un bar decorado con frescos de la Santa Muerte. La macabra figura, tan venerada por los narcos, era una presencia obsesiva en el penal, salpicado por cientos de altares donde le presentaban ofrendas de bebida, tabaco y droga. Ni siquiera faltaban las estatuas a tamaño real.

«Tristemente, la tragedia de Topo Chico no es sorprendente», explica a este periódico Leslie Solís, investigadora en materia penitenciaria de la organización México Evalúa. La cárcel de Monterrey servía como buen ejemplo de los inquietantes vicios del sistema: «Un número importante de prisiones tienen autogobierno, el personal de seguridad y custodia es insuficiente, hay presencia de sustancias y objetos ilícitos, hay privilegios y no se garantizan condiciones dignas. Los internos están en ambientes de corrupción, violaciones de derechos, maltrato y violencia», enumera. En México, sometido desde hace años a una escalofriante escalada de criminalidad, la mano dura de las autoridades ha derivado en cierto abuso de las penas de cárcel: más del 60% de los internos ha cometido delitos menores y en torno al 40% está en prisión preventiva, sin que exista separación entre los ladrones de poca monta -en el motín mataron, por ejemplo, a Erick González, preso por haber robado el equipo de música de un coche- y los encallecidos esbirros del crimen organizado. En Topo Chico se apretaban 4.585 internos, cuando está construida para un máximo de 3.635, pero en el país hay centros con ocupaciones que cuadruplican o incluso quintuplican su capacidad.

'El Z-27' y 'el Credo', como buenos peces gordos, salieron vivos de la revuelta. Y eso que, al segundo, el caos le pilló con la guardia baja: en aquel preciso momento, estaba acompañado por una mujer. 

Fuente: hoy.es
febrero 19, 2016

Un bar y lujosas celdas son hallados en penal mexicano donde 49 murieron en motín

El viernes fueron decomisadas dentro de Topo Chico pastillas sicotrópicas, dosis de cocaína, marihuana, así como 120 puntas artesanales, 60 martillos y 86 cuchillos.MONTERREY, México
Lujosas celdas con sauna, aire acondicionado y cómodas camas fueron hallados en el penal mexicano de Topo Chico, donde autoridades también desmantelaron un bar y cientos de altares dedicados a la Santa Muerte, tras un motín que dejó 49 muertos, informó el domingo el gobierno estatal.

La cárcel, ubicada en la ciudad de Monterrey (norte), fue escenario el jueves de una encarnizada guerra entre dos bandos de presidiarios, encabezados por un par de líderes del cártel de Los Zetas que se disputaban el control del centro de reclusión.

El motín, en el que los presos se enfrentaron con navajas y palos e incendiaron dos módulos de la cárcel, dejó 49 muertos y 12 heridos.

La directora del penal de Topo Chico, Georgina Salazar Robles, y el comisario de administración penitenciaria, Jesús Fernando Domínguez, fueron arrestados, dijo el sábado en rueda de prensa Carlos Cruz de Hoyos, fiscal investigador.

Un celador que disparó contra un reo también fue arrestado.

Los directivos del penal, que presuntamente protegían a reos que controlaban la cárcel, también están acusados de "tráfico de droga, cobro de piso y de conceder privilegios" a algunos reos, añadió.

El viernes fueron decomisadas dentro de Topo Chico pastillas sicotrópicas, dosis de cocaína, marihuana, así como 120 puntas artesanales, 60 martillos y 86 cuchillos.

Mientras la mayoría de los reos vivían hacinados durmiendo hasta en el suelo, el líder de una de las facciones enfrentadas, Iván Hernández Cantú alias "El Credo", "tenía cama king size, una pantalla de televisión de 50 pulgadas y baño de lujo, además al momento del ataque estaba una dama", dijo de su lado el procurador estatal (fiscal) Roberto Flores Treviño.

- Se acabaron las princesitas -

El gobierno de Nuevo León, cuya capital es Monterrey, dijo en un comunicado que en Topo Chico fueron encontradas "celdas de lujo equipadas con salas, minisplits (aire acondicionado), pantallas, frigobares, televisión digital y hasta acuarios y baños sauna".

Cientos de altares de la Santa Muerte, representada por una calavera con una hoz, que incluían estatuas de tamaño real, cuadros y ropa para esta figura fueron encontrados y también retirados, indicó el reporte.

En las instalaciones de este viejo penal, ubicado en una transitada zona de Monterrey, fueron retirados unos 280 puestos de alimentos, abarrotes y hasta un bar operados por los criminales.

Los presos tenían que pagar altos precios por tener agua y alimentos dentro del penal, ante la escasez y mala calidad de la comida que les daban en el centro penitenciario, denunciaron familiares de los reos.

El gobierno estatal mostró un video en el que los reos dicen haber recibido en estos días nuevos uniformes, comida y agua.

"El cambio se vio bien radical, es que se acabaron los privilegios para las princesitas" que tenían áreas privadas, dice una presa en el video.

El gobierno de Nuevo León informó que 233 reos, entre ellos 30 mujeres, fueron reubicados en otros penales.

Toneladas de objetos prohibidos, entre ellos muebles, aparatos electrodomésticos y colchones, fueron apilados en las canchas del centro penitenciario.

El sangriento enfrentamiento se debió a una pugna por el control de la prisión entre Hernández Cantú y Juan Pedro Zaldívar Farías, alias 'El Z-27', este último trasladado hacía apenas dos meses a ese centro penitenciario.

Ambos fueron enviados el viernes a otros penales.

La mayoría de las víctimas fallecieron por heridas de armas punzocortantes, golpes de martillo y palas, y una persona presentó herida de bala.

Igual que en Topo Chico, donde la sobrepoblación alcanza 35%, con 3.800 reos, muchas cárceles mexicanas, enfrentan hacinamiento, malas condiciones y un "autogobierno" ejercido por líderes de cárteles narcotraficantes presos en muchas prisiones.

Fuente: AFP