Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta cruel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cruel. Mostrar todas las entradas
agosto 29, 2017

El cruel ataque que le dieron a un párroco salvadoreño en Guatemala

Fue víctima de un asalto y posteriormente lo lanzaron a un barranco.

Lo lanzaron a un barranco.

Se encuentra en estado delicado.

Juan Carlos Mendoza, un sacerdote de origen salvadoreño y que realiza su servicio religioso en la parroquia San José, en Jutiapa, Guatemala, fue víctima de un cruel ataque.

Un grupo de sujetos fuertemente armados lo interceptó el pasado sábado 19 de agosto en el municipio de Yupiltepeque y lo despojaron de sus pertenencias.

El religioso iba en su vehículo con destino a la referida iglesia cuando otros automotores le impidieron el paso  y varios hombres lo obligaron a bajarse.

Posteriormente lo golpearon y lanzaron a un barranco. Mendoza fue rescatado y trasladado en estado inconsciente a un centro médico donde se encuentra en recuperación, pero su estado de salud es muy delicado.

(Nota elaborada con reporte de Jutiapa Noticias)
septiembre 30, 2016

Vendo esclava sexual yazidí con derecho a pegarle

Un anuncio espeluznante se puede encontrar en telegram. Es tan frío como cruel: Una chica a la venta es “virgen. Hermosa. 12 años de edad…. Su precio ha llegado a $ 12.500 y se venderá pronto “.

La publicación en árabe apareció en una conversación junto con los anuncios de los gatitos, armas y equipo táctico. Ha sido difundida en la Associated Press por un activista de la comunidad yazidi, cuyas mujeres y niños están siendo retenidos como esclavos sexuales por parte de los extremistas.

Está causando impacto mundial la foto de la cara de Lamiya Aji Bashar, joven Yazidi de 18 años que ha conseguido escapar de sus captores islamistas. Era una esclava sexual a quien todo el mundo pegaba en la cara. Este rostro nos lo dice todo.

Fuente: http://nypost.com
marzo 19, 2016

La prisión de la Santa Muerte

Un recluso del cártel del Golfo mandaba en la cárcel mexicana de Topo Chico, donde han sido asesinados 49 internos. Tenía cama 'king size' y tele de 50 pulgadas

Los mexicanos lo suelen llamar autogobierno, y formulado así no suena tan mal, pero en realidad es un cruel mecanismo de violencia y miedo. En las cárceles del país norteamericano, el autogobierno es lo que ocurre cuando no manda el alcaide, ni los guardias, ni ninguna autoridad externa: el poder lo tienen los presos, o mejor dicho unos cuantos presos, que establecen su ley despiadada para someter a los demás y coaccionar a sus familias. Dentro de la enorme penitenciaría estatal de Topo Chico, en Monterrey, el jefe era Jorge Iván Fernández, 'el Credo', un narco del cártel del Golfo arrestado como parte de una banda que confesó medio centenar de homicidios. 'El Credo' no vivía nada mal en prisión: disfrutaba de cama 'king size', televisor de 50 pulgadas y baño de lujo, mientras la mayor parte de los presos duermen en celdas que parecen agujeros negros, sin luz ni ventilación, sobre desnudas literas de hormigón o incluso en algún rincón del suelo. Sus hombres tasaban a cada recluso con ojo experto y le asignaban un precio de miles de euros: era lo que tenían que pagar sus parientes a cambio de que no lo matasen allá dentro.

Pero el plácido retiro de 'el Credo' se complicó hace cuatro meses, cuando un juez ordenó el traslado a Topo Chico de Pedro Salvador Saldívar, conocido como 'el Z-27' o 'Comandante Flaco', un cabecilla de Los Zetas encerrado hasta entonces en una cárcel federal de alta seguridad, como aquella de la que se escapó 'el Chapo' Guzmán. Los Zetas, que surgieron como brazo armado del cártel del Golfo y después se escindieron de la organización, tienen la nefasta reputación de estar entre los más violentos de los violentos, así que la llegada del nuevo reo permitía presagiar problemas muy serios. El pasado día 11, 'el Z-27' y sus secuaces -'el Pescado', 'el Cochiloco', 'la Liebre', 'el Comando 28', 'el Sigi'...- prendieron fuego a las despensas y desencadenaron un infierno de tres horas que dejó 49 cadáveres: apuñalados, linchados, molidos a palos, decapitados, abrasados... Tras la batalla campal, la Policía encontró 120 'pinchos' de fabricación artesanal, 86 cuchillos y 60 martillos que se habían empleado como armas.

Ofrendas de bebida

El motín ha permitido atisbar hasta dónde llegan el descontrol y la corrupción en algunas cárceles mexicanas. En Topo Chico había saunas, aparatos de aire acondicionado, cintas de correr, incluso algún acuario, y los presos que manejaban la prisión habían establecido 280 puestos de alimentos y un bar decorado con frescos de la Santa Muerte. La macabra figura, tan venerada por los narcos, era una presencia obsesiva en el penal, salpicado por cientos de altares donde le presentaban ofrendas de bebida, tabaco y droga. Ni siquiera faltaban las estatuas a tamaño real.

«Tristemente, la tragedia de Topo Chico no es sorprendente», explica a este periódico Leslie Solís, investigadora en materia penitenciaria de la organización México Evalúa. La cárcel de Monterrey servía como buen ejemplo de los inquietantes vicios del sistema: «Un número importante de prisiones tienen autogobierno, el personal de seguridad y custodia es insuficiente, hay presencia de sustancias y objetos ilícitos, hay privilegios y no se garantizan condiciones dignas. Los internos están en ambientes de corrupción, violaciones de derechos, maltrato y violencia», enumera. En México, sometido desde hace años a una escalofriante escalada de criminalidad, la mano dura de las autoridades ha derivado en cierto abuso de las penas de cárcel: más del 60% de los internos ha cometido delitos menores y en torno al 40% está en prisión preventiva, sin que exista separación entre los ladrones de poca monta -en el motín mataron, por ejemplo, a Erick González, preso por haber robado el equipo de música de un coche- y los encallecidos esbirros del crimen organizado. En Topo Chico se apretaban 4.585 internos, cuando está construida para un máximo de 3.635, pero en el país hay centros con ocupaciones que cuadruplican o incluso quintuplican su capacidad.

'El Z-27' y 'el Credo', como buenos peces gordos, salieron vivos de la revuelta. Y eso que, al segundo, el caos le pilló con la guardia baja: en aquel preciso momento, estaba acompañado por una mujer. 

Fuente: hoy.es