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octubre 23, 2017

Una colegiala huérfana, de 10 años, que perdió a sus dos padres por cáncer con tan solo unas semanas de diferencia hace una oración llena de lágrimas para que "disfruten de la vida eterna" en el cielo

Una niña de 10 años cuyos padres murieron de cáncer solo semanas después rezó para que se reúnan en el cielo mientras los dolientes se enjugan las lágrimas en el funeral de su madre.

Karen Stewart, de 36 años, murió después de su tercera batalla contra el cáncer el viernes, tras haber sido diagnosticada cuando tenía solo 18 años.

Su esposo, Ed, falleció a los 42 años en agosto, tres meses después de recibir un diagnóstico terminal de cáncer y no mucho después de las devastadoras noticias de su esposa.

En el funeral de la Sra. Stewart en Dublín hoy, la hija de la pareja, Keeva, de 10 años, rezó para que su madre y su padre pudieran disfrutar juntos de la "vida eterna".

Ella, su hermano de ocho años, Finn, y su hermana de cuatro años, Erin, quedaron huérfanas después de la muerte de su madre la semana pasada. 

Cientos de personas recordaron a la popular madre de tres niños en su funeral en la Iglesia de Nuestra Señora Inmaculada en Darndale, en Dublín. 

La tía de la Sra. Stewart, Gina, rindió homenaje a su sobrina, quien dijo que "luchó contra el cáncer desde la edad de 19 años" y recibió su pronóstico final en enero.

Ella dijo que su sobrina había luchado contra el cáncer con una gran "determinación" y "fortaleza" y que había hecho todo lo posible por sus hijos, a quienes quería mucho.

Ella agregó: "La única comodidad que podemos encontrar en este momento es que ahora está con Ed, su hijo Aron y su padre James.

"Ed probablemente pensó que iba a tener un descanso allí, pero Karen probablemente lo tiene corriendo por aquí en este momento".

También expresó gratitud en nombre de Karen y la familia a la comunidad local.

Ella dijo: "El apoyo ha sido abrumador y Karen quiere expresar su gratitud a una comunidad increíble por todo el apoyo brindado y todos los esfuerzos de recaudación de fondos".

Los tres hijos ahora se mudarán con el hermano de su padre, Vincent, y su esposa, Tanya, junto con sus tres hijos.

Después de la misa fúnebre, la Sra. Permanece fue llevada al cementerio de Fingal para su entierro.

La amiga de la Sra. Stewart, Stacey Hogg, creó una página de GoFundMe para ayudar a la pareja a hacer recuerdos con su familia mientras todavía podían.


Fuente: dailymail.co.uk/

julio 12, 2017

¿Puede uno realmente perder una madre?

 Mi primer Día de la Madre sin mi madre

Hace nueve meses perdí a mi querida madre.

Pero, mientras escribo estas palabras, me pregunto: ¿Puede uno realmente perder una madre?

Por supuesto que no. Pero sí perdí el sonido de la voz de mi madre cuando yo entraba a la habitación y escuchaba su alegría mientras gritaba mi nombre. Perdí el contacto con sus manos cuando agarraba las mías. Perdí a la única persona en el mundo a la que llamaría día o noche, sin importar la hora. Ella era feliz de quitar carga de mis hombros. “No te preocupes, sheifala, todo estará bien. Yo estoy rezando por ti”. En mi corazón, yo sabía que mi madre estaba sacando su libro de Salmos y lavando sus frágiles paginas con lágrimas. Por mí. Me llenaba una abrumadora sensación de que me aman y se preocupan por mí.

Y ahora he quedado sola forcejeando con vacío. Hay veces en las que levanto el teléfono por hábito y sólo escucho el tono de marcado sonando en mi oído. Me olvido que no puedo hacer esa llamada. Busco su sabiduría pero en lugar de eso debo confiar en las palabras de mi madre de los días pasados. Lucho para recordarlo todo. Intento ferozmente aferrarme a nuestros chistes internos, nuestras miradas de comprensión. Cierro mis ojos y viajo a mis días pasados, cuando tenía a mi madre en este mundo.

Cada viernes por la noche, la silla vacía es un duro recordatorio de todo aquello que he perdido. Me gustaría poder inclinar mi cabeza y sentir las manos de mi madre sobre mí mientras susurra sus bendiciones de Shabat una vez más. Pero la noche pasa y en el lugar de mi madre está el sonido del silencio.

Recuerdo ese último Shabat, cuando mi madre se sentía demasiado enferma como para venir a mi casa. Mi nieto de dos años preguntó: “¿Dónde está Buba?”.

“Buba no se siente muy bien”, respondí. “No creo que Buba venga hoy”.

Sus ojos empezaron a humedecerse. “¡Yo quiero a Buba!”.

Lo vi correr a la ventana y levantar las cortinas. Sus labios haciendo puchero, él tenía cara de determinación. Se volteó hacia mí mientras sostenía la punta de la tela. “Quizás Buba va a venir. Voy a mirar por esta ventana”.

Esperamos y esperamos, pero no iba a ocurrir.

Desearía.

Desearía que hubiésemos sabido que nuestro tiempo juntas se iba a acabar. Desearía haber hecho más preguntas. Haber aprendido más. Haber escuchado más.

Uno de aquellos últimos días terribles en el hospital, cuando sabíamos que el momento de decir adiós se estaba acercando, cada uno de nosotros tuvo unos momentos para hablar en privado.

Los ojos de mi madre se abrieron. Yo sabía que aunque mi madre no pudiera hablar, ella sabía exactamente lo que estaba pasando. Había una luz de entendimiento que brillaba.

Me incliné y tomé la mano de mi madre.

Le agradecí a mi querida madre por darme la vida. Intenté expresar mi gratitud por el coraje, la visión y la resistencia de mi madre, y por mantener la antorcha de la fe encendida dentro de nosotros. Los muchos sacrificios por nuestro pueblo que ella arraigó en nuestros corazones. Y los innumerables sacrificios que ella hizo por nosotros, sus hijos. El camino que ella tan valientemente forjó para que nosotros la siguiéramos. Le agradecí por darnos el regalo de la memoria, misión y legado.

    Si tienes la bendición de tener a tu madre en este mundo, tómate un momento y expresa tu gratitud.

Los pasos de mi madre nunca podrán ser borrados por el tiempo. Su amor ha sido imbuido en las moléculas de este universo. Nosotros respiramos su amor cada día. Es un amor de madre que no puede ser duplicado; un amor singular que nutre el alma.

Los ojos de mi madre brillaron. ¿Cómo se dice adiós? Tomé un pañuelo de papel y sequé sus mejillas cuando dos lágrimas corrieron por su cara. En ese momento sentí que estaba tocando la santidad; ardientes lagrimas de fuego directo del alma.

Si tienes la bendición de tener a tu madre en este mundo, tomate un momento y expresa tu gratitud. Las palabras desde el corazón pueden ser difíciles de articular, pero siempre atesorarás ese momento. Es un salto gigante de amor. Vale la pena hacerlo.

Y si tu madre ha regresado su alma al cielo, tienes que saber, como yo lo sé, que tu madre es tu madre para siempre. Ella te está cuidando, rezando por ti y preocupándose por ti. Ten consuelo en saber que no estás solo.

Con eterna gratitud a mi querida madre, Rebetzin Esther Jungreis, que su memoria sea para bendición.

Fuente: Aish Latino
agosto 30, 2016

Yaritza Oliva, de 20 años de edad llora lágrimas de sangre

Los médicos en Chile se han quedado perplejos después de ver un paciente que aparentemente llora lágrimas de sangre. Yaritza Oliva, de 20 años de edad, de la ciudad de Purranque, llora lágrimas rojas de sangre varias veces al día después de haber sido afectada por una enfermedad misteriosa a principios de este mes.

Después de buscar la asistencia médica, se le prescribió gotas para aliviar el dolor ardiente que dijo fue "indescriptible". Su hospital local descartó tanto una infección ocular y conjuntivitis y creen que puede estar sufriendo de una enfermedad rara conocida como haemolacria, aunque aún está por ser diagnosticado oficialmente.

Varios casos de haemolacria han surgido en los últimos años, aunque se sabe muy poco acerca de la condición o qué la causa.

Fuente: losmasraros.com
marzo 31, 2016

Marnie-Rae Harvey llora lágrimas de sangre y, a pesar de haber sido estudiada por hematólogos, neurólogos, ginecólogos e incluso pediatras, los médicos no saben por qué

Marnie-Rae Harvey llora lágrimas de sangre y, a pesar de haber sido estudiada por hematólogos, neurólogos, ginecólogos e incluso pediatras, los médicos no saben por qué.

Marnie-Rae acaba de cumplir los 17 años, viven en el centro del Reino Unido, en una localidad llamada Stoke on Trent, y no puede abandonar su casa, ni siquiera para salir con amigos, porque el sangrado que padece la obliga a permanecer todos los días prácticamente encerrada.

"Me quema y cuando cubren mi pupilas, como ocurre usualmente con las lágrimas, no puedo ver", señala la joven. Y no se trata únicamente de sus ojos; el sangrado también afecta sus oídos, nariz, lengua y uñas.

Todo se originó en 2013, cuando repentinamente comenzó a toser con sangre. Los expertos analizaron su caso y aseguraron que no se trataba de nada grave. Sin embargo, dos años más tarde, amaneció con su rostro completamente cubierto de sangre, que procedía de sus ojos.
Los paramédicos de la ambulancia que debió asistirla no salían de su estupor; nunca antes habían visto algo así. "Cuando llegamos al hospital me revisaron los ojos, pero no tenían ninguna anomalía. Había llorado sangre, pero el ojo estaba normal y los resultados del análisis de sangre también", explica Marnie-Rae.

Durante dos semanas, sus ojos lagrimearon sangre todos los días. "Pero un día, mientras iba de compras, mis ojos y mis oídos comenzaron a sangrar. Tuve que llamar una ambulancia otra vez", relata.

Los exámenes médicos se multiplicaron sin encontrar anomalías que expliquen el extraño síntoma, que a esta altura se ha transformado en un verdadero calvario para Marnie-Rae. "El otro día en el hospital había gente que intentaba tomarme fotos y decían cosas feas sobre mi cara", contó.

Fuente: BBC

Imágenes: Gareth Iwan Jones