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enero 22, 2017

¿En qué piensa la gente antes de morir?


Hiljot Teshubá 1: 1:
“Por todos los mandamientos de la Tora, ya sea cuando una persona transgrede una prohibición o cuando un individuo no ha cumplido un mandamiento positivo …uno debe arrepentiste, etc. “.
Normalmente, pensamos en Teshubá / arrepentimiento como el proceso que comienza a partir de nuestra sensación de culpa por los errores, faltas y malas acciones que hemos cometido. Pero de acuerdo a esta Halajá,  también (o sobre todo) debemos arrepentirnos por lo bueno que deberíamos haber hecho y no hicimos.  Somos responsables no sólo de nuestros malos actos sino también de nuestra inacción y pasividad. Deberemos dar cuenta por no haber hecho todas las cosas buenas que tenemos el potencial de  hacer.
Al igual que todos los rabinos, he visitado a varios pacientes que sabían que pronto iban a morir. Cuando los pacientes estaban conscientes y se sentían en confianza para compartir con un Rabino sus pensamientos más íntimo, siempre ha surgido un tema en común a todas las personas en sus horas finales: al final de la vida, la gente no se lamenta tanto por los errores cometidos (estamos hablando de personas normales, no de criminales, o algo así…). En esos últimos momentos, que son tan sagrados, cuando las memorias de toda la vida pasan por la mente, he observado que la gente principalmente se lamenta por las cosas buenas que deberían haber hecho y no hicieron. Por las oportunidades que han perdido para hacer un cambio positivo en los demás. En esos momentos, que es cuando uno tiene más conciencia que nunca sobre la irrecuperabilidad del tiempo, la gente se arrepiente de haber perdido demasiado  tiempo en “tener más” en lugar de haberse dedicado a “dar más, ayudar más, compartir más”, y haberse esforzado por hacer lo que es correcto y bueno a los ojos de HaShem. En esos momentos, se hace un balance de nuestras vidas y en los activos no contamos lo que tenemos sino lo que hicimos. Las personas se arrepienten de haber desperdiciado su potencial. Y cuanto más importante haya sido la posición o el poder de esa persona, más grande es el sentimiento de frustración por haber perdido tantas oportunidades para impactar la vida de los demás y su propia vida en relación a Dios.
Siguiendo esta simple idea, nuestra Teshubá anual demanda, en primer lugar, darnos cuenta de todos nuestros talentos y del gran potencial que tenemos para dar, ayudar, inspirar a los demás y hacer lo que es bueno a los ojos de HaShem.
Fuente:  http://halaja.org