Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta masa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta masa. Mostrar todas las entradas
mayo 27, 2017

La humildad: el objetivo más importante de la vida de un judío

JAMETS PSICOLÓGICO

Además de la Mitsvá de comer Matsá, durante Pésaj está estrictamente prohibido comer o poseer cualquier alimento que sea o contenga Jamets. ¿Por qué? Más allá de las razones históricas bien conocidas –nuestra redención fue tan presurosa que no hubo tiempo que perder–  nuestros Rabinos vieron en el Jamets, el proceso de fermentación que eleva a la masa, una representación muy significativa. Los Jajamim compararon al Jamets con la soberbia y la vanidad; la masa que se infla sola, con el individuo que permite que su ego se expanda y se engrandezca. La soberbia y el Jamets son simple aire, una inflación ilusoria del yo.

Pero ¿por qué nos ponemos a pensar en arrogancia vs. humildad específicamente durante Pésaj?  Porque no todas las personas están expuesta al riesgo de convertirse en individuos arrogantes… Un esclavo judío en Egipto, por ejemplo, no podía darse el lujo de ser vanidoso. El riesgo del orgullo excesivo sólo es relevante para un hombre libre. Y en Pésaj, cuando conmemoramos nuestra libertad de la esclavitud física, tenemos en mente que como individuos libres, fácilmente podríamos caer en un tipo diferente de auto-esclavitud, una esclavitud mental: la adicción a los aspectos inflables de nuestro ego. Los riesgos del “Jamets psicológico”: la soberbia.

La sociedad moderna en sus incansables esfuerzos por convertirnos en consumidores leales, contribuye en gran medida a la alimentación de nuestro ego. Enseñándonos a ser más narcisistas, más egocéntricos y más hedonistas. Nos empuja a convencernos de que tenemos derecho a tener no sólo todo lo que necesitamos, sino también todo lo que queremos y todo lo que deseamos. Esta inmensa ambición, cuando se satisface, puede derivar fácilmente en arrogancia: sentir que SOY más que los demás,  porque TENGO más que los demás.

La Matsá, un pan plano, chato y sin pretensiones, representa la humildad. La humildad no significa degradarnos. Ser humilde significa asumir la verdadera dimensión de la vida humana, tomando conciencia de nuestra ineludible mortalidad, y reconociendo que dependemos totalmente de HaShem..

La humildad es también la esencia de la autoestima. Quererse, y fundamentalmente aceptarse, es un pre requisito para estar en paz con uno mismo. El individuo arrogante es inseguro. Necesita el halago público y el permanente aplauso de los demás. Busca la aprobación del otro,  a veces desesperadamente, con el fin de compensar la no-aceptación de sus propias fallas y errores. Sólo el humilde, la persona que no necesita buscar el aplauso de los que están a su alrededor para sentirse mejor, es verdaderamente libre, independiente. El hombre humilde es capaz de admitir sus desaciertos, cambiar y mejorarse constantemente a sí mismo. La persona arrogante, por otro lado, es psicológicamente incapaz de admitir errores y por lo tanto, incapaz de cambio. Y al no poder corregirse, termina adaptándose (=esclavizándose) a sus propios defectos. La arrogancia es un Faraón tirano que condena nuestra personalidad al estancamiento.

Mientras que la persona humilde sabe y sostiene que todo ser humano merece dignidad y respeto y tiene el derecho a ser escuchado y comprendido, el individuo arrogante se convierte en un sirviente de su propio ego inflado. La arrogancia es una capa de aluminio detrás de un cristal que sólo nos deja ver nuestra propia imagen.

Nuestros Jajamim explican que la arrogancia, este Jamets mental, es la principal barrera entre el hombre y su prójimo. Y también entre el hombre y HaShem. La persona arrogante no concibe “servir a Dios”, pretende más bien “usar” a Dios para su propio beneficio.

Nuestros Jajamim explican que desde la perspectiva del hombre soberbio, “no hay lugar en este mundo para él y para Dios”. ¿Qué significa esto? Que si la realidad de la existencia fuera un circulo, alguien (o Alguien) tiene que estar en el centro. Y en el centro, no hay lugar para dos. El arrogante se sitúa en el centro y desplaza a Dios a la periferia. En esa relación, él no sirve a Dios,  sino que trata de servirse de Él.

El objetivo más importante de la vida de un Yehudí es alcanzar este nivel de humildad: reconocer que HaShem está en el centro. Y asumir que yo, el hombre, estoy aquí por Él y para Él. Y ésta es una misión imposible para el individuo soberbio.

Pésaj es una intensa lección de humildad. De la misma manera que eliminamos cada migaja de Jamets de nuestros hogares, debemos borrar todo rastro de vanidad de nuestros corazones.

Fuente: Halaja.org
abril 11, 2016

Kepler-283c

Kepler-283c es un exoplaneta descubierto en 2014 por el Telescopio Espacial Kepler, Con un radio de 1,81 R⊕, Kepler-283c es una supertierra. Su masa estimada, asumiendo una composición de hierro-roca similar a la terrestre, es de 7,04 M⊕. Su densidad sería un 18 % mayor que la de la Tierra, posiblemente por el efecto compresor de la atracción gravitatoria sobre las capas internas del planeta. La gravedad sobre Kepler-283c sería más del doble que la terrestre, de modo que una persona con un peso de 80 kg en la Tierra pesaría algo más de 171 kg sobre su superficie.

La temperatura media superficial calculada para Kepler-283c es de 17,95 ºC (mesoplaneta), frente a los 15 ºC de la Tierra. Estas estimaciones parten de la posición del planeta en la zona habitable del sistema, ligeramente más desplazada hacia el confín interno de la misma que la Tierra.

Fuente: taringa.net
marzo 21, 2016

El planeta orbita dentro de la zona de habitabilidad estelar de Gliese 667 C

El planeta orbita dentro de la zona de habitabilidad estelar de Gliese 667 C, a una distancia de 0,1251 UA, con un periodo orbital de tan sólo 28,1 días. Es una supertierra, con una masa mínima de 3,80 veces mayor que la de la Tierra, y un radio estimado de 1,54 (siendo 1 el radio de la Tierra, y asumiendo que se trata de un planeta rocoso).

Hasta hace poco era el exoplaneta confirmado que guardaba una mayor similitud con la Tierra, con un IST del 84 %. Guillem Anglada-Escudé señaló en un artículo publicado en Astrophysical Journal Letters a principios de 2012, que este era el exoplaneta (confirmado) con más posibilidades de contener agua líquida y formas de vida debido al lugar en el que se encuentra.Si tuviera una atmósfera similar a la de la Tierra, la temperatura media de Gliese 667 Cc sería ligeramente inferior, con 13 ºC (en la Tierra son 15 ºC). El planeta tendría una gravedad un poco mayor que la terrestre, equivalente a 1,32 g, y se especula que la luminosidad del planeta sería un 90 % de la que recibe la Tierra.

Fuente: taringa.net
marzo 03, 2016

Nauru: la isla de los obesos

En una recóndita isla del océano Pacífico llamada Nauru, más del 90% de los habitantes tiene sobrepeso u obesidad, siendo el país con mayor proporción de obesos del mundo. ¿La principal razón? La alimentación occidental supuso una amenaza frente a la que no estaban preparados.

Normalmente, cuando pensamos en una población con gran cantidad de personas obesas, inmediatamente nos vienen a la mente imágenes de Estados Unidos. Sin duda, no estaríamos demasiado desencaminados al elegir este país en nuestros pensamientos: En torno al 65% de la población estadounidense tiene sobrepeso o es obesa. Unas cifras que, lejos de disminuir, van aumentando año a año en el país. Pero, por sorprendente que parezca, "sólo" ocupan el noveno puesto en el ranking mundial de países con mayor población obesa o con sobrepeso.

Las pequeñas islas estado del océano Pacífico baten todos los récords de problemas de peso entre la población, con unos porcentajes que se mueven en torno al 78% y el 94% de habitantes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 25. Es decir, tienen sobrepeso (de 25 a 30) u obesidad (por encima de 30).

El pequeño Estado de Nauru encabeza la lista mundial de países con obesidad o sobrepeso. Su isla se sitúa en el océano Pacífico, al noreste de Australia. La población ronda, en la actualidad, los 14.000 habitantes.

Resulta irónico que Nauru, la isla estado más pequeña de todo el mundo, sea ampliamente conocida por el gran peso de sus habitantes. Hablar de este país es hablar de un gran problema de salud pública de enormes dimensiones: 9 de cada 10 habita
ntes tiene sobrepeso u obesidad. De media, los hombres adultos ingieren 7.500 kcal. diarias y las mujeres adultas 5.000 kcal. Como consecuencia de lo anterior: Alrededor del 30% de la población de Nauru sufre diabetes tipo II y otro tanto de hipertensión y arteriosclerosis. Las muertes asociadas a la obesidad (de causa cardiovascular principalmente) son la norma, con unas cifras de infartos cardíacos increíblemente elevadas. Los estragos que el sobrepeso y la obesidad causan en la población provocan que la esperanza de vida sea de 58 años en los hombres y de 65 en las mujeres.
Si los datos sobre los problemas de peso de Nauru llaman la atención por batir todos los récords, aún resulta más sorprendente (si cabe) la evolución que ha tenido el peso de sus habitantes en menos de un siglo. De ser una tribu con su cultura tradicional y un peso normal, o incluso más bajo de lo recomendable, han pasado a ser una población ampliamente occidentalizada con unas cifras de peso alarmantes. Con las fotografías de la izquierda puedes hacerte una idea de esta evolución. Como si de un anuncio de "Antes y después" para perder peso se tratara, sólo que a la inversa.
¿Qué ha llevado a los habitantes de Nauru a ser lo más obesos del planeta?

La situación de Nauru ha sido extensamente estudiada por numerosos investigadores y, aún hoy, sigue siendo centro de atención en el estudio de la obesidad. Se trata del ejemplo más paradigmático de la enorme influencia que puede tener la sociedad (predominantemente los hábitos alimenticios) en las cifras de obesidad de una población pero también de la vulnerabilidad de ciertos grupos humanos frente a este problema.

Durante decenas de miles de años (en torno a 40.000) los habitantes de la isla de Nauru estuvieron aislados del mundo, apañándoselas como podían para llevarse algo a la boca. No habían desarrollado la agricultura, por lo que su alimentación consistía en lo que podían pescar, cazar y recolectar de la isla. Así pues, su alimentación era rica en carbohidratos complejos y fibra, y escasa en grasas y proteínas. De cuando en cuando, la isla se veía azotada por los ciclones, lo que ocasionaba épocas de hambruna entre la población.

Debido a la dificultad para acceder a la comida y estos frecuentes periodos de hambruna, se debió potenciar la capacidad de los nauruanos para sobrevivir en estas condiciones. Es decir, en época de abundancia, cuando podían comer más de lo que necesitaban, acumulaban el exceso de calorías en forma de grasa con facilidad, para resistir posteriormente a las constantes hambrunas. Aquellos que no desarrollaron estos mecanismos murieron como consecuencia de las presiones de la selección natural. Dicho de otra manera: Se potenció el genotipo ahorrador (una mayor facilidad para acumular grasa, algo de lo que estuvimos hablando hace un tiempo) entre los habitantes de la isla (también en otras muchas islas del Pacífico), como un mecanismo de supervivencia.

Esa adaptación, que durante miles de años les vino de perlas a los nauruanos, dejó de ser tan ventajosa cuando empezaron a tomar contacto con la sociedad occidental en el siglo XX y, principalmente, con su dieta. De la variada y escasa dieta de la isla que mencionábamos antes, pasaron a tener una dieta abundante en grasas y azúcares simples y pobre en fibra. Adaptados a vivir con escasez de alimentos y con ejercicio físico frecuente, los nauruanos se enfrentan hoy a la comida en abundancia y un nulo ejercicio físico. Si, anteriormente, la facilidad para acumular grasa era una cuestión de supervivencia, hoy en día es una cuestión de enfermedad.

Se junta, además, que el 90% de la isla está cubierta de depósitos de fosfato, que dificultan la implantación de la agricultura. En su lugar, obtienen la mayor parte de la comida a través de la importación de alimentos procedentes de Australia y Nueva Zelanda. La mayoría de estos alimentos importados son carnes y dulces ricos en grasas y azúcares simples. De hecho, el "Spam" o carne enlatada es uno de los "manjares" más populares en la isla, mientras que sólo un 3% de los habitantes de Nauru come fruta o verduras con frecuencia.

Pero no sólo la occidentalización bestial de la población de Nauru ha sido la desencadenante de los problemas. Entre los habitantes de las islas del pacífico existe todavía la percepción generalizada de que un exceso de peso es signo de riqueza y poder. Lo que motiva muy poco o nada a sus habitantes para que intenten frenar la ganancia excesiva de peso. Y es que los habitantes de Nauru no estaban preparados, de ninguna manera, para la invasión alimenticia de occidente.

Fuente: soitu.es