Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta roca. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta roca. Mostrar todas las entradas
julio 11, 2016

Jerusalén, la meta soñada por millones de peregrinos en Semana Santa

Para los cristianos, el lugar más sacrosanto sigue siendo el Santo Sepulcro. El edificio reviste el monte Gólgota. Allí está el Calvario, cuya roca pueden tocar los peregrinos, y está el sepulcro de Cristo, unos metros por debajo.

Su solo nombre hace estremecer a creyentes de los más insólitos rincones del mundo, cuyos rostros y acentos hacen de esta urbe un caso único. Parece como si las raíces de lo sagrado se hubiesen ensañado con su áspera geografía de manera enfermiza.

Los sucesos fundacionales se acumulan y superponen. En la misma roca del monte Moria fue el sacrificio de Abraham y la fuga de Mahoma al cielo. En el mismo cenáculo Jesús instituyó la Eucaristía, ocurrió Pentecostés y está enterrado el rey David.

En el mismo Monte de los Olivos fue el prendimiento de Cristo y su ascensión a los cielos.

Cada gesto o suceso sagrado está fosilizado en la iglesia correspondiente, haciendo de este vecindario imposible una catequesis de piedra.

Imposible de comprender en lo íntimo, se puede sin embargo descifrar alguna de sus claves. Lo mejor para ello es acudir al mirador del paseo de Shérober, desde el cual se obtiene la panorámica más explícita. En el centro, la ciudad vieja o recinto amurallado (el que vemos fue levantado por Soleimán, en el siglo XVI, con siete puertas). A oriente, el Monte de los Olivos y el sector árabe, deslizándose caótico. A poniente, el monte Sión y la parte judía, nueva y arrogante, con perfiles de hoteles que preludian la ciudad moderna.

Al sur, el valle del Cedrón, poblado sólo por sepulcros, por donde ascenderán los muertos el día del Juicio Final para entrar en la Ciudad Celestial por la Puerta Dorada.

Tras esta primera disección, lo mejor para entender Jerusalén es dejarse absorber por ella, perderse en el laberinto antiguo. En realidad, es la única manera de sentir Jerusalén. Escuchar la llamada a la oración de los almuédanos, mezclada con el toque de campanas de algún monasterio escondido, por callejas que semejan sótanos solitarios, atravesados por un costillar de arco o contrafuerte. Esquivar los abalorios piadosos de los mercaderes, incluso la tentación de los zocos, para perderse por los intestinos más secretos y vivos, allí donde se venden las frutas y la carne, y los tenderos fuman la pipa de agua o juegan al billar bajo bóvedas ojivales.

Casco viejo

Cada barrio (el casco viejo está dividido en cuatro: árabe, judío, cristiano y armenio) tiene sus propios olores y sonidos. Para judíos y árabes, la raya más enojosa es la que marca la llamada Explanada de las Mezquitas: es el monte Moria de Abraham, sobre el cual Salomón edificó su templo (rehecho por Herodes) y donde los omeyas levantaron la Mezquita de Omar, y luego la de al-Aqsa.

Los musulmanes disfrutan de la explanada y las mezquitas, los judíos tienen que contentarse con el muro de contención, conocido como Muro de las Lamentaciones, símbolo agridulce que recuerda la dispersión del pasado, pero también la gozosa posesión del presente.

Para los cristianos, el lugar más sacrosanto sigue siendo el Santo Sepulcro. En un galimatías inextricable de construcciones y sectas, se acumulan las cinco últimas estaciones de la Vía Dolorosa o vía crucis. El edificio rehecho por los cruzados reviste el monte Gólgota. Allí está el Calvario, cuya roca pueden tocar los peregrinos, y está el sepulcro de Cristo, unos metros por debajo. Cada centímetro está disputado por monjes abstrusos, que inciensan o prenden lámparas de aceite y velas, y posee una piadosa exégesis: la historia queda anulada por la fe.

Fuente: noticiacristiana.com
abril 11, 2016

Kepler-283c

Kepler-283c es un exoplaneta descubierto en 2014 por el Telescopio Espacial Kepler, Con un radio de 1,81 R⊕, Kepler-283c es una supertierra. Su masa estimada, asumiendo una composición de hierro-roca similar a la terrestre, es de 7,04 M⊕. Su densidad sería un 18 % mayor que la de la Tierra, posiblemente por el efecto compresor de la atracción gravitatoria sobre las capas internas del planeta. La gravedad sobre Kepler-283c sería más del doble que la terrestre, de modo que una persona con un peso de 80 kg en la Tierra pesaría algo más de 171 kg sobre su superficie.

La temperatura media superficial calculada para Kepler-283c es de 17,95 ºC (mesoplaneta), frente a los 15 ºC de la Tierra. Estas estimaciones parten de la posición del planeta en la zona habitable del sistema, ligeramente más desplazada hacia el confín interno de la misma que la Tierra.

Fuente: taringa.net