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diciembre 25, 2016

Denuncian a curas por abuso de niños sordos en Argentina


LUJAN DE CUYO, Argentina (AP) — Varios niños y jóvenes aseguraron que en una pequeña capilla y ante una imagen de la Virgen María fueron abusados por dos curas católicos. Sus gemidos de terror difícilmente podían ser escuchados: como ellos, los otros estudiantes de esa escuela argentina eran sordos.

Al menos 24 alumnos y ex alumnos del Instituto Antonio Próvolo para niños sordos y con problemas de audición de la provincia de Mendoza denunciaron los presuntos abusos ante la justicia. El escándalo se intensificó luego de saberse que uno de los sacerdotes señalados ya había sido acusado de delitos similares en una escuela en Italia.

En el instituto "hay una capillita chiquita donde está la Virgen... con unas sillitas, donde a los niños los confesaban, les daban la comunión. Allí sucedían algunos de los hechos", dijo recientemente a The Associated Press el fiscal Fabrizio Sidoti, quien investigó el caso en las últimas semanas.

Las presuntas violaciones anales y vaginales, los manoseos y las prácticas de sexo oral también ocurrían en los cuartos de baño, los dormitorios, el jardín y un sórdido sótano del centro educativo situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, unos 1.065 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, según las denuncias contra los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, quienes ya están presos. Tres laicos también enfrentan cargos en prisión.

El caso golpea a las puertas del Vaticano, que habría desoído las advertencias de las víctimas italianas sobre Corradi, detenido en Mendoza. El sacerdote italiano, de 82 años, había sido señalado por delitos similares cometidos desde la década de 1950 en el Instituto Antonio Próvolo de Verona.

Tras ordenar una investigación por las denuncias en Italia, el Vaticano castigó a cuatro sacerdotes, aunque Corradi nunca fue sancionado por los crímenes cometidos en ese instituto.

"Siempre nos decían que era un juego. 'Vamos a jugar, vamos a jugar' y nos llevaban al baño de las nenas", dijo una joven que denunció haber sido violada y abusada en el colegio argentino.

A través de una intérprete del lenguaje de señas, varias muchachas narraron a AP los supuestos abusos sufridos durante años.

La AP no identifica a presuntas víctimas de abuso sexual, a menos que ellas lo hagan de manera voluntaria. Además, en este caso, la justicia argentina las considera testigos de identidad reservada.

"Quiero que ellos estén presos hasta la muerte... Esto pasó en Italia, pasó acá. ¡Esto se corta, esto se termina, basta!", manifestó una de las jóvenes al referirse a Corradi y Corbacho, argentino y de 55 años.

Los alumnos y ex alumnos, algunos ya mayores de edad, han declarado ante el fiscal Sidoti haber sufrido abusos desde hace al menos una década. El fiscal describió los testimonios como muy verosímiles y coincidentes y aguarda los de más de 20 personas de las que podrían surgir más víctimas.

Según la investigación, los agresores se cebaban especialmente con los niños que dormían en los albergues del instituto, varios de los cuales procedían de provincias cercanas.

Una de las entrevistadas afirmó haber visto a uno de los curas violar a una niña mientras el otro sacerdote la obligaba a practicarle sexo oral. Sidoti narró que los menores miraban a escondidas, a través de las cerraduras de las puertas, entre las rendijas de las persianas. Aparentemente algunos niños incluso abusaron de sus compañeros en los dormitorios en una naturalización del horror en el que estaban inmersos.

Corradi, Corbacho y tres empleados del colegio -José Luis Ojeda, Jorge Bordón y Armando Gómez- fueron detenidos en noviembre acusados de maltrato físico, abuso sexual y corrupción de menores.

En el dormitorio de Corradi la policía halló 550.000 pesos en efectivo (unos 34.300 dólares) y revistas con fotografías de mujeres desnudas. Las computadoras y los celulares de los sacerdotes están siendo analizados ante la posibilidad de que contengan registros de los abusos.

Los acusados se han negado a declarar. A ambos curas les fue denegada el jueves la prisión domiciliaria y tendrán que permanecer en una cárcel de Mendoza con el resto de los acusados.

Pablo Kletzl, abogado de Corradi, no quiso informar el viernes a AP la situación de su defendido. "No voy a hablar", dijo en una breve conversación telefónica.

El papa Francisco no se ha manifestado públicamente sobre el caso y la Santa Sede declinó hacer comentarios a AP.

El 11 de diciembre, cuando el escándalo ya había estallado en Argentina, la difusión de un video en el que el pontífice les deseaba una feliz Navidad a los sordos a través de la lengua de señas despertó las críticas de usuarios de Twitter en el país sudamericano, que le reclamaron al papa una declaración por el caso de Mendoza.

"O vive fuera de la realidad o es de un cinismo fenomenal... es una burla", dijo a AP Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina.

Anne Barrett, codirectora de BishopAccountability.org, un portal en internet contra la pederastia clerical, afirmó que el caso argentino "es distintivamente horripilante... los delitos son nuevos, eran prevenibles, ocurrieron luego de que el Vaticano supuestamente ha implementado reformas y bajo las narices de funcionarios de la Iglesia que han presumido de políticas inteligentes contra los abusos".

Muchos en Argentina se preguntan si Francisco estaba al tanto de la presencia en su país del cura italiano.

El nombre de Corradi apareció públicamente en 2009 cuando 67 sordos dijeron haber sido abusados en el instituto veronés por 24 curas, laicos y hermanos religiosos. La lista de abusadores fue publicada en internet y especificaba que en ese entonces el sacerdote italiano estaba en Argentina.

Una víctima volvió a mencionarlo como su abusador durante una investigación ordenada en 2010 por el Vaticano a la diócesis de Verona, que también fue pública.

Su nombre volvió a aparecer en una carta dirigida al papa en octubre de 2014 en la que las víctimas italianas mencionaron a 14 curas presuntamente abusadores que seguían ejerciendo el ministerio y en la que le hacían notar que Corradi y otros tres sacerdotes estaban en Argentina. En aquella misiva señalaron que "la Iglesia no tiene interés en el sufrimiento provocado por sacerdotes que abusaron sexualmente de niños sordos".

Más de dos años después monseñor Angelo Becciu, un alto funcionario del Vaticano, les respondió que había elevado a la Conferencia Episcopal Italiana su propuesta de creación de una comisión investigadora. La Conferencia no respondió las consultas de AP acerca de si dicha comisión está en funcionamiento.

"Si sabían que había hecho esto ¿por qué lo mandaron acá aún sin haber estado con una condena judicial?", se quejó el jefe de los fiscales de Mendoza, Alejandro Gullé. "Enviaron al lobo a cuidar a las ovejas".

El arzobispado de Mendoza sostuvo que desconocía los antecedentes de Corradi cuando llegó a la provincia. "No era praxis de la Iglesia preguntar...viene un religioso a una diócesis y se confía en el superior legítimo", dijo a la AP Marcelo De Benedectis, vocero de esa institución. Agregó que el caso es "tan indignante" que se han tomado nuevas medidas en la diócesis mendocina, entre ellas exigir una declaración jurada a los religiosos en la que deben indicar que no tienen antecedentes penales o canónicos.

La Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede ya está informada de las acusaciones contra Corradi y Corbacho, señaló De Benedectis.

En 2012 la diócesis de Verona pidió perdón a las víctimas y sancionó a cuatro de los 24 acusados tres años antes, entre los que no estaba Corradi. En ningún caso hubo un proceso penal porque el delito había prescrito.

En Argentina los abusos no han prescrito y las eventuales condenas podrían llegar hasta los 50 años de prisión, según Gullé.

La justicia también investiga si personal administrativo del instituto argentino encubrió los abusos.

Viviana Ávila, docente del colegio, dijo a AP que las profesoras "nunca tuvimos una sospecha de nada" ni recibieron quejas de los chicos. Ella y sus compañeras se retiraban al mediodía y tenían prohibido acercarse a los albergues.

Corradi fue trasladado a Argentina en la década de 1980. El sacerdote estuvo primero en el centro Próvolo de La Plata, 70 kilómetros al sur de Buenos Aires, y a fines de la década de 1990 recaló en Luján de Cuyo.

Su estadía en La Plata podría derivar en nuevas acusaciones. Un hombre de 42 años dijo a la prensa haber sido abusado por el sacerdote italiano en el instituto platense, denuncia que es investigada por un fiscal local.

"Queremos que se haga justicia. Nosotros podemos lograr condenas y espero que sean las máximas", señaló Gullé. Sin embargo, lamentó que "jamás vamos a compensar el daño espiritual que se ha infringido a estos niños".

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Winfield reportó desde Roma. Colaboraron los periodistas de The Associated Press Paul Byrne y Luis Andrés Henao, en Buenos Aires.
diciembre 06, 2016

Nuevo escándalo de curas pederastas

Las autoridades judiciales encontraron en allanamientos revistas y material audiovisual con contenido pornográfico y unos 550,000 pesos en efectivo (unos $34,300). (GFR Media)

Los implicados son dos curas católicos y tres empleados de un instituto para sordos en la provincia argentina de Mendoza

Buenos Aires — La justicia ha identificado a por lo menos 22 víctimas de presuntos abusos sexuales cometidos por dos curas católicos y tres empleados de un instituto para sordos en la provincia argentina de Mendoza, un caso que escandaliza a los investigadores.

Las víctimas, de unos 20 años de edad en la actualidad y entre los que hay sordomudos y jóvenes con distintos problemas de audición, brindaron en los últimos días su testimonio a fiscales con la ayuda de intérpretes y psicólogos, dijo ayer a The Associated Press Alejandro Gullé, procurador de la Corte Suprema de Mendoza, unos 1,000 kilómetros al oeste de Buenos Aires.

“Este es un caso realmente gravísimo con consecuencias irreparables, sobre todo las psíquicas y espirituales, a un sector doblemente vulnerable no sólo por la edad sino también por la falta de comunicación”, sostuvo el jefe de los fiscales mendocinos.

Entre los cinco detenidos e imputados por presunto abuso sexual agravado y maltratos físicos están el sacerdote Nicola Corradi, de 82 años, y quien había sido denunciado por abuso en Italia; el también sacerdote Horacio Corbacho, de 55, y tres empleados del lugar: José Luis Ojeda, Jorge Bordón y Armando Gómez, que realizaban tareas administrativas y de jardinería.

Las autoridades judiciales encontraron en allanamientos realizados en la habitación de Corradi en el Instituto Antonio Próvolo revistas y material audiovisual con contenido pornográfico y unos 550,000 pesos en efectivo (unos $34,300), lo que ha complicado la situación del anciano sacerdote quien en los años 90 fue trasladado por la congregación de Próvolo desde Verona, Italia, a Argentina para aparentemente alejarlo de las denuncias de las que era objeto.

BishopAccoutability.org, un portal en Internet sobre pederastia clerical, dijo días atrás que grupos italianos de víctimas de abuso le habían advertido al Vaticano en 2008 y 2014 sobre Corradi y otros acusados de abusar sexualmente de niños en una escuela para sordomudos en Verona.

“Es espantoso y doloroso que Corradi no haya sido frenado por el Papa Francisco ni otras autoridades de la Iglesia. La presencia de Corradi en la escuela en Mendoza no era un secreto”, afirmó Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability.

Las víctimas argentinas, que fueron abusadas desde 2007, son de Mendoza y de otras provincias como Tucumán y San Luis, ya que en el establecimiento educativo, al que acuden más de medio centenar de menores, también funciona un internado para algunos alumnos que provienen de localidades alejadas.

Gullé señaló que los fiscales “están yendo desde atrás para adelante en la investigación” y temen que haya casos recientes de abusos de menores en el instituto.

Indicó, además, que un testigo de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires y donde Corradi estuvo previamente asignado en otra de las sedes del Instituto Próvolo, acusó al sacerdote de hechos similares a los presuntamente ocurridos en Mendoza.

Fuente: elnuevodia.com
diciembre 05, 2016

"Sí, yo fui un cura pedófilo"

Esta imagen pixelada fue usada por L’Espresso, en su edición del 19 de mayo de 2009, en la que publicó la entrevista con el cura que confesó ser pedófilo

Esta es la confesión de un sacerdote que abusaba de menores en el Instituto Próvolo de Verona. Frente a un periodista contó las atrocidades cometidas contra niños sordos en Italia, historia que hoy se replica dramáticamente en la misma institución religiosa en Mendoza

"Sí, yo era un pedófilo", confesó el sacerdote frente al periodista de L'Espresso, el medio italiano que reveló en enero de 2009 los dramáticos testimonios de los chicos sordos abusados en el Instituto Antonio Próvolo de Verona.

La terrible "confesión" del religioso se publicó el 19 de mayo de 2009, cuatro meses después de que estallara el escándalo en Italia. Temeroso, pidió el anonimato, pero su nombre ya figuraba en las denuncias ante la Justicia: "Si se enteraran en el Próvolo que hablé, sería inmediatamente expulsado… y no sé dónde ir. Tengo pesadillas pensando que voy a quedarme sin casa", sorprendió el hombre que durante años sometió a la peor pesadilla a niños de entre 7 y 10 años.

"Estoy avergonzado de los sacerdotes que niegan y hacen silencio. Hay mucha hipocresía y 'omertá'", dijo el cura sin que le temblara la voz.

Durante la entrevista con Paolo Tessadri -el periodista que investigó los abusos en Verona-, el sacerdotes por momentos se mostró como un hombre frío y distante, y en otros se ahogó en llanto: "Sí, yo soy uno de los acusados ​​por las personas sordas que vivían en el Instituto Próvolo de Verona. De las cosas que he hecho no hay nada que ocultar, yo al menos tengo el valor de decir la verdad mientras otros guardan silencio".

Como si relatara la historia de otra persona, algo lejano y ajeno, describió cómo comenzó a abusar de los chicos sordos a inicio de los 60: "El primero tenía 7 u 8 años, no recuerdo exactamente. Estuve con quince pequeños sordos, pero con cinco o seis de ellos tenía contactos más frecuentes… Bueno, creo que estuve con trece… o tal vez un par más".

El testimonio revela el horror que vivieron los niños sodomizados en Italia durante casi 30 años. Pesadilla que hoy se repite en 60 alumnos e internados del Instituto Próvolo en Luján de Cuyo, Mendoza, porque allí recaló el cura Nicola Corradi (82) a pesar de las graves denuncias por pedofilia que pesaban en su contra en Verona.

El cura pedófilo del Próvolo se sentó frente al periodista de L'Espresso y contó en detalle qué ocurría detrás de las paredes de la institución religiosa.

-¿Cuántas veces ha abusado?
-Una o dos veces al mes, a veces pasaba más tiempo.

-¿Cuánto tiempo ejerció esa violencia contra los niños?
-Muchos, muchos años. Yo no recuerdo exactamente, pero muchos, muchos años. Empecé siendo un hombre joven y en ese entonces no me di cuenta… era un simple asistente. Lo hacían casi todos en otras instituciones. Era normal. Ese fue el mal hábito.

-¿Vio a otros abusar de los niños en el Próvolo?
-Sí, vi abusar (da el nombre de tres religiosos). Se podían ver las actitudes… De nuestro grupo, solo muy pocos se han salvado de la pedofilia.

-¿Alguna vez alguien fue expulsado del Instituto por pedófilo?
-Sí, hermano… (se refiere al cura Danilo Corradi, superior del Próvolo, que recibió una admonición canónica porque «las acusaciones no pudieron ser probadas, pero ante la duda se dispuso la estricta vigilancia de los responsables de su comportamiento").

-¿Por qué él sí y otros no?
-Fue un violento, el más malo, dañó a los niños y fue enviado lejos.

-¿Continuó la violencia sexual después de aquel episodio?
-Sí.

-¿Los superiores del Instituto sabían lo que allí ocurría?
-Por supuesto que conocían lo que pasaba.

-¿Les confesó a otros sacerdotes que usted era un pedófilo?
-No, me puse de rodillas y me confesé ante Dios y oré. Le he pedido perdón al Señor. La pedofilia ha hecho tambalear mi vida… Pero encontré en los niños una cierta belleza, una cierta atracción.

-¿Hablaron entre ustedes, en la intimidad del Próvolo, de la acusación de pedofilia después de que se conociera la investigación de L'Espresso?
-Sí, la reacción fue fea, chocante, pero la mayoría permaneció en silencio, porque sabía lo que allí ocurría. Salió a la luz una cadena de odio entre los sacerdotes… Es difícil compartir la mancha de la pedofilia y todo el mundo guardó para sí sus pensamientos. Además, el abogado nos dijo que no habláramos con nadie. Pero alguien habló y le fue bien… Yo también quise hablar y ahora me siento aliviado. Lo digo así, de un modo simple: me equivoqué, estoy mal, pido perdón.


Fuente: infobae.com