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enero 26, 2020

Expulsan del sacerdocio a un clérigo de alto rango de EE.UU. por abusos sexuales: ¿es castigo suficiente para hacer justicia?

El Vaticano expulsó este sábado del sacerdocio a Theodore McCarrick, excardenal y arzobispo emérito de Washington (EE.UU.), tras las acusaciones de abusos sexuales a menores y seminaristas hace más de 40 años. Se trata de una decisión inusual que la Iglesia ha tenido que considerar cada vez con más frecuencia por las innumerables críticas de supuesta complicidad y encubrimiento a sus miembros acusados de conducta sexual inapropiada.

El excura Robert Ciolek, una de las supuestas víctimas del excardenal norteamericano, opina que "cosas peores le habrían podido suceder" dado su "poder" y la "posición e influencia".

"Ser llamado señor McCarrick  [y no por su título en la jerarquía católica] por el resto de su vida y tener prohibido celebrar cualquiera de los sacramentos es personalmente devastador, pero más importante que eso, es bien merecido dada su conducta", afirma.

Sin embargo, muchos expertos religiosos creen que las decisiones del Vaticano no ofrecen la "suficiente justicia" para las presuntas víctimas de McCarrick, asegura un artículo de The Washington Post.

¿Perdón divino o todo el peso de la ley?
Alrededor de la destitución de McCarrick surge la inquietud de si la legislación de la Iglesia está demasiada centrada en el acusado y no lo suficiente en restituir a las víctimas. "¿Estamos simplemente protegiendo la responsabilidad de la institución o estamos haciendo justicia?", se pregunta  Kurt Martens, profesor de derecho canónico en la Universidad Católica de América (EE.UU.).

Al respecto, Jennifer Haselberger, abogada canónica, considera que el castigo contra McCarrick no resulta tan severo como parece, partiendo del hecho de que fue uno de los clérigos más poderosos y populares de Estados Unidos.

"Nada dice más sobre el clericalismo en la Iglesia católica que el hecho de que el castigo supremo sea 'reducir' a un sacerdote al estatus de la gente común", escribió la jurista este sábado en Twitter.

Haselberger explica que esta posición religiosa obedece a que la Iglesia asegura que su tarea es perdonar y, por tanto, la idea de imponer sanciones se cruza con la "realidad espiritual": "Como resultado, el proceso penal puede a veces parecer más centrado en el acusado que en la justicia para la víctima".

McCarrick, de 88 años, y sus abogados no se han pronunciado desde que el excardenal renunció al ejercicio en cualquier ministerio sacerdotal, luego de que el papa Francisco dictaminara su suspensión por los escándalos de abuso. No obstante, el artículo resalta que, según sus allegados, "no parece capaz de aceptar completamente lo que está sucediendo" y todavía podría enfrentar cargos civiles por parte de las víctimas.

Castigos desiguales
Aunque la ley canónica despoja a los clérigos expulsados de todos los beneficios financieros, las condiciones pueden variar. Algunos pueden negociar la atención médica u otros beneficios. McCarrick, como el alto clérigo que fue, cuenta con ahorros significativos, una pensión, y posiblemente obtendrá el apoyo de muchos de los ministros religiosos que dirigió durante décadas.

"Los altos clérigos que son despedidos, como McCarrick, están aislados de gran parte del dolor, mientras que el sacerdote promedio está arruinado", puntualiza  Haselberger.

El portal Bishop Accountability, que rastrea abusos del clero católico, afirma que más de 1.000 sacerdotes han sido expulsados por mala conducta sexual en las últimas décadas, mientras que de los 99 obispos acusados solo seis recibieron ese castigo. Desde la década del 2000 la Iglesia facilitó la remoción de sacerdotes, pero no estableció claramente las reglas para despedir a los clérigos superiores.

Fuente: actualidad.rt.com
diciembre 27, 2019

Cardenal acusado de abusar a menores pagó a la iglesia para que guardara silencio

El excardenal estadounidense Theodore McCarrick entregó más de 600,000 dólares en alrededor de 20 años a jerarcas religiosos, incluidos dos papas, cuando afrontaba acusaciones por agresión sexual en los años 1970 por las que finalmente fue excomulgado en febrero, informó este viernes el Washington Post.

El exarzobispo honorario de Washington, primer cardenal excomulgado en el marco de un escándalo de pedofilia que sacude a la Iglesia católica, fue durante largo tiempo una pieza clave para recolectar fondos destinados al Vaticano en Estados Unidos.

Según el Washington Post, que cita a exjerarcas religiosos y consultó archivos de estas transacciones financieras, McCarrick entregó desde 2001 más de 600.000 dólares a eclesiásticos, empleados del Vaticano, asesores papales y a Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Varios de estos destinatarios, que fueron más de 100, eran encargados directos de investigar las acusaciones de agresiones sexuales a McCarrick, que hoy tiene 89 años, señaló el diario estadounidense.

En Washington, el prelado disponía de un fondo especial por intermedio del cual recaudaba dinero y lo redistribuía con escasa supervisión.

Juan Pablo II habría recibido 90.000 dólares entre 2001 y 2005, y Benedicto XVI, 291.000 dólares, en 2005.

Portavoces de los antiguos papas y del Vaticano no han comentado hasta ahora estas informaciones. El dinero podría haber sido destinado a obras de caridad, precisa el Washington Post.

Estos regalos “jamás influenciaron las decisiones del cardenal en tanto miembro de la Santa Sede”, declaró un vocero del cardenal Leonardo Sandri, que recibió 6.500 dólares de parte de McCarrick en los años 2000.

En agosto de 2018, el arzobispo italiano Carlo Maria Vigano generó una bomba mediática al acusar al papa Francisco de haber guardado silencio durante largo tiempo sobre los comportamientos predatorios del cardenal McCarrick, excomulgado unas semanas antes tras la difusión de agresiones sexuales concretas.

Francisco anunció luego el inicio de una investigación en los archivos del Vaticano.

El papa no aparece en la lista de destinatarios de los fondos de McCarrick revisada por el Post. El líder de la Iglesia ha prometido “tolerancia cero” y en mayo aprobó una medida histórica para obligar a quienes saben de abusos sexuales en la Iglesia a denunciarlos a sus superiores.

Fuente: elblog.com




febrero 19, 2019

Un tribunal eclesiástco lo condenó por pedofilia al ex cardenal Theodore McCarrick de 88 años

En un caso sin precedentes, el Papa expulsó de la Iglesia con una sentencia inapelable al ex cardenal norteamericano Theodore McCarrick, de 88 años, que fue arzobispo de Washington y durante muchos años uno de los personajes más poderosos de la iglesia estadounidense.

El anuncio se hizo este sábado a hora temprana en la Sala de Prensa de la Santa Sede y da cuenta de la conclusión del proceso penal que llevó a cabo la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se ocupa de la disciplina en la Iglesia. McCarrick fue condenado por abusos sexuales en violación “del Sexto Mandamiento (actos impuros) con menores y adultos, “con el agravante del abuso de poder”.

Francisco hizo ejecutiva la sentencia considerando “definitiva” la sentencia como “cosa juzgada, no sujeta a ningún ulterior recurso”. La Congregación para la Doctrina de la Fe rechazó hace cuatro días la apelación de McCarrick, que ahora pasó de la sotana a vestirse de civil. La reducción a la condición de laico es la pena más grave para un eclesiástico, solo superable por la excomunión.

La medida era esperada como un “acto debido” en las últimas semanas para ser anunciada antes del comienzo de la cumbre de Presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo, que se reunirán con el Papa argentino entre el 21 y el 24 de este mes para estudiar cambios radicales en la acción de los obispos en los casos de abusos sexuales clericales. El tema ha metido a la Iglesia en una de las crisis más difíciles de su milenaria historia.

En julio pasado, el pontífice había quitado a McCarrick el título cardenalicio tras hacerse pública la noticia de que había violado años atrás a un adolescente de 16 años. Está también acusado de abusar sexualmente de otros tres menores y de numerosos seminaristas y jóvenes sacerdotes. En setiembre de 2017, el Vaticano pidió una investigación al arzobispado de Nueva York tras el testimonio de un hombre que acusó a McCarrick de haber abusado sexualmente de él, cuando era menor, en los años ‘70.

Luego de quitarle la condición de cardenal, el Papa ordenó a McCarrick replegarse a una vida de retiro, oración y penitencia en un convento de Kansas, donde se encuentra actualmente. McCarrick no podrá administrar los sacramentos, presentarse o vestir como sacerdote, ni recibir asignación económica alguna por parte de cualquier institución eclesial.

Durante décadas era “vox populi” en la Iglesia norteamericana el comportamiento “non sancto” del que antes de ser promovido a Washington fue obispo de Metuchen y Newark, diócesis del estado de Nueva Jersey.

Los jóvenes que frecuentaba en su actividad religiosa lo llamaban “tío Ted”, que invitaba seminaristas y curas jóvenes a visitarlo en su casa de campaña donde abusaba de su poder y carisma para cometer con ellos actos homosexuales.

No obstante todas las críticas, McCarrick hizo una brillante carrera en la Iglesia. Era “el hombre que susurraba a los presidentes” norteamericanos y a muchos personajes importantes. En Italia era amigo de otro poderoso: Giulio Andreotti.

Durante decenios dirigió la Fundación papal que envió financiaciones por cientos de millones de dólares al Vaticano. McCarrick también apoyó con consistentes ofertas de dinero a políticos norteamericanos de alto nivel. Según los que conocían de cerca al “tío Ted”, personalmente no era dado a los lujos: usaba el dinero para aumentar su poder en la Iglesia y en el escenario estadounidense.

En el 2000, el Papa Juan Pablo II lo creó cardenal. En agosto del año pasado, mientras el Papa se encontraba en Irlanda, uno de los países más católicos, donde se desató un gran escándalo de abusos sexuales clericales que, como en Chile, ha deteriorado mucho el prestigio de la Iglesia, el ex nuncio (embajador del Papa) en Washington, monseñor Claudio María Viganó, le envió un explosivo documento a Jorge Bergoglio Viganó acusó a Francisco de proteger a McCarrick y le pidió la renuncia, un requerimiento que carece de toda validez pues nadie puede pedirle la dimisión al obispo de Roma, según el derecho canónico.

El ex nuncio acusó también veladamente al mismo Juan Pablo II, absolviéndolo “porque estaba enfermo”. En 2001, El Papa polaco había creado cardenal a a Theodore McCarrick. Según Viganó, Benedicto XVI -el alemán Joseph Ratizinger- había castigado a McCarrick por su conducta homosexual inapropiada pero no públicamente.

El ex nuncio no pudo nunca mostrar las pruebas de esta acusación. En el documento, Viganó afirmó que Francisco no tomó medidas contra el cardenal norteamericano que había dispuesto supuestamente Benedicto XVI. Pero lo cierto es que el Papa argentino fue el único de los tres pontífices que tomó medidas contra McCarrick, quitándole el año pasado su título cardenalicio y ahora expulsándolo de la Iglesia por abusos, una medida inédita en la Iglesia.

El caso McCarrick es utilizado como un arma contra el Papa argentino por parte de la conspiración ultraderechista, con base sobre todo en Estados Unidos y el Vaticano, que ataca a Bergoglio por considerarlo un “herético comunista”. Viganó sintoniza con los líderes de la conjura que, según el cardenal alemán Walter Kaspers, “quieren un nuevo Cónclave” y usan como pretexto el tema de los abusos sexuales

Fuente: clarin.com