Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta valiente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta valiente. Mostrar todas las entradas
octubre 25, 2022

Los crímenes del “padre Barba Azul”: de valiente y respetable pastor protestante a violador y asesino de su familia

 


András Pándy era húngaro y había llegado a Bélgica huyendo del comunismo. La comunidad de Bruselas lo consideraba un pastor piadoso y comprensivo, pero detrás de esa fachada se ocultaba un feroz asesino. La denuncia de Ágnes, su hija cómplice, y la frustración del detective que sospechó de él pero no fue escuchado por sus jefes


Cuando en octubre de 1997, por despecho o por arrepentimiento, Ágnes Pándy se presentó ante la policía belga, confesó sus propios crímenes y acusó a su padre, András, de abusos sexuales y asesinatos en su propia familia, el detective Gábor Tamási se enteró de los hechos por televisión y sufrió una crisis nerviosa.


Su primer impulso – que contuvo – fue correr hasta la jefatura de policía y golpear uno por uno a sus jefes. Hacía cinco años que insistía ante ellos que András Pándy era un asesino y que sus familiares no lo habían abandonado sino que estaban muertos.


Nadie le había creído en todos esos años. Cómo iban a investigar al respetado clérigo Pándy, un hombre valiente que había huido del comunismo húngaro en 1956, un religioso querido por la feligresía, persona afable y devota. Era cierto que corrían algunas habladurías, porque sus mujeres y sus hijos e hijastros lo habían abandonado, pero esos eran asuntos de la vida privada en los que nadie tenía derecho a meterse.


Ahora el detective Gábor Tamási sabía que sus sospechas eran ciertas, pero no sentía ninguna satisfacción. Según decía la conductora del noticiero de la noche, Ágnes había confesado el asesinato de su propia madre, Ilona, y acusaba a su padre de incesto y de las muertes de su segunda esposa, Edit, y de sus hijos e hijastros Dániel, Zoltán y Andrea. No lo acusaba, en cambio, del asesinato de su hermanastra Tünde, pero el detective Tamási estaba convencido de que también la había matado.


Tamási reprimió su deseo de ir a golpear a sus superiores pero se tomó revancha al día siguiente, cuando contó la historia en un canal de televisión primero y después a un reportero de la revista Blikk.


Relató que cinco años antes le había tomado a Ágnes una denuncia de abuso sexual contra su padre, pero que después la mujer la había retirado de inmediato. Él, contó, quiso seguir investigando porque había descubierto además que varios familiares del clérigo habían desaparecido sin dejar rastros, pero que sus jefes le dijeron que parara, que la mujer se había retractado y que además parecía una desequilibrada. En cambio, András Pándy era un hombre muy bien visto por la comunidad.


“Mi jefe me mandó a hablar con su supervisor y luego me dirigieron hicieron hablar con el jefe del supervisor. Todos me dijeron que no siguiera investigando, que estaba viendo muchas películas de crímenes y que tenía una imaginación demasiado vívida. Lo único que me dejaron hacer fue consultar al jefe de la sección de personas buscadas, Zoltán Szőgyényi, y ver si tenía alguna denuncia de desaparición de algún miembro de la familia, pero no había nada. Como a pesar de todo yo quería seguir investigando, me pasaron a la sección de casos antiguos sin resolver. Directamente me sacaron de encima”, dijo.


A pesar de las órdenes de sus superiores, el detective Tamási siguió investigando en sus ratos libres. En 1994 intentó contactar a una antigua ama de llaves del clérigo, pero la mujer lo sacó corriendo cuando escuchó de qué se trataba, y en 1997 intentó localizar a un familiar de la segunda esposa de Pándy, que supuestamente vivía en el extranjero, pero entonces tuvo un accidente automovilístico que lo tuvo postrado tres meses.


“Ese accidente me hizo desistir. Sentí que investigar a Pándy me traía mala suerte”, le confesó al periodista de la revista Blikk.


Para entonces, los medios belgas llenaban minutos de televisión y páginas de diarios y revistas con el caso de Pándy y su hija Ágnes. Al clérigo ya lo llamaban “Barba Azul”, por el cuento de Charles Perrault cuyo protagonista mataba a sus esposas y escondía los cadáveres en una habitación.


De Hungría a Bélgica


András Pándy nació el 1 de junio de 1927, en Chop, por entonces bajo administración checoslovaca, un pueblo al otro lado de la frontera con Hungría. Sus padres eran húngaros muy religiosos lo que llevó a András a estudiar teología.


A mediados de la década de los ‘50 fue consagrado clérigo de la Iglesia Reformada de Hungría y se casó con su primera mujer, Ilona Sőrés. Luego de la fracasada revolución húngara de 1956, András e Ilona escaparon a Bélgica, donde el hombre se convirtió en pastor de la comunidad protestante húngara de Bruselas y en profesor de religión de la Iglesia Protestante Unida.


En 1957, la pareja tuvo a su primera hija, Ágnes, y después nacieron dos varones, Dániel, en 1961 y Zoltán en 1966. Para entonces la relación del matrimonio iba cuesta abajo y András se separó de su mujer, a la que acusó públicamente de infidelidad. Ilona se fue de la casa con sus dos hijos menores, pero dejó a Ágnes con Pándy.


Según contaría Ágnes después, su padre la transformó en su “amante” cuando tenía apenas 12 años y esa relación perduraría durante décadas.


Eso no le impedía al clérigo salir con otras mujeres. Para no provocar escándalos y comprometer su posición de pastor, entraba en contacto con ellas a través de las páginas de citas de los diarios húngaros, dando un nombre y una ocupación falsos. En los avisos las invitaba a tener una “Luna de miel europea”. Las veía en Hungría, donde viajaba regularmente.


Allí, a principios de la década de los ‘70, conoció a Edit Fintor, una mujer casada que se convertiría primero en su pareja clandestina y después en su mujer. Edit estaba casada y tenía tres hijas de dos matrimonios anteriores: Tünde, de ocho años, Timea, de 15 y Andrea, de siete.


Después de unos años de mantener la relación oculta, Edit dejó a su esposo y viajó con sus tres hijas a Bélgica, donde se casó con András, ya divorciado de Ilona, en 1979. Tuvieron dos hijos: un varón, András Jr., y una niña, Reka.


A pesar de eso, el respetable clérigo seguía manteniendo su relación incestuosa con Ágnes, en su propia casa.


Abuso, huida y salvación


Pero András Pándy quería más. En 1984 abusó de su hijastra Tímea, que ya tenía veinte años. La violó y la dejó embarazada. La chica le contó a su madre que el clérigo había abusado de ella, pero Edit no quiso creerle. Pandy negó todo y dijo que seguramente había usado una toalla con su semen para quedar embarazada.


La que sí le creyó fue Ágnes y, en un episodio de celos, intentó matarla con una barra de hierro. András llegó a tiempo y pudo detenerla.


Para evitar más problemas, Pándy envió a Ágnes a vivir con su madre, Ilona. La chica también estaba embarazada.


En 1986 nació el hijo de Tïmea, que de inmediato escapó de la casa con el bebé, Marc, y se refugió en la casa de unos familiares lejanos en Vancouver, Canadá, donde se casó y luego se radicó en Hungría con su marido.


Nunca quiso volver a Bélgica ni relacionarse con su madre ni sus hermanas. Esa huida les salvó la vida.


Las desapariciones


Ágnes tuvo a su hijo mientras vivía en la casa de su madre, donde se quedó casi dos años, hasta que un día volvió a Bruselas y le dijo a toda la familia que Ilona y sus dos hijos – sus hermanos menores – se habían ido del país, dejándola sola. Tanto el clérigo como Ágnes decían que estaban viviendo en Francia y que Ilona había dicho que desde allí viajaría con sus hijos a un país sudamericano.


La verdad era muy diferente, pero sólo su padre la sabía.


En 1990, poco después del regreso de Ágnes a la casa paterna, Edit, la segunda esposa de Pándy, y su hija Andrea, que ya tenía 14 años, desaparecieron de un día para el otro. András se mostraba consternado por el abandono de su esposa – que además había dejado con él a su hija Tünde, de 18 años – y les explicaba a todos que Edit se había ido con otro hombre y que vivía en Alemania con su nueva pareja. Mostraba a quién quisiera verlo un telegrama firmado por Edit donde le decía que no volvería a verlo.


La última en desaparecer fue Tünde, en 1991, cuando estaba viviendo todavía en la casa con András. El clérigo envió de vacaciones a Ágnes con su hijo, producto del incesto, András J. Y Reka, pero cuando regresaron, Tünde ya no estaba.


La explicación de Pándy, esta vez, fue que la chica estaba “perturbada” y que la había mandado a vivir con unos amigos radicados en el extranjero.


Prácticamente toda la familia del clérigo húngaro había desaparecido en pocos años, pero nadie se preguntaba nada. Las explicaciones de Pándy les sonaban convincentes y, además, quién iba a dudar de la palabra de tan buen pastor.


Tampoco se dudaba de Ágnes, que trabajaba como bibliotecaria y era querida y respetada por los miembros de la comunidad. Hacía buena dupla con su religioso padre, un hombre que daba encendidos discursos en la iglesia y siempre se mostraba dispuesto a escuchar y dar una guía espiritual a sus feligreses.


Algo pasó entre padre e hija a mediados de 1992 que impulsó a Ágnes a denunciar a András por abuso sexual. Presentó la denuncia un día y la retiró al siguiente.


Fue entonces cuando el detective Gábor Tamási quiso investigar y sus jefes se lo impidieron.


“Si me hubieran permitido seguir, quizás habría podido salvar vidas”, dijo en la entrevista de Blikk.


La confesión de Ágnes


Ágnes y András siguieron viviendo bajo el mismo techo cinco años más. En 1997, después de una feroz discusión con su padre, la mujer – que ya tenía 40 años – volvió a denunciarlo a la policía, esta vez no sólo por abuso sino también por los asesinatos de sus familiares. Además, confesó un crimen propio y su participación en los otros.


Contó que ella misma había matado a su madre y a su hermano cuando estaba viviendo con ellos y que luego András la ayudó a deshacerse de los cadáveres. También confesó que había colaborado con su padre para matar a Dániel, Zoltán y Andrea. En cambio, juró y perjuró, que no había tenido nada que ver con la desaparición de Tünde.


En dos de los crímenes, habían utilizado una barra de hierro para destrozarles el cráneo. En otros dos, les pegaron un tiro en la cabeza.


Desmembraron los cadáveres en el sótano de la casa y disolvieron algunas partes con ácido. Lo que quedaba de sus víctimas después de ese proceso lo llevaron a un matadero cercano para picarla “como si fuera carne de cerdo”.


András Pándy fue detenido el 16 de octubre de 1997. Casualmente, ese día hubo en Bruselas una multitudinaria manifestación de los familiares de las víctimas de otro asesino en serie belga, Marc Dutroux, que había abusado sexualmente y había matado a varias niñas en Charleroi unos años antes.


Los medios mostraron al hasta entonces respetable pastor, con expresión impertérrita, cuando era sacado esposado de su casa por la policía.


Acusación y condena


Con la misma cara de piedra se mantuvo en el transcurso del juicio, donde se lo acusó de asesinar a sus dos esposas, Ilona Söres y Edit Fintor, a sus dos hijos naturales, Dániel y Zoltán y a dos de sus hijastras, Tünde y Andrea. Además, se lo imputó por las violaciones.


En su testimonio ante el tribunal, una Ágnes llorosa contó cómo había empezado todo: “Me dijo que me iba a iniciar, que no debía decírselo a nadie y que sería nuestro pequeño secreto”, dijo.


András Pandy negó todas las acusaciones. Para entonces también se sospechaba que había matado a varios niños que había traído de Hungría con la excusa de encontrar buenas familias belgas que los adoptaran. No se tenía noticias del paradero de las criaturas.


El 6 de marzo de 2002, un tribunal belga condenó a Pándy a cadena perpetua sin posibilidad de salir en libertad condicionar, por el asesinato de seis familiares, intento de asesinato y violación de tres hijas.


Ágnes Pándy fue condenada a 21 años por ser cómplice de cinco asesinatos y un intento de asesinato. Los fiscales habían solicitado una sentencia de 29 años, pero sus abogados pidieron indulgencia, diciendo que Ágnes había estado bajo el “hechizo irresistible abrumador” de un padre que la violaba y la obligaba a colaborar en los asesinatos de su madre y hermanos.


El clérigo Barba Azul cumplió su pena primero en la cárcel de Lovaina y después en una prisión de Brujas. En 2007, cuando cumplió 80 años, la justicia lo trasladó a una casa de retiro, donde brindó servicios religiosos a los otros ancianos alojados allí casi hasta el día de su muerte, dos días antes de la Navidad de 2013.


Fuente: https://www.infobae.com/historias/2022/10/08/los-crimenes-del-padre-barba-azul-de-valiente-y-respetable-pastor-protestante-a-violador-y-asesino-de-su-familia/

junio 17, 2020

Mujer de 105 años continúa Predicando el Evangelio

Hattie Mae Allen, abuela de 105 años, sigue predicando el evangelio de Jesucristo en Texas. Aunque no tenga un diploma en teología, ella asegura tener un postgrado en Jesús. Una de las hijas de Allen, de nombre Ruth Freeman, declaró lo precioso que es ver a su madre viviendo con tanto amor la obra de Dios. “¡Es una bendición!”, aseguró Freeman.

La valiente mujer fue homenajeada por su iglesia en la ciudad la semana pasada. Con la ayuda de un andador, se acerco al altar y dio unas palabras de edificación para el pueblo de Dios: “Debemos estar apartados de todo lo que no es de Dios. Tenemos que colocar a Jesús en primer lugar”.

“Tengo el anhelo de mantener mi corazón en santidad, y eso es lo que Dios honrará al final. Cuando era pequeña, era enviada a estudiar la Palabra de Dios a mi habitación y luego iba a la sala para predicarles a mi madre. Esa fue la forma en que aprendí a vivir como Cristo nos enseñó. Hemos sidos creados con amor, respeto y buenas virtudes, e intento que todos aprendan esto”, subrayó Allen.

Su actual pastor, de nombre Toliver, asegura que en todos estos años ha sido muy “bendecido por el conocimiento de Allen”. Él la describe como una mujer “llena de sabiduría y conocimiento”. “Sin duda, ella es un ejemplo para los jóvenes cristianos que teniendo las fuerzas para hablar de Dios, no lo hacen”, comenta la iglesia.

De más esta decir que esta es una noticia que comprueba que Dios es majestuoso y que se ha glorificado en la vida de esta mujer.

Fuente. critianoinformado.com
mayo 23, 2020

“Dios me Ayudó a Superar mis Complejos y a Perdonar a quienes me Señalaban”, afirma Lizzie Velásquez

Lizzie Velásquez es un ejemplo de superación para miles de personas con su historia de vida.

“Cuando era joven, pensé que mi vida no tenia más sentido. No podía hablar con nadie sobre lo que me estaba pasando, nadie lo sabia, me sorprendió mucho lo que sucedió ”, aseguro.

La valiente Lizzie vino a este mundo con dos condiciones extrañas: el síndrome de Marfan y la lipodistrofia, que provoca una apariencia envejecida e impide el aumento de peso. Con tan solo 28 años, mide 1,57 y pesa unos 27 kilos.

Los padres de la joven se destacan por ser amorosos, Lizzie no se dio cuenta de que parecía distinta del resto hasta que comenzó sus estudios y se convirtió en el blanco de sus compañeros de escuela. Creciendo en la adolescencia, pero ella nunca estuvo sin la ayuda de su familia.

“Lo primero que me enseño mi padre es perdonar a las personas que me hacían mal. Al principio me costó mucha oración para que no exista tal sentimiento en mi vida ”, asegura Lizzie.

Como forma de superación, la joven combatió su enfermedad de manera distinta. Estudio y se graduó en Comunicación de la Universidad Estatal de Texas y fundó su propio canal de YouTube para hacerse conocer a nivel mundial.

A pesar que ella no culpa a Dios por su apariencia, ella sabe que la verdadera belleza que Dios le dio es mucho mas grande. “Dios es la razón principal por la que estoy aquí delante de ustedes. Recibí la mayor bendición de mi vida, que es mi síndrome. Mi fe en Cristo es lo mejor que me pudo haber pasado. Cuando mi día es malo, sé lo entrego a Dios, porque sé que Él me ayudará a superar cualquier cosa”, destaco.

“Me di cuenta que había un propósito en mi vida. Debería pasar por ese proceso y fui muy bendecida por todas estas luchas de pequeña, no solo para fortalecerme, sino para enseñarme muchas lecciones de vida que ahora puedo compartir con el mundo ”, afirma la joven.

Actualmente, la valiente Lizzie es una oradora y líder del movimiento cibernético contra los que causan malestar en las escuelas.

“Comparto mi testimonio con las personas que tienen dificultades”, asegura la joven. “Me pasaron cosas extrañas, pero aún estoy firme, sonriente y se feliz. 


Fuente: tiempocristian.com
abril 01, 2017

¿Existe el mal?

¿Existe el mal? El profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.”¿Dios creó todo lo que existe?”

Un estudiante contestó valiente: Sí, lo hizo.

¿Dios creó todo?: Sí señor, respondió el joven.

El profesor contestó, “Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo”.

El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe Cristiana era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo: ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?.

Por supuesto, respondió el profesor.

El joven se puso de pie y preguntó: ¿Profesor, existe el frío?,

¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?.

El muchacho respondió: De hecho, señor, el frío no existe.

Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor.

“Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía.

El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe.

Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”.

Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante.

El profesor respondió: Por supuesto.

El estudiante contestó: Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe.

La oscuridad es en realidad ausencia de luz.

La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no.

Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz.

¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado?

Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describirlo que sucede cuando no hay luz presente.

Finalmente, el joven preguntó al profesor: señor, ¿existe el mal?.

El profesor respondió: Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.

A lo que el estudiante respondió: El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó al mal.

No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz.

El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.

Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.

EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN

Fuente: embajadadelreino.wordpress.com
diciembre 07, 2016

Papa Francisco quiere hacer Santo a un Obispo acusado de Abuso Sexual de Menores

Este es el crudo y valiente testimonio que ha sacado a la luz una trama inimaginada que envuelve al mismisimo Papa Francisco y los altos rangos del Vaticano:

“Mi nombre es Gianni Bisoli, nací en Sirmione el 15 de septiembre de 1948. Soy sordo desde mis ocho años. Empecé a ir al Instituto Antonio Próvolo en Verona a los nueve. Tres meses después de mi llegada comencé a ser sodomizado, obligado a tener sexo oral y a masturbar a dieciséis sacerdotes y hermanos religiosos de la escuela”.

Crudo y frontal, el de Gianni fue solo uno de los 67 dramáticos testimonios de ex internados de la institución religiosa italiana. La violencia duró desde fines de los 50 hasta 1984. Pero fue recién en 2006 cuando se conocieron las primeras denuncias: los ex alumnos reaccionaron al enterarse de que abriría una casa de acogida de niños sordos con dificultades familiares, gestionada por religiosos de la Congregación de la Sociedad de María, muchos de los cuales habían participado de aquellos abusos.

El relato sacudió aún más los cimientos de la Iglesia cuando Bisoli señaló haber vivido un calvario junto al obispo de Verona, Giuseppe Carraro, fallecido en 1980, y quien en ese entonces llevaba cuatro años en proceso de beatificación.

“Aún tengo que declarar que, a la edad de 11 años hasta los 14, he estado varias veces en el apartamento del obispo de Verona, Don Giuseppe, donde el propio prelado me sodomizó y exigió otros juegos sexuales”, dijo Bisoli.

Giuseppe Carrara fue obispo de Verona de 1959 a 1978. Amado y respetado en la ciudad, su biografía dice que nació en l899 en una familia pobre, logró graduarse en ciencias naturales, y se ordenó como sacerdote al cumplir los 24 años. A los 53 fue nombrado obispo, y mantuvo durante casi dos décadas su liderazgo pastoral en Verona, ciudad a la que había llegado en el pontificado de Juan XXIII.

“Ofrezco mi pobre vida –escribió– con todo lo que Dios me reserva para que yo sufra, actúe, sirva y ore, particularmente por la santificación de los sacerdotes: para que no vayan por el mal camino, no se desalienten, no se pierdan, no traicionen los santos vínculos que los unen a Cristo, a la Iglesia y al pueblo cristiano”.

Su tarea solidaria en la catástrofe de Vajont, las inundaciones de Florencia y los terremotos en Belice, Friuli e Irpinia lo convirtieron en un obispo cercano a la gente. Para todos los círculos eclesiásticos italianos el sacerdote fue un ejemplo de oración, entrega, silencio y fe.

En 2005, el entonces obispo de Verona, Flavio Roberto Carraro, inició un proceso para otorgarle el título de “Siervo de Dios”, el primer grado que se le da a una persona que es candidata a ser beatificada y posteriormente canonizada. La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, es la que analiza el detallado informe sobre la vida y las virtudes del postulante. Solo una vez que se ha realizado un minucioso análisis, dictamina que “nada impide iniciar la causa” (decreto “Nihil obstat”).

En 2009, cuando el escándalo del instituto de Verona sorprendía a los italianos, por una investigación publicada por L’Espresso, el obispo de la ciudad Giuseppe Zenti hizo oír su voz. Luego de una declaración inicial, en donde habló de “un profundo sufrimiento” y la importancia del “establecimiento de la verdad”, planteó con tono furibundo: “¡Es un engaño, un cúmulo de mentiras!”.

Las acusaciones sobre los sacerdotes eran coincidentes: violencia sexual, masturbación, juegos eróticos, golpes con bastones… en las habitaciones, en las aulas, en el baño, en el altar.

“El sacerdote me obligaba con castigos, poniéndome de rodillas durante horas, y con bofetadas y golpes, a tener relaciones con él”, describió Charles su calvario.

“El cura me despertaba por las noches y me llevaba al baño a sodomizarme y masturbarme”, confesó Ermanno.

“Cuando tenía 11 años los curas abusaban de mí”, dijo Bruno –”el bello de ojos azules y cabello rizado”, como lo llamaban en el Próvolo– y dio una larga lista de sacerdotes que lo sometieron a terribles vejaciones.

Pero el obispo Zenti desestimó muchas de estas denuncias y habló de “lavado de cerebro” y “chantaje”, y señaló al portavoz de las víctimas, Giorgio dalla Bernardina, como el responsable de esta maniobra. “Sospecho que él fue quien firmó las declaraciones”, dijo. Y lo acusó de pedir dinero (“200 euros por mes para no dar a conocer los supuestos abusos”) y de estar interesado “en los bienes inmuebles del Próvolo”.

Monseñor Zenti rechazó con mayor vehemencia aún las acusaciones que involucraban al obispo Carraro: “El hombre que hace la denuncia dice que fue llevado al palacio de un tal Don Giuseppe, donde habría sido sodomizado y obligado a juegos sexuales. Puesto que hablamos de 1962 a 1964, está haciendo referencia a Carraro, que está a la espera de la beatificación… ¡Esto es una locura!”.

Los casos de abuso fueron analizados por una comisión presidida por Mario Sannite, juez retirado y ex presidente del Tribunal de Verona, que tuvo la tarea de “escuchar a las víctimas y establecer la verdad”. La Congregación para la Doctrina de la Fe decidió suspender el proceso de beatificación del obispo mientras se llevara a cabo la investigación, y al término de todas las declaraciones se expidió sobre él y los otros religiosos señalados como pedófilos.

En un extenso documento, fechado a fines de 2012, adoptó las “penas” para los curas acusados de abuso de menores. Sobre Eligio Piccoli determinó: “Dada la edad avanzada y la mala salud, se sanciona con precepto penal la orden que implica llevar de ahora en más una vida dedicada a la oración y a la penitencia, la prohibición de todo contacto con menores y la vigilancia constante por parte de personas elegidas por el obispo de Verona”. Para Danilo Corradi, se dictaminó una “amonestación canónica” dado que “las acusaciones no han sido probadas, pero mientras exista la duda, se acordó la estricta supervisión de los administradores sobre su comportamiento”. Algunas de las decisiones tomadas por la comisión investigadora para los otros sacerdotes incluyeron el “envío a un hogar de ancianos” (para el hermano Lino Gugole, que “sufre una forma grave de Alzheimer que lo hace completamente incapaz de entender”), la absolución para dos sacerdotes (Agostino Micheloni y Rino Corradi), porque manifestaron no residir en el Próvolo en el momento de los hechos denunciados, y la continuación de la investigación en otros casos donde “los cargos aún no han surgido con claridad”.

El vocero de las víctimas, Marco Lodi Rizzini, se quejó: “Las sanciones han sido muy edulcoradas, teniendo en cuenta que estos hechos arruinaron la vida de muchos niños”.

En el caso del obispo Giuseppe Carraro, el testimonio de Bisoli fue descartado por estar “afectado por inconsistencias y contradicciones”. La Congregación concluye que “no existen acusaciones fundadas” para impedir que el prelado siga el camino para ser nombrado “Siervo de Dios” e “invita al ministerio para las Causas de los Santos a completar el proceso de beatificación”.

Gianni Bisoli hoy tiene 68 años y mantiene sin titubear su denuncia contra los 16 sacerdotes, incluido el obispo de Verona. “Los encuentros comenzaron poco antes de la Navidad del 59. Un hermano me acompañaba a la casa de Giuseppe Carraro, íbamos en auto o a pie. Tuve cinco encuentros entre los 11 y 14 años, siempre por la tarde, excepto uno que fue el día que me dieron el diploma de octavo grado. Me llevaron un rato antes del examen, que no pude hacer, pero el obispo llamó por teléfono al Próvolo e igual me entregaron el diploma. En su casa me tocaba, me hacía subir a caballito sobre sus piernas, se bajaba los pantalones. En el Instituto han falsificado mi diploma, para hacer ver que me había recibido un año antes y así invalidar mi denuncia”, sostiene frente a la sentencia final del tribunal.

Monseñor Carraro –”orgullo de la Verona católica”, según lo describía la prensa local–, fue exonerado por completo de las acusaciones de pedofilia.

El 16 de julio de 2015 el papa Francisco recibió al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y autorizó la promulgación del decreto sobre las virtudes heroicas de Carraro –entre otros siete “Siervos de Dios”–, por haber tenido una vida en profunda unión con Dios y fiel a las enseñanzas de la doctrina de la Iglesia nombrándolo “Venerable”. El documento permitió el avance en el proceso de beatificación y canonización.

Para que sea beatificado se necesita el reconocimiento de un milagro obtenido por su intercesión. El cuerpo del Venerable Giuseppe Carraro descansa en la cripta de la catedral de Verona, a la espera del milagro que lo llevará a ser santo.

Fuente: Infobae
septiembre 15, 2016

Cristiano Valiente Desafía a Cash Luna y pone a Prueba su Ministerio

El sitio Esclavos de Cristo, publicó el domingo pasado una carta abierta al conocido pastor Cash Luna.
En la misiva, un hermano le dedica unas palabras directas, yendo al nudo de la trama: Le solicita a Luna que todos los milagros, sanidades y curaciones sobrenaturales, sean puestas a prueba en los Hospitales de Enfermedades Agudas.

En la carta nombra establecimientos de salud reconocidos en Guatemala, país de origen de Luna. La petición es tan directa y simple, que el pastor Luna debería aceptar el desafío, ya que, lógicamente, la mayoría de los cristianos dudan de sus aptitudes “ministeriales”.

Aqui dejamos la Carta publicada por la Página Esclavos de Cristo:

“CARTA ABIERTA al Pastor Cash Luna

Estimado pastor Carlos Enrique Luna Arango, lo saludo con todo respeto, a la vez deseo comentarle que he visto por la television su programa Noches De Gloria, y me he quedado sorprendido de la cantidad de cosas extraordinarias que suceden, milagros, sanidades y cosas que despiertan mi incredulidad. De plano soy hombre de poca fe y al estilo de Tomas, si no veo no creo. Pero como usted asegura que Dios lo usa, lo invito a grabar sus Noches de Gloria en la Unidad de Oncologia Pediatrica del Hospital Roosevelt, tambien en la Unidad de Niños Quemados y de paso invitamos a los pacientes del Instituto Nacional contra el Cancer INCAN. Si es verdad lo que sucede en sus cruzadas, se que muchos de esos enfermos sanaran. No es necesario que se vaya a Chile, Argentina o Mexico. Sus prójimos están bien cerca, esos niños con cancer sufren una tortura, los quemados peor, cuando usted va en los pasillos de esas unidades, se escuchan muchos gritos de dolor y ser paciente del Incan es impresionante, gente con tumores horribles, podridos en vida…eriza la piel. Espero saber cuando grabará los programas para asistir.
Estimados amigos compartan esta carta en sus muros, en nombre de tanto enfermo.

Atte. Un hermano de Guatemala.
Miguel Angel Gutiérrez Garibay”

¿Que responderá Cash Luna? ¿Se animará a este desafio?

No es la primera vez que alguien se atreve a exponer a Cash Luna, sin embargo, debemos escudriñar todo, recuerden que la palabra dice :

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.” Mateo 7:15-20

Fuente: Esclavos de Cristo