Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

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mayo 13, 2022

EL CHOFER

 


Es muy común encontrarnos con personas que creen que no pecan o que sus pecados no son muy graves, puedes explicarles que no es así con esta ilustración.


El chofer de un vehículo fue detenido por un policía, era un buen chófer quien pensaba que no había cometido ninguna falta. 


El policía le dice:


“Te detuve porque ibas a 55 millas por hora en una zona escolar. Habían diez señales indicando la velocidad máxima de 15 y las ignoraste completamente.” 


Aplicación: 


Así como el chofer que tuvo diez señales, Dios también nos ha dado 10 señales claras en la Biblia. Estas son los Diez Mandamientos. ¿Has mentido alguna vez, o robado algo, o usado el nombre de Dios en vano? 


Si tu eres como yo, la respuesta es “si”. 


Escucha lo que la Biblia dice: 


"La persona que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos". Santiago 2:10 


Dios nos está diciendo que por no cumplir con uno de los mandamientos ya hemos pecado y seremos llamados a cuentas porque al violar uno es como incumplir todos los demás, incluyendo el del adulterio y asesinato. 


El juicio de Dios por nuestro pecado es la muerte. (Esto significa que todos los que han pecado irán al infierno, porque Dios no aceptará pecado en Su presencia). Romanos 6:23 Pero Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores Cristo murió por nosotros.



fuente: https://www.evangelismocreativo.com/2020/04/el-chofer.html

julio 18, 2017

¿Cómo el libro de Job nos enseña a ponerle buena cara al mal tiempo?

Mi amigo José ha tenido un golpe de mala suerte últimamente. Le ha ido mal en el negocio, su carro fue robado y su hija se fracturó un brazo andando en bicicleta. ¿Necesitó decir más?

Mientras compartimos nuestro descanso y tomamos un poco de café, José expresó la pregunta inevitable: “¿Por qué a mí?”

Es una pregunta que Moisés mismo hizo a Dios, sin embargo, a la cual no recibió respuesta alguna. Dios le dijo: “Es mi asunto, no el tuyo.” Hay una razón para todo lo que sucede, pero los seres humanos somos incapaces de entenderla. No tiene sentido preguntar por qué, e inclusive más fútil es tratar de imaginar la respuesta, jamás vamos a entender esa condición de la naturaleza humana. Nuestra actitud debe ser la de aceptación, recibir el deseo de nuestro Creador con todo el corazón, entendamos o no su estrategia.

¿No es curioso que la gente sólo pregunta “por qué a mí” cuando tiene problemas, pero cuando se encuentra en épocas de abundancia nunca se hace esa pregunta? Una persona que no se pregunta por qué pasan las cosas buenas, tampoco debería preguntarse por qué ocurren los desastres.

En el libro de Job, el personaje principal fue bendecido con todas las cosas buenas que tiene este mundo. Satán (el ángel del juicio) recibió permiso de Dios para probar la fe de Job. Destruyó su imperio financiero, mató a todos sus hijos y afligió a Job con enfermedades y dolores físicos. Cuando la esposa de Job se quejó, el respondió: “¿Debemos aceptar únicamente el bien de Dios y no el mal?”

El tiempo que gastamos en quejas es tiempo perdido. El tiempo que gastamos agradeciendo es tiempo productivo. Aquellos que quieren ser felices, deben ver todo lo que les sucede como un plan hecho por un Creador benevolente que sólo genera el bienestar del ser humano.

Cuando te enfrentes a un problema, sal adelante y recuerda dos cosas: “Todo es para bien” y “Esto, también pasará”. No tienes que entender por qué sucede algo para aceptarlo. Incorporar esta actitud no sólo te ayudará a superar tiempos difíciles, sino también te ayudará a disfrutar los buenos tiempos.

Fuente: Raymond Beyda Online
ENLACE JUDIO
noviembre 17, 2016

Condenado a 12 años de cárcel por robar ofrendas de parroquia

Benjamín Mejía –derecha– escucha condena junto a abogado defensor en el Tribunal de Sentencia de Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

Benjamín Alcón Mejía fue condenado este miércoles a 12 años de prisión por haber robado Q318 de ofrenda en una iglesia católica en Cantel. El juez José Calí, del Tribunal Primero de Sentencia Penal de Quetzaltenango, resolvió que los testimonios presentados por la Fiscalía comprobaron que Alcón Mejía cometió el delito de hechos sacrílegos, cuya pena mínima es de 12 años.

Según la investigación del Ministerio Público (MP), el 1 de marzo del año en curso, Mejía entró a la Parroquia Señora de los Ángeles, en la zona 1 de Cantel, donde robó una alcancía en la que se depositaban las ofrendas.

El sindicado fue perseguido por dos fieles, quienes lo alcanzaron en el cementerio antiguo, en la zona 2 del referido municipio.

Los pobladores dieron aviso a la Policía Nacional Civil (PNC) y un grupo de agentes llegaron para aprehender a Mejía.

Además de la pena de prisión, el sujeto también tendrá que pagar una multa de Q636.10, como lo establece el Código Penal por ese tipo de delitos.
Hechos sacrílegos

De acuerdo con el Código Penal de Guatemala, se comete el delito de hechos sacrílegos cuando el robo o hurto es de un objeto materia destinado al culto, sea objeto sagrado o no.

En caso de hurto, la pena es de 12 años en prisión inconmutables; y 20, en caso de robo.

Fuente: prensalibre.com
noviembre 16, 2016

Niño es retenido y amarrado por haber robado cinco gallos

Un niño acusado de haber robado cinco gallos en Santa Cruz del Quiché permanece amarrado por pobladores. (Foto Prensa Libre: Óscar Figueroa)

Un grupo de pobladores  de la aldea El Carmen Chitatul, Santa Cruz del Quiché, mantuvieron retenido y amarrado a un niño de 10 años el jueves último, a quien acusaban de haber robado cinco gallos en una granja del referido municipio. Marta García, propietaria del terreno donde fueron robados los animales, dijo que cuando se percató de que habían robado cinco de sus gallos más grandes, pidió a familiares que vigilaran el lugar, para evitar que desconocidos ingresaran de nuevo.

"Grande fue nuestra sorpresa al darnos cuenta de que el ladrón de pollos resultó ser un niño. Inmediatamente fue capturado por los vecinos cuando intentó robarme más animales", indicó García.

La afectada por el robo añadió que junto al menor habían otras dos personas que lo acompañaban para robar más aves, pero cuando notaron que habían sido descubiertos corrieron y dejaron al niño solo, quien no pudo huir.

Los animales fueron robados el miércoles último, cuando el menor fue amarrado a un trozo de madera, mientras García lograba contactar a familiares del niño para que llegaran y lo golpearan  por haber robado las aves.
Pago

"Vino la mamá del niño y a ella le exigí que me pagara Q375 por los cinco gallos que perdí, porque cada uno no cuesta menos de Q75. La señora se comprometió a darme el dinero y por eso accedí devolverle a su criatura”, dijo García.

Agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) llegaron al lugar, pero el grupo de vecinos pidió que se solucionara el problema sin su intervención.

"Yo interrogué al niño y él confesó que su mamá lo mandó a robar los pollos y que ella logró venderlos hoy en el mercado de Santa Cruz del Quiché.  El niño agregó que al ver que el negocio les había salido bien, lo volvieron a mandar", finalizó García.

Fuente: prensalibre.com
octubre 24, 2016

“¿Arrepentirme de qué? Soy buena gente”

"No he matado ni robado a nadie. No necesito ningún Dios que me perdone"

“¿Sabemos de qué seríamos capaces en una situación extrema a la que nunca nos hubiéramos enfrentado? ¿Somos realmente quienes creemos que somos?” Con estas preguntas comenzaba el programa Redes de Eduard Punset (TVE) en el que Philip Zimbardo, psicólogo de la Universidad de Stanford, exponía su famoso experimento en el que buenas personas se convirtieron -en apenas cinco días- en horribles tiranos tras exponerlas a un entorno de poder e inmunidad. Pero, ¿Y nosotros? ¿Hubiéramos actuado de un modo diferente? La historia ha demostrado que si se dan las circunstancias precisas, cualquiera de nosotros puede ser mucho más siniestro de lo que sospechamos. Es muy fácil criticar el mal de otro en circunstancias que no hemos enfrentado. Y es fácil no ver nuestro mal cuando no ha sido puesto a prueba.

Puede resultar autogratificante consideranos buenos al compararnos con quienes  consideramos peores que nosotros. Tampoco es extraño sentirnos buena gente cuando no estamos lo suficientemente comprometidos con la justicia o hacemos lo que la mayoría de la gente ¿O acaso no soy cómplice de que los negocios que respetan los derechos de sus trabajadores estén cerrando porque prefiero comprar en otros más baratos que sabemos que no los respetan? ¿No es hipócrita ir luego a manifestarnos por los derechos laborales? ¿No criticamos aquello que no es tan distinto de lo que hacemos nosotros?

Supongamos que podríamos mandar a otro planeta a todos los asesinos, agresores, terroristas, violadores y ladrones... quedándose aquí sólo la gente "normal" ¿Sería un mundo libre del mal? Lléndose los muy malos ¿Ya no habría odio, egoísmos y traiciones? ¿Viviríamos en una película de Walt Disney? Sabemos que no.

Eliane Brum dice en El País: “El tiempo de las ilusiones ha llegado a su fin. Ningún acto de nuestra vida cotidiana es inocente. Al pedir un café y pan con mantequilla en la panadería, nos implicamos en una cadena de horrores causados a animales y a humanos involucrados en la producción. […] La descripción de las atrocidades que cometemos de forma rutinaria puede seguir aquí a lo largo de miles de caracteres. Comemos, nos vestimos, nos entretenemos y nos transportamos a expensas de la esclavitud, de la tortura y del sacrificio de otras especies y también de los más frágiles de nuestra propia especie. […]

Hay varias implicaciones profundas en una época en la que el conocimiento no libera, sino que condena. [...] ¿Qué haremos, subjetivamente, ahora que estamos condenados a ver? […] Queda el cinismo, siempre el último reducto. Decir que, ante el hecho de que más de 7.000 millones de seres humanos ocupan el planeta, un número en aumento, no hay otra forma de comer y vestirse que no sea mediante la explotación, la esclavitud y la tortura es la afirmación más obvia. Es la afirmación expandida utilizada para todas las desigualdades de derechos. Desde que no sea yo —o uno de los míos— el sacrificado, no pasa nada [1]”
"El silencio ante el mal no es ser inocente. No actuar es hacer algo" Bonhoeffer

Siempre podemos creernos buenos y quitar hierro al asunto. Pero las ofensas son reales e importantes (y esto lo tenemos claro cuando la agresión es contra nosotros). Que todo el mundo participe de un mal no hace que ese el mal sea menos grave. Eso es lo que todos pensaban cuando la esclavitud era socialmente aceptada... y podías beneficiarte de ella.

En cuanto a la moralidad y responsabilidad de nuestros actos, tampoco es lo mismo contra quien se comente la ofensa. No es igual aplastar una flor, a una mosca o a una persona. Matar o hacer daño a una persona es algo mucho más grave. Y el problema del mal y del pecado (una orientación negativa de nuestra existencia) es que nos puede parecer poca cosa si nos comparamos con otros que consideramos peores. Pero el problema es que nuestro mal es una ofensa principalmente contra Dios mismo. Y esto lo convierte en algo más grave. En primer lugar porque un mal contra nuestro prójimo es también una ofensa contra Dios. Y Dios es justicia. No es un señor bobalicón de barca blanca al que nada le importa.

La Biblia es realista al afirmar que "si decimos que no hay pecado en nosotros nos auto engañamos y estamos diciendo algo que no es verdad. Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1ª Juan 1, 8-9). La seguna parte de este texto bíblico es una noticia extraordinaria. Michael Ots comenta: “Jesús experimentó voluntariamente la ira de Dios ante el asesinato, la violación y el abuso de menores. También hacia el egoísmo, la falta de honestidad y el chismorreo recayó sobre Jesús. Jesús experimentó en la cruz las terribles consecuencias del mal […] Dios se enfada con la gente que nos hace daño porque nos ama. Eso también quiere decir que también se enfada con nosotros cuando, a causa de nuestro egoísmo, hacemos daño a los demás. Dios debería descargar su ira sobre nosotros. Lo asombroso es que, cuando Jesús murió, él asumió sobre sí lo que nosotros merecíamos [2]”

[1] Eliane Brum ¿Todo inocente es un hijo de perra? El País. 2 de marzo, 2016

[2] Michael Ots ¿Qué tipo de Dios...? Andamio, 2014, pp. 104 y 108

Por Delirante.org