Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

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septiembre 25, 2019

Ex stripper se convierte a Cristo

La vida de Dust cambió luego de tener un encuentro con Jesús, cosa que la hizo abandonar la violencia, el sufrimiento y el abandono familiar que experimentó en su pasado.

Harmony cuenta que su padrastro era un traficante de drogas en California, donde vivían, y que su madre era una adicta a la cocaína; ambos «tenían una relación muy violenta», dice en un vídeo de «I Am Second» (Estoy Segundo, en español).

La mujer informó que también fue violada varias veces a lo largo de su vida, específicamente desde que tenía 5 años y en su adolescencia; incluso el novio de su madre abusó de ella cuando tenía 13 años, y aunque ella sabía lo que pasaba no hizo nada para impedirlo.

«No porque fuera horrible o mala, sino porque me enseñó lo que aprendió cuando era joven cuando la maltrataban», dijo Dust con respecto a lo ocurrido.

Hubo un tiempo en que su madre se fue de viaje a Canadá con su novio, dejándola sola con su hermano con solo 20 dólares en cupones para comida; por lo cual Harmony tuvo que recurrir a robar para mantener a su hermano y a sí misma.

Dust comenzó un noviazgo con un chico, el cual la llevó a convertirse en stripper para ganar dinero; cuando él le propuso la idea, ella se negó, pero cuando recurrió a una profesora para contarle lo que estaba ocurriendo, en vez de proporcionarle un buen consejo, le dio una respuesta que la llevó por el camino incorrecto.

Cuando ingresó a la industria del sexo, se dio cuenta de que no podría salir. Usó «Monique» como sobrenombre y una historia falsa.

La transformación
Fuera del club, ella aspiraba tener una vida normal, por lo que se inscribió en clases de ballet, lugar en donde conoció a una amiga; la chica era cristiana y la invitó a la iglesia.

Durante un tiempo asistió a la iglesia, pero seguía manteniendo su vida de stripper. Ella no quería que nadie supiera sobre su trabajo; como era nueva en el cristianismo estaba segura de que nadie estaría de acuerdo con su carrera.

Finalmente, una noche comenzó a llorar en el club donde trabajaba, y tomó la decisión de abandonar la vida que estaba llevando. Para ella, abandonar ese lugar fue fácil, pero lo complicado estaría en dejar a su novio.

La ex stripper dice que el 89% de las mujeres en la industria del sexo quieren irse, pero se quedan porque no ven otras opciones.

Harmony escribió su historia en Scars & Stilettos: The Transformation of an Exotic Dancer (Cicatrices y Estiletes: La Transformación de una Bailarina Exótica, en español) para exponer la explotación sexual; y creó el grupo Treasures (Tesoros, traducido al español) para ayudar a las mujeres a salir de la industria del sexo.

Fuente: bibliatodo.com






abril 03, 2019

¿Cómo puede Dios ser soberano y bueno y permitir el sufrimiento?

Hay muchas mentiras que creemos acerca de nosotros mismos que nos impiden avanzar hacia nuestro destino. Cuando creemos estas mentiras sobre quién y qué no somos, puede haber efectos graves y sofocantes. Estas mentiras y etiquetas ocultan la verdad de lo que estamos destinados a ser y eliminan la vida que estamos destinados a vivir.

Ya sea que estas mentiras estén enraizadas en la vergüenza, el miedo o una mala interpretación de la naturaleza de Dios, todas tienen el mismo resultado destructivo. Si el enemigo puede hacerte creer en una mentira, o asumir una etiqueta que no debes, entonces todo tu cuadro de la vida se distorsionará.

No eres el único que ha sido presa de las mentiras. Aquí están algunos de los más comunes que creemos:

1. “Puedo hacerlo por mi cuenta”

Solemos quedar atrapados por el pensamiento de que nuestros problemas son una carga para los demás, por lo que tomamos el asunto en nuestras propias manos. Demasiados de nosotros llevamos cargas solos. Es un camino que conduce al aislamiento y al cansancio. Ya sea que tenga un amigo o un batallón de amigos, estamos mejor juntos que solos.

Nuestros problemas no son un inconveniente para Dios. Dios nos dice que echemos nuestras preocupaciones sobre él y que su carga es ligera. Esta mentalidad de “puedo hacerlo por mi cuenta” es otro de los esquemas del enemigo para mantenernos aislados y atados. La libertad llega cuando hemos hecho todo lo que podemos para mantenernos en pie, permitimos que nuestros hermanos y hermanas sostengan nuestros brazos en nuestra debilidad. Moisés tuvo a Aarón. David tuvo a Jonatán. Elías tenía a Eliseo. Timoteo tuvo a Pablo. Jesús tuvo a los discípulos. No puedo imaginar cuánto más difíciles serían mis circunstancias sin el aliento y las oraciones de mis amigos.

Es una cosa muy valiente admitir que no puedes hacerlo por tu propia cuenta. Dios siempre puede trabajar con eso.

 2. “No estoy calificado”

Existe la noción de que solo aquellos que están en el ministerio de tiempo completo o en el personal de la iglesia son calificados por Dios. Exaltamos posiciones y títulos y nos descontamos. No hay una lista de 10 pasos sobre cómo Dios elige o equipa a sus hijos e hijas. Además, Dios no está buscando quién reza las oraciones más elocuentes, no compara nuestros testimonios uno al lado del otro para elegir el mejor, no está mirando nuestras vidas para ver quién está sirviendo en la mayoría de los ministerios. Estás calificado porque eres suyo.

Su palabra dice en 1 Pedro 2: 9, “Eres una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo por su propia posesión, que puedes proclamar las excelencias de él …”. En la Biblia, cuando Dios llamó a Gedeón y Moisés a sus respectivas misiones, a ambos les preocupaba si estaban calificados para hacer lo que Dios les estaba pidiendo. Sin embargo, ellos eligieron dar un ‘Sí’ obediente a Dios. Dios está buscando a aquellos que, aunque no pueden ver cómo encajan en la ecuación, son obedientes y dispuestos.

Recuerden, queridos hermanos y hermanas, que pocos de ustedes fueron sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó.  En cambio, Dios eligió cosas que el mundo considera insensatas para avergonzar a quienes piensan que son sabios. Y eligió cosas que son impotentes para avergonzar a los que son poderosos.  Dios eligió las cosas despreciadas por el mundo, las cosas no se consideraron nada en absoluto, y las utilizó para llevar a la nada lo que el mundo considera importante (1 Corintios 1: 26-28).

3. “La vulnerabilidad es la debilidad”

Vengo de una familia que, públicamente, éramos lo que parecía ser una familia funcional y detrás de puertas cerradas, fue un partido de equipo de etiqueta WWF de derribo y arrastre. Ser abierto acerca de nuestros sentimientos y pensamientos no era algo alentador, sino más bien ridiculizado. Entonces, aprendí a reprimir las cosas y todo el dolor que estaba sufriendo se manifestó de diferentes maneras (es decir, ira, baja autoestima y complacer a las personas, etc.).

Lo mejor de la vida no fue suficiente para llenar ese vacío que sentí. Muchos de nosotros caminamos rotos porque permitimos que el dolor o la desilusión de una situación cierren nuestros corazones y definan quién es Dios. No quiere decir que las picaduras de esas experiencias no duelen, pero realmente llega un punto en el que necesitamos “dejar ir y dejar a Dios”. Llega un momento en el que hemos acampado en la tierra del dolor y la decepción durante demasiado tiempo. Necesitamos confiar en que Dios puede darnos la fuerza y ​​la fe para seguir adelante. Necesitamos confiar en que él puede liberarnos y llenar nuestros espacios vacíos con sanidad.

El enemigo nos engaña para que creamos que, si nos abrimos y hablamos sobre nuestros problemas, nos encontraremos con juicios o vergüenza. Sin embargo, la verdad es que la vulnerabilidad en las manos correctas siempre lo llevará a su libertad. La vulnerabilidad es la puerta a la profunda intimidad con Dios.

4. “Dios nunca podría usar a alguien como yo”

Decimos cosas como: “Dios nunca podría usar a alguien como yo” como si hubiera un criterio. Dios nunca ha colocado parámetros sobre a quién ama, comisiona, equipa o perdona. Su respuesta a nosotros siempre ha sido por venir. Ven y bebe, ven y come. Ven a ver, ven y sigue. Nuestro único trabajo es responder a su amor manifestado a través de la gracia, eso es todo. Dios nunca te confrontará con tu pasado para impulsar tu futuro.

Tenemos que dejar de abatir nuestra libertad y nuestros destinos. Hay una sensación de indignidad que tendemos a proyectar sobre Dios debido a la vergüenza. La vergüenza ya no necesita ser la lente por la que te veas.

En Hebreos 12: 2 dice: “…él soportó la cruz, sin tener en cuenta su vergüenza”. Eres la alegría que siempre ha esperado a Dios. ¿No estás agradecido de servir a un Dios que ignora la vergüenza y te saluda con dignidad? Él nos creó para ser ” instrumentos para sus propósitos especiales para ser útiles al Maestro y preparados para hacer cualquier buen trabajo” (2 Tim2: 21).

5. “Necesito realizar algo para ser visto”

En la vida, cuantos más pones en algo, más esperas salir de él. Por ejemplo, si ponemos suficiente esfuerzo en nuestro trabajo, esperamos ser notados y finalmente obtener la recomendación que esperábamos. Tal es la práctica que tenemos para servir a Dios, donde, si no tenemos cuidado, caemos en la trampa del desempeño, por lo que nos preocupamos más por lo mucho que hacemos para vernos y menos por el por qué. Nos hemos convertido en artistas profesionales, involucrándonos en cada ministerio posible. Estamos en el equipo de adoración, el equipo de saludos, el equipo de misiones, el equipo de jóvenes, el equipo de producción, el equipo de ofrendas, el equipo de desmontaje, el equipo de oración. Es agotador. Debemos romper el acuerdo de que no somos vistos o dignos de ser vistos. No tienes que manipular para ser visto. Somos vistos por Dios, simplemente porque somos suyos.

 Cuando el Hijo Pródigo estaba lejos en su camino de regreso a casa, las escrituras dicen: “Todavía estaba muy lejos, su padre lo vio y se llenó de compasión por él; corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó” (Lucas 15:20). Servimos a un Dios que nos ve y nos encuentra donde estamos antes de que levantemos un dedo de la actuación.

6. “Estoy solo”

Hay un tema constante en la Biblia donde Dios se sale del camino trillado para encontrarse con aquellos que están solos. Dios encontró a Agar en el desierto y le dio sombra a su cabeza y descanso a su alma cansada. Jesús encontró a Pedro mientras estaba solo en las mundanidades de la vida y lo llamó a ser un discípulo. Habló con la mujer samaritana en el pozo. Destacó a Ruth en el campo. Conoció a Pablo en la cárcel. Conoció a Ana en el templo. Se reunió con leprosos en el camino del aislamiento y el endemoniado poseído en las cuevas del destierro.

Dios te ha echado el ojo desde que te tejió en el vientre de tu madre. Está en su naturaleza venir siempre por la persona que ama. La gente va y viene, pero él nunca te dejará ni te abandonará. Él va delante de ti. Su bondad y su misericordia te siguen. Sus ángeles acampan a tu alrededor. Su Espíritu Santo está en ti. Dios ha hecho que cada movimiento que hagamos, que cada respiración que respiramos se encuentre con su presencia.

Él es nuestro primer, mejor y siempre compañero.

7. “Si solo fuera como esta persona”

En una cultura de redes sociales, la comparación ha sido peor. Ahora vemos las vidas de otros a través de nuestras pantallas. A través de historias y publicaciones, descubrimos los bonitos detalles de los amigos y las celebridades que seguimos.

Sin embargo, hay una trampa a la que somos propensos a sucumbir cuando contemplamos algo durante demasiado tiempo. Comenzamos a ver sus vidas a través de la lente de esa cosa y comenzamos a ver las inconsistencias en nuestra propia vida. Glorificamos los resultados del ajetreo de alguien, sin darnos cuenta del arduo proceso que llevó llegar allí. Ídolatramos las publicaciones de vidas glamorosas, sin tener idea de los demonios personales y las pruebas con las que se enfrentan estas personas.

Esta comparación es una distracción para privarnos de ser nuestro verdadero ser. Una plataforma nunca debe determinar quién eres, pero quién eres determina cómo usas esa plataforma. Tú eres suficiente. Lo que tienes que ofrecer es suficiente. No tienes que ser falso para encajar. Puedes ser tú mismo.

No dejes que una copia tuya te robe el mundo de la versión original. Todos somos llamados de acuerdo a sus propósitos. Todos tenemos un destino que Dios quiere trabajar en nosotros y por medio de nosotros.

8. “No soy aceptado”

Todos tenemos este deseo de ser parte de algo. Queremos ser elegidos primero para estar en el equipo. Todos deseamos ser elegidos en el amor. Todo esto apunta al sentimiento inherente de pertenencia.

La Biblia dice que cuando el mundo estaba vacío, Dios comenzó a llenarlo. Cuando creó el sol, los firmamentos y toda la creación, declaró que era bueno. La sociedad nos dice que debemos comportarnos para demostrar que pertenecemos, que debemos cambiar nuestra apariencia, nuestro discurso y a nosotros mismos, y ahí está el engaño de Satanás. En Génesis 1:31 se afirma: “Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno, y Él lo ha validado por completo”.

Hemos estado buscando validación en lo incorrecto; una validación que ya nos ha dado Dios. Somos, ante todo, aceptados por aquellos cuya opinión es más importante. Nuestra mayor libertad es saber que él ha visto lo peor de nosotros, conoce nuestros pecados secretos y nos acepta de todos modos.

9. “Lo que tengo que decir no importa”

Siendo el más joven de mi familia ruidosa, era bastante difícil decir una palabra. Los niños deben ser vistos y no escuchados era la regla de oro en mi educación. Lo que no me di cuenta fue cuánto esto devaluó mis palabras e incluso mis pensamientos. Me asusté de decir lo que creía, lo cerré y hasta tuve miedo de orar en voz alta.

Nuestra arma más fuerte está en nuestra voz. Es táctica del enemigo silenciarnos. Hay vida y muerte en el poder de lo que hablamos. Poder para construir y derribar. Poder para atar y perder. Poder para bendecir y maldecir. Dios habló y la tierra y todo el cielo llegaron a existir. Cuando declaramos el nombre de Jesús, invitamos al cielo a la Tierra. Mantener silencio es sofocar nuestros sueños, permanecer donde ya hemos estado, y nunca descubrir completamente quiénes somos y quiénes somos.

10. “No tengo autoridad”

Jesús solo hizo lo que su padre le ordenó que hiciera; ahí es donde reside su autoridad. Tiene poco que ver con nosotros y todo con el que lo da. Cuando abrazamos la autoridad del padre, nos convertimos en una fuerza a tener en cuenta. Cada vez que ejercemos nuestra autoridad, estamos difundiendo la fama y el gobierno de Dios a través de esta Tierra. El poder del nombre de Jesús cobra vida cada vez que usamos tu autoridad. El enemigo está bastante amenazado por esta autoridad dada al pueblo de Dios a través del Espíritu Santo. Entonces, él pone el miedo y la distracción en los corazones de los hombres para sofocar la autoridad que viene de Dios. El enemigo sabe que cuando tomamos la autoridad, el poder de Dios se revela: la sanidad se produce, los demonios huyen, las almas se liberan, las vidas se sanan, entramos en nuestro verdadero ser y el reino de Dios está a la mano. Es esa misma autoridad la que remueve el aguijón de la muerte y la tumba. Tu autoridad es tu victoria.

Es hora de que rompamos acuerdos con estas etiquetas y mentiras. Han causado estragos en nuestras vidas durante demasiado tiempo. Es hora de liberar el reino de Dios y su verdad sobre nuestras vidas. Usted es aceptado Usted es elegido. Usted es visto. Eres de valor. Eres creado con un propósito. Tú eres suficiente.

No eres una copia, pero es mejor cuando aceptas que eres tú.

Publicado en: NOTICIACRISTIANA.COM

junio 27, 2017

¿Acaso el suicidio puede hacer que se termine el sufrimiento?

La vivencia espiritual genera experiencia. El experimentado ve lo que los legos no ven. Con base en la experiencia de una vida fundamentada en obedecer a la Palabra de Dios, una pareja de obreros, Gilmar y Gloriza, notó una poderosa alarma en el más profundo y completo silencio.

El último sábado, aquel silencio le “gritó” a la pareja que realizaba un anexo de oración en un barrio simple de Campo Grande, en Mato Grosso do Sul. Ellos golpearon en un portón para llamar a los habitantes de una casa. Llamaron, llamaron y nada. Parecía que no había nadie.

Decidieron seguir hacia la casa de al lado donde la conversación con una vecina fue rápida y, al terminar, iban a seguir adelante hacia una tercera casa, cuando el obrero vio a un muchacho saliendo del inmueble donde antes habían llamado sin respuesta.

El habitante de la casa tenía la expresión pesada. Gilmar se identificó, pero la única reacción del muchacho fue señalar hacia arriba, hacia la parte de adentro de la casa, donde había una soga de horca colgado en una viga.

“Yo ya iba a quitarme la vida, no aguanto más tanto sufrimiento. Pero oí voces golpeando y decidí abrir”, dijo el vecino entre lágrimas, en desesperación por haberse involucrado con drogas, por estar con la vida profesional completamente trabada y porque su esposa se había ido de su casa con sus hijos.

Las historias de aquel joven y del obrero son muy semejantes. Años atrás, Gilmar también vio su matrimonio desmoronándose y llegó no solo a pensar en el suicidio, sino también en matar a su esposa. Pero todo cambió cuando llegaron a la Universal. “Le conté que mi historia había sido, en algunos puntos, incluso peor, y le conté otros casos de quien tuvo la vida transformada por la fe. La mirada pesada le dio lugar a una de sorpresa y preguntó ‘entonces, ¿no me ocurre solo a mí eso?’ Le dijo a él que, si nosotros lo logramos, él también podía.”

La pareja oró con el muchacho y Gilmar quitó la cuerda de la viga. “Voy a guardarla conmigo y, cuando su vida esté cambiada, usted la va a mirar y recordará de dónde lo sacó Dios”, dijo al antes desesperado joven. La acción Divina le permitió a aquel casi muerto salir del trance diabólico al oír los golpes en un simple portón en el momento más oportuno posible.

Quien intenta el suicidio, en realidad, no quiere que se acabe su vida. Lo que quiere es darle fin al sufrimiento.

El fin del sufrimiento solo tiene sentido si la vida continúa después. Cada vez mejor. Esta es una historia que está solo comenzando. Aún oiremos hablar mucho sobre ella. Y muchos se inspirarán en eso, tanto para ayudar a los demás, como para que ellos mismos sepan que es posible salir de la dificultad y construir una existencia mejor.

Por Marcelo Rangel
mayo 31, 2017

Desean vivir en Israel

Muchos palestinos sienten que ni Fatah ni Hamas han hecho lo suficiente para aliviar su sufrimiento. Muchos líderes de Fatah que robaron miles de millones de dólares de las donaciones internacionales. Hamas, por otra parte, prefiere gastar millones de dólares en la compra [y contrabando] de grandes cantidades de armas. Por Khaled Abu Toameh

Muchos palestinos en la Margen Occidental y la Franja de Gaza tienen un sueño: trabajar o vivir en Israel. Algunos, incluso, dicen que están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero para obtener la ciudadanía israelí. Otros pagan un montón de dinero a traficantes palestinos y judíos que los ayudan a eludir los puestos de control para entrar en Israel en busca de trabajo y una buena vida. Estos no son palestinos que se odian a sí mismos. Tampoco son "traidores proisraelíes" que apoyan al movimiento sionista.

Muchos palestinos sienten que ni Fatah ni Hamas han hecho lo suficiente para aliviar su sufrimiento. Muchos líderes de Fatah que robaron miles de millones de dólares de las donaciones internacionales destinadas a los palestinos, han invertido sus fortunas en hoteles, centros turísticos y empresas de bienes raíces en occidente. Hamas, por otra parte, prefiere gastar millones de dólares en la compra [y contrabando] de grandes cantidades de armas, incluyendo cohetes y municiones.

Es una vergüenza para los dictadores árabes y musulmanes, especialmente aquellos que ganan miles de millones de dólares por la venta de petróleo, que sus representados tengan que buscar trabajo y refugio en Israel y Occidente. También es una vergüenza para Fatah y Hamas, el que miles de palestinos no puedan encontrar empleo o una buena vida en los dos estados palestinos en la Margen Occidental y la Franja de Gaza.

Los regímenes árabes e islámicos están gastando miles de millones de dólares en la construcción de nuevas mezquitas y madrasas, mientras que casi la mitad de su población es analfabeta y vive bajo la línea de pobreza. Los graduados universitarios en esos países se ven obligados a buscar trabajo en occidente debido a las malas condiciones de trabajo y la falta de oportunidades.

La ausencia de un buen gobierno, de transparencia, de rendición de cuentas y de democracia, en estos países, está llevando a los árabes y musulmanes a buscar trabajo y una vida mejor, no sólo en América del Norte y Europa, sino incluso en lugares como Israel.

Un árabe rico prefiere gastar millones de dólares en un zoológico privado que en la construcción de un hospital o una universidad. ¿Por qué habría de hacerlo, cuando él y los miembros de su familia podrían viajar en cualquier momento que deseen para recibir tratamiento médico en la Clínica Mayo o estudiar en la Universidad de Harvard?

En muchos sentidos, estos palestinos no son diferentes de los inmigrantes africanos que tratan de infiltrarse en Israel, todos los días, a través de Egipto. Los inmigrantes proceden de Sudán, Etiopía, Eritrea, Nigeria y otros países africanos.

Al igual que los palestinos, los africanos están dispuestos a pagar un montón de dinero para entrar a Israel. Los traficantes egipcios cobran hasta 1.000 dólares por cada inmigrante.

Pero para los inmigrantes africanos, el viaje es también muy peligroso. En los últimos tres años, guardias fronterizos egipcios les han disparado y matado a decenas de hombres y mujeres africanos que intentaban cruzar la frontera con Israel.

La semana pasada un hombre sudanés de 23 años de edad, fue baleado fatalmente por las tropas egipcias, mientras trataba de entrar en Israel. Otros cuatro buscadores de asilo fueron detenidos.

Mientras que los egipcios están matando a los inmigrantes africanos, Israel les está proporcionando, a los afortunados que consiguen cruzar la frontera, con puestos de trabajo, así como también servicios médicos y sociales.

Es cierto, Israel no es 100% perfecto. Pero un africano musulmán o cristiano, sigue prefiriendo a Israel que a países como Egipto, Jordania, Siria, Arabia Saudita e Irán. Como explicó un "refugiado" de Darfur, Sudán, que ahora vive en Tel Aviv: "Me siento más seguro en el estado judío que en Sudán o en cualquier país árabe o islámico".

Para muchos palestinos, es más fácil encontrar un trabajo en Israel y Canadá que en cualquier país árabe o islámico, la mayoría de los cuales les imponen estrictas restricciones para viajar y trabajar. Los palestinos no pueden entrar a la mayoría de los países árabes e islámicos sin una visa.

Se puede entender por qué un palestino necesita un visado para ingresar a EE.UU. o a cualquier país europeo. Pero ¿por qué necesita un palestino una visa para visitar a sus parientes en Siria, Líbano y Egipto?

Muchos palestinos de la Margen Occidental que visitan países árabes, frecuentemente se encuentran arrojados en centros de detención durante semanas, meses y años, sin juicio. Cientos, si no miles, de palestinos se cree que languidecen en cárceles por todo el mundo árabe, especialmente en Siria y Egipto.


Fuente: Guysen News
diciembre 07, 2016

¿Por qué tendría que morir Jesús por nosotros?

¿No es macabro que Dios tuviese que venir a morir por mí?
¿No puede Dios simplemente perdonarnos y ya está? ¿Por qué pasar por ese sufrimiento atroz?

Algunos ven a un Dios sadomasoquista detrás de un Dios que envía a Jesucristo a morir  ¿Qué padre amoroso y con una salud mental estable haría esto con su hijo?
La cruz y el sufrimiento

Algunos ven sádico y absurdo un dios muriendo así. Pero en el “cómo” murió vemos algo muy importante. Cuando a alguien se le lleva al límite, a la máxima presión, al sufrimiento, más se demuestra cómo es alguien realmente. Mejor conocemos a esa persona. Y de Jesús salió amor, compasión y perdón por sus enemigos. Yo entre ellos.

Jesús es Dios hecho humano escogiendo venir voluntariamente a nuestro encuentro. Su acción también llevaba implícita compartir nuestro sufrimiento. En espera del  día en el que el mal se acabe, sabemos que el misterio del sufrimiento ha sido experimentado por Dios mismo. Él nos entiende en nuestro dolor porque ha sido azotado, traicionado y desgarrado. Está a nuestro lado. Dios no es indiferente ante el sufrimiento. Esto nos ayuda a confiar en las promesas de un Dios que ha experimentado el dolor en sus propias carnes. Literalmente.

El sufrimiento humano es un misterio pero la mejor respuesta y consuelo posible ante el dolor la ofrece el cristianismo. Un día todo mal se acabará.

Dios no tiene ningún gusto por el dolor ajeno. Y por esto Él no envía a otra persona sino que Dios mismo sufre en nuestro lugar. Jesús y su Padre es el mismo Dios.
La justicia y nuestro mal

¿Y si Dios tiene en cuenta cada palabra hiriente que sale por nuestra boca? ¿Y qué de cada momento en el que pude haber ayudado y decidí buscar egoístamente lo mío? Cuando hacemos aquello que tantas veces criticamos en otros o encontramos gente más bondadosa que nosotros podemos hacer un poco mejor el análisis de la realidad de nuestra maldad.

En la cruz Dios se ha interpuesto entre nosotros y las personas a quienes hemos dañado. Un golpe contra otros es también un golpe contra Dios. Cuando golpeamos a otro golpeamos a alguien a quien Dios ama. La muerte de Jesús puede parecernos absurda porque la desvinculamos del mal que cometemos, como si no tuviera nada que ver con nosotros. Lo vemos como la muerte de un señor extraño que vivió hace 2000 años porque no tenemos interés en seguirle ni en pensar que quizás es la persona que mejor nos conoce y quien más nos ama. De hecho así es. Hasta el punto de morir en nuestro lugar. En la cruz la justicia que era necesaria ha sido desplegada. “Ya está terminado” son las últimas palabras de Jesús justo antes de exhalar. La Cruz es el lugar en el que Dios declara que el abuso, la violación, la mentira o el asesinato son actos repugnantes que no pueden quedar impunes. Dios no es un señor bobalicón de barca blanca al que todo le da igual. Es justo, y no esperábamos menos.

Pero la cruz también es el deseo de Dios para que nadie perezca por estas consecuencias. En la cruz se encuentran el amor y la misericordia. Dios hace todo lo que está en su mano sin invadir nuestra libertad. Podemos aceptar su pago libremente, o rechazarlo.

La ira de Dios no contradice su amor. Dios se enfada y exige justicia porque es amor ¿O acaso no nos airamos cuando hacen daño a quien queremos? Si no nos molestasemos ni hiciésemos nada respecto a las agresiones contra un ser querido realmente no lo amaríamos. Dios debe hacer justicia con quienes nos hacen daño del mismo modo que debe hacerla con nosotros cuando somos los causantes del dolor. Es una condición moral intrínseca de Dios que no puede ser aparcada. De hecho, muchos no creen en Dios porque aún no ha ejecutado ese juicio contra el mal. Pero cerramos los ojos cuando se trata de nuestro mal.

Pero en la cruz nuestros pecados (una orientación negativa de nuestra existencia) no son tenidos en cuenta porque la cruz es el pago por ellos. El lío del que nos saca la muerte de Cristo es el lío de habernos comportado como si nos perteneciésemos a nosotros mismos. En palabras de C. S. Lewis, el ser humano no es simplemente una criatura imperfecta que necesita mejorarse; es un rebelde que debe deponer sus armas.
Rendirnos,  darnos cuenta de que hemos tomado el camino equivocado para comenzar una nueva vida con Él. Eso es lo que el Evangelio llama arrepentimiento, algo que no es  divertido. Arrepentirse es algo mucho más difícil que agachar la cabeza humildemente. Es necesario nacer de nuevo, tal y como Jesús le dijo a un viejo judío llamado Nicodemo (Juan 3, 7; La Biblia). Pedir a Dios que nos reciba sin arrepentirnos significaría pedirle volver a Él sin volver a Él. Es algo que no puede ocurrir.

Jesús no presenta ninguna religión, sino a sí mismo  como “El camino, La verdad y La vida” (Juan 14, 6). Sólo podemos acudir a Él. Y esto va más allá de que seguir sus enseñanzas. Un cristiano no es una persona que no se equivoca sino alguien a quien se le ha concedido la capacidad de arrepentirse, de levantarse del suelo y empezar de nuevo después de cada tropiezo.

En esta nueva vida ya no hacemos cosas para ser salvados o aceptados por Él. Nuestros méritos nunca podrán comprar nada que el sacrificio de Jesús ya completó. “Porque por gracia (un regalo) sois salvos por medio de la fe; y esto no es por vuestros méritos, pues es regalo de Dios; no por vuestras obras, para que nadie se envanezca” (Efesios 2, 8-9).

La Cruz se lleva las ofensas recibidas y causadas. Se lleva nuestra vergüenza. La recibida y la causada. Somos libres al fin.

Por Delirante.org

noviembre 01, 2016

¡La hora ya llegó!

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí (Mateo 10: 37).

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo (Lucas 14: 26).
¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas (Lucas 6:26). No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa (Marcos 6:4). Y los enemigos del hombre serán los de su casa (Mateo 10:36). Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra (Lucas 13:52 y 53). Y seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros (Lucas 21:16). Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán (Mateo 24: 9 y 10).
Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho (Juan 16: 1-3).

¿Estás listo para ello?