Solo éxitos cristianos anunciando la venida de Jesucristo

Post Top Ad

Mostrando entradas con la etiqueta sabios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sabios. Mostrar todas las entradas
julio 13, 2017

¿Cómo se interpreta la Torá?

Nuestros sabios nos dicen que la Torá se puede interpretar de cuatro maneras generales: peshat, remez, drush y sod.

La Torá es la sabiduría de Dios. El intelecto, por su propia naturaleza, permite —y demanda, por supuesto— diferentes formas de entendimiento, en especial cuando se trata de abordar la infinita sabiduría del Dios infinito.

Nuestros sabios nos dicen que la Torá se puede interpretar de cuatro maneras generales: peshat, remez, drush y sod.

1) Peshat es la interpretación simple de la Torá. Cuando el versículo (Bereshit 1:1) dice que “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, quiere decir exactamente lo que dice, en sentido literal.

2) Remez es el conjunto de pistas y alusiones contenidas en la Torá. Una de las metodologías que emplea la Torá para elaborar estas pistas es la gematría, el valor numérico que tienen las letras del alfabeto hebreo. Por ejemplo, la gematría de “Bereshit bará” (“En el principio creó”) es la misma que la de “b'Rosh Hashaná nivrá ha'olam” (¡“El mundo fue creado en Rosh Hashaná”!).

Tanto Bereshit bará como b'Rosh Hashaná nivrá ha'olam suman 1116.

3) El Drush (o Midrash) explica el significado más profundo del versículo. La palabra hebrea para “En el comienzo” es bereshit. El Midrash nos dice que esta palabra se puede separar en dos: b-reshit. La Torá nos dice que el mundo fue creado por dos (“b”) “reshit”s (“primeros”): los judíos y la Torá. Aunque esta no es la interpretación simple de la palabra, es una forma verdadera y válida de entender la Torá.

4) Sod (secreto) es la parte mística, esotérica de la Torá. El Tikunei Zohar —un libro que da setenta (!) explicaciones esotéricas diferentes para la palabra bereshit— explica que esta palabra también se puede separar en “bara shis”: “creado (con) seis”. Esto es porque el mundo fue creado gracias a los seis poderes emocionales de Dios: la bondad, la severidad, la belleza, la victoria, el esplendor y el fundamento.

Dentro de estos cuatro métodos para entender la Torá, existen innumerables caminos posibles de entendimiento. Por ejemplo: según el peshat, hay muchas maneras diferentes de entender la Torá. Es por eso que hay tantos comentaristas de la Torá que se centran en él—Rashi, Ibn Ezra, Rashbam y muchos más— y con frecuencia (pareciera que casi siempre…) están en desacuerdo en lo que respecta al significado literal de un versículo. De hecho, según las enseñanzas cabalísticas, ¡hay 600.000 maneras de entender el peshat, 600.000 maneras de entender el remez, 600.000 maneras de entender el drash y 600.000 maneras de entender el sod!

Toda perspectiva sobre la Torá es aceptable en la medida en que no contradiga ninguna de nuestras creencias fundamentales (y en la medida en que tenga sentido).

Nuestros sabios nos dicen que “cualquier jidush” (idea innovadora) que se le pueda ocurrir a un discípulo respetable ya le fue dada a Moshé en el Sinaí. “Moshé pudo no haber escuchado la idea específica que acaba de pensar un rabino miles de años después, pero los fundamentos de esta idea le fueron dados en el Sinaí”.

Dios nos dio las herramientas para hurgar en las palabras de la Torá y revelar la sabiduría divina que se esconde en su interior.

Cuando se trata de la halajá, sin embargo, hay una única verdad; porque mientras que la Torá es la sabiduría de Dios, que, como ya mencionamos, da lugar a diferentes opiniones, la halajá no es el intelecto, sino más bien la voluntad de Dios. Y la voluntad es absoluta, y no admite dos maneras de ver las cosas.

Fuente: Jabad
junio 13, 2017

¿Quién reconstruirá el tercer Gran Templo de Jerusalén?

 El Gran Templo de Jerusalem ¿Quién lo construirá?

Temas Beit HaMikdash - El Gran Templo, Del 17 Tamuz a Tisha BeAv, Palabras del Rebe


En el libro de Iejezkel esta descripto con gran detalle y precisión un gran santuario o templo (Beit HaMikdash), que de acuerdo a las palabras de los sabios, es este, el tercer Gran Templo que estamos aguardando con la llegada del Mashiaj. Allí (en los capítulos 40-43) está detallada la profecía, en la que reveló el Santo Bendito Sea “el modelo del Templo con todas sus necesidades, características y formas”. La Casa descripta allí es diferente del primer y segundo Templo, pero es imposible traducir estas cosas a un programa arquitectónico en la práctica, ya que muchas cosas son inentendibles, y los sabios las definen como “ocultas”. Maimónides (Leyes de Beit Habejirá capítulo 1, halajá 4) dice:
“El edificio que será construido en el futuro, a pesar de encontrarse escrito en Iejezkel, no está clarificado y explicado”. Paralelamente tenemos otra fuente de la Torá, el tratado de la Mishná Midot, "medidas", en el que están detalladas las medidas del segundo Templo. Maimónides, en su explicación a la Mishná, dice, que cuando llegue el momento de ser construido el Tercer Templo, este será edificado sobre la base de las medidas de este tratado de la Mishná. Y entonces “El Santo Bendito Sea, nos dará el mérito y abrirá nuestros ojos para entender lo oculto en [el libro de] Iejezkel".  Otra fuente: ".. que por medio de este relato del segundo Templo, nosotros podremos entender y producir la construcción de Iejezkel "(lenguaje del comentarista ‘Tosafot Iom Tov’ en su introducción al tratado de Midot). La explicación del tema está conectada con la supuesta contradicción que aparece en las palabras de los sabios de bendita memoria sobre la pregunta, ¿Quién construirá el Tercer Templo?. En varios lugares está dicho que descenderá del cielo y en otros lugares diferentes está dicho que será construido por la mano del hombre (el Rey Mashíaj). Una de las explicaciones a esto es, que la construcción del Tercer Templo será una combinación de acciones del hombre y del cielo: el comienzo de la construcción será por medio de la mano del hombre y dentro de esta construcción descenderán cosas del cielo.

Así ocurrirá también la combinación entre la descripción del Templo en el tratado de Midot y entre la descripción en el libro de Iejezkel: la construcción que será hecha por mano del hombre será de acuerdo al tratado de Midot y dentro de esta construcción descenderán las mismas cosas “ocultas” que están descriptas en Iejezkel.

Una combinación similar ocurría en el Templo con las ofrendas. Por un lado se les ordenó a los cohaním a traer un fuego para realizar las ofrendas, y por otro lado descendía un fuego Celestial. Tenemos aquí un fundamento importante: el hombre debe hacer lo que se le ha impuesto y entonces el Santo Bendito Sea agrega la integridad Superior desde el cielo. En el tercer Templo llegará esta combinación a su máxima integridad, hasta que se exprese también en la misma esencia de la construcción de la Casa.

Esto está conectado con la esencia del tercer Templo y su particularidad por sobre los dos Templos que se le antepusieron. El primer Templo poseía una gran ventaja, la Santidad que descendía de arriba, pero el mundo no era aún un recipiente para estas revelaciones tan elevadas. En el segundo Templo ocurría una situación opuesta: existía una purificación muy grande aquí abajo, ya que sus constructores se encontraban en un estado de baalei teshuvá, retornantes, pero la Santidad que iluminaba en este no se encontraba en un nivel tan elevado (por lo tanto faltaban cinco cosas que expresaban la revelación de la Santidad). La particularidad del tercer Templo es, que se amalgamará la integridad de los dos extremos – también la Santidad que viene de arriba y la purificación del mundo inferior.

El tercer Templo será construido después de un largo y penoso período de galut, en el que el mundo pasó por un profundo proceso de purificación interna. Durante los años del galut se discernieron y se refinaron todos los estratos de la existencia, hasta los mas inferiores. Generaciones de judíos santificaron y purificaron todo el mundo y lo convirtieron en apto para ser un recipiente para la revelación de la Santidad mas superior. Ahora puede ocurrir la combinación completa entre la integridad de la purificación que viene de abajo y la de la revelación Divina que viene de arriba.

Esto está expresado en la construcción entrelazada del tercer Templo. Por un lado será construido por la mano del hombre, como parte del precepto de “y me harán un santuario”, y por otro lado descenderá con un fuego de arriba. Por un lado será construido de acuerdo al diagrama del segundo Templo, y por otro lado se entrelazarán desde arriba las cosas “ocultas” detalladas en Iejezkel. Así se expresará la integridad entrelazada en el tercer Templo, que será construido pronto en nuestros días.

Fuente: Viene Mashiaj
enero 09, 2017

La vida nunca termina

 Por Itzjak Meir Kagan

Cuando Iaacov terminó de encargar estas cosas a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido a su pueblo. (Génesis 49:33).

La Torá no dice “murió”, y los sabios afirman: “Nuestro padre Iaacov no murió… así como sus hijos están vivos, él también lo está”.1

¿Qué conforma las bases del amor y la comunión entre dos amigos cercanos, entre marido y mujer o entre un niño y su padre? No es el cuerpo físico: la carne, los huesos y las entrañas, sino las características del espíritu lo que constituye la verdadera esencia del hombre. Es tan sólo que el hombre se comunica con sus padres a través del cuerpo y sus miembros. A través de sus ojos, oídos, manos, órganos del habla, etc., el hombre expresa sus pensamientos, sus sentimientos y las características de su espíritu, y (por supuesto) son estas cosas, no las herramientas corporales de expresión, las que constituyen su verdadera esencia y su ser.

Se deduce que en el Mundo de la Verdad (el más allá espiritual) el alma del difunto experimenta un placer particular al ver a los miembros de su familia recuperarse de la tragedia, volver en sí, hacer todos los esfuerzos posibles por poner sus vidas en orden y ser una fuente de inspiración y de valor para otros.

Una bala, un proyectil o una enfermedad pueden dañar el cuerpo, pero no pueden afectar el alma. Pueden causar la muerte, pero la muerte no es más que la separación del alma y el cuerpo. El alma sigue viva (por la eternidad); mantiene su conexión con la familia, en especial con los que fueron más queridos y amados. Comparte las angustias y las alegrías de la familia. Es sólo que los miembros de la familia, que están vivos en el mundo terrenal, no pueden ver la reacción del alma con sus ojos materiales, ni pueden tocarla ni sentirla con sus manos, porque la conexión física se ha perdido.

El alma del difunto experimenta una satisfacción particular al ver que sus hijos son criados en el espíritu apropiado de la Torá, libres de cualquier sentimiento de angustia o depresión, Dios no lo permita, sino en cambio (como dice la expresión tradicional) “criados para la Torá, el matrimonio y las buenas acciones”.

De una carta del Rebe para una viuda de guerra de Israel.2

Fuente: Jabad
noviembre 23, 2016

¿Qué es el alma?



PIRQUE ABOT: ¿Qué es el alma?

 
דע לפני מי אתה עתיד ליתן דין וחשבון

Aqabiá ben Mahalalel nos explica que la mejor forma de evitar pecar es recordar que luego de esta vida daremos cuenta ante Dios por lo que hemos hecho mal en este mundo.  Pero una vez que dejamos este mundo, ¿De qué manera ocurrirá este juicio?

Como dijimos anteriormente, nuestros Sabios nos enseñaron que el alma sobrevive la muerte del cuerpo.  Y que son nuestras almas las que se enfrentarán al Todopoderoso en el juicio celestial.

Hoy me gustaría explicar, muy brevemente, a qué nos referimos  cuando decimos “alma”, o en hebreo neshamá.

En realidad, la mejor forma de describir el alma sería a través de la fórmula matemática:  ALMA  = YO – MI CUERPO. Vamos a profundizar un poco esta ecuación.

1. ALMA MORAL: Para entender neshamá hay que pensar en  “mente”,  en oposición a “cerebro”.  Mi mente (Yo!) es la que decide, la que toma las decisiones. Nuestra libertad de elección no es una función cerebral o natural. Los animales tienen cerebro, y hasta cierto tipo de inteligencia Pero los animales no pueden tomar una decisión moral. En otras palabras, no pueden decidir entre un  “instinto” y un “valor”. Por ejemplo, si un animal tiene hambre no puede decidir no comer y darle la comida a un animal de otra especie. Los animales no tienen “alma”, sino instintos de supervivencia. El ser humano, por el contrario, puede tomar una decisión moral, y elegir no comer y darle esa comida a otra persona.  La que toma este tipo de decisiones es el alma/mente. El alma es el verdadero “yo”.

2. CONCIENCIA, MEMORIA: Más allá de la mente, el alma contiene -y retiene después de morir- nuestra identidad y conciencia. En otras palabras, aunque nuestros cuerpos mueren, todavía preservamos la noción de quiénes somos y fuimos, y en cierta forma, aunque desprovistos de cerebro , aún podemos pensar y percibir, obviamente de una manera completamente diferente a la que estamos acostumbrados.  Tan distinta qué es imposible imaginarla, cuanto más, describirla con palabras.  Cuando decimos que el alma preserva la “memoria” nos referimos a la película de nuestras vidas. No estamos hablando de las filmaciones que registran nuestras fiestas de cumpleaños o las vacaciones en Disneylandia, sino particularmente la memoria de nuestros actos morales: lo que hicimos bien y lo que hicimos mal, hacia Dios y hacia el prójimo.  Fue mi “alma” (yo!) quien decidió actuar bien o mal.   Eso es lo que dice Aqabia ben Mahalalel, es mi alma (YO menos MI CUERPO), mi conciencia, la “mente”, quién tomó las decisiones, y quien enfrentará el juicio final.

3. MADUREZ ESPIRITUAL: Más allá del juicio final, los Jajamim también hablan del placer del mundo por venir. Este placer fue descripto como “el placer de estar frente a la Presencia Divina” y este placer depende totalmente del nivel de madurez que alcanzó nuestra neshamá. El alma/neshamá tiene la potencialidad de crecer. Y al igual que nuestro cuerpo, la neshamá necesita ser alimentada para crecer o “madurar”.   Si no, no es que el alma muere, pero quedará en un estado “infantil”, de subdesarrollo, incapaz de percibir y disfrutar de la Presencia Divina en el mundo por venir. Cómo si alguien estuviera escuchando el mejor discurso del mejor orador del mundo, pero no entiende su idioma. ¿Cómo crece nuestra neshamá?  Es a través de nuestra neshamá que establecemos nuestro contacto con Dios. Nuestra conexión con Dios, ידיעת השם se incrementa a través de nuestra neshamá. A diferencia de nuestro cuerpo, que HaShem formó del polvo de la tierra,  el alma proviene directamente de HaShem. Y su evolución depende de esta conexión con Dios: el alma de un Yehudi crece cuando estudiamos Su Torá, cuando rezamos a Dios y cuando hacemos Su voluntad.   Si nuestras almas no tienen y mantienen esta conexión con HaShem, entonces el alma permanece en su estado inmaduro, infantil: se hace irrelevante, y sin una neshamá madura nos podemos transformar en seres egoístas o materialistas.

Mañana, BH, vamos a escribir sobre un Jajam, rabbi Shimón bar Yojai, que llegó a un nivel espiritual altísimo, tan alto que, excepcionalmente, el día que falleció, Lag La’Omer,  se celebra como si se tratará de su “graduación” (o Hilulá, como decimos los Sefaradim).

Fuente: Halaja.org

mayo 09, 2016

Parejas gays pronto podrán tener hijos biológicos

Los científicos, Romanos 1:22 “Profesando ser sabios, se hicieron necios.” 

Investigadores de la Universidad de Cambridge han descubierto que es posible hacer un bebé usando las células de la piel de los padres del mismo sexo.

Un gran avance de la investigación de células madre ha puesto de manifiesto que en sólo dos años las parejas del mismo sexo pueden tener sus propios hijos biológicos.

Los estudiosos han demostrado, por primera vez, que las células de óvulos y esperma humanos se pueden hacer a partir de células madre en la piel de dos adultos. Han declarado que la técnica podría significar que las parejas del mismo sexo podrían tener bebés en sólo dos años.

Los científicos utilizaron líneas de células madre a partir de embriones así como las células de la piel de cinco adultos diferentes. Diez fuentes de diferentes donantes la han utilizado hasta ahora y las nuevas líneas de células germinales se han creado a partir de todos ellos.

El equipo, financiado por el Wellcome Trust, comparó las células madre de ingeniería con células humanas de fetos para asegurarse de que tenían características idénticas.

 Fuente: tiemposprofeticos.org
abril 19, 2016

No fueron Reyes sino Magos o pastores y se ignora sus nombres

Melchor, Gaspar y Baltasar existieron y sus restos se encuentran en una catedral de Alemania, pero los datos históricos y bíblicos indican que no eran reyes.

Melchor, Gaspar y Baltasar existieron y sus restos se encuentran en una catedral de Alemania, pero los datos históricos y bíblicos indican que no eran reyes, sino sabios -a quienes en esa época se llamaba “magos”-, o quizás pastores y que tampoco eran esos sus nombres. En la Biblia, San Mateo fue el único evangelista que los tildó de “magos”, en tiempos en que persas y caldeos llamaban así a los sabios que cultivaban la ciencia, en especial la astrología.

“Cuando hubo nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempos de Herodes, unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: `¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo`”, escribió Mateo en las Sagradas Escrituras.

Para San Lucas, autor del tercer Evangelio, eran sólo “pastores acampados al raso, que pasaban la noche custodiando su rebaño” y fueron avisados por un ángel del nacimiento de Jesús. San Marcos y San Juan, autores de los dos Evangelios restantes, no mencionaron en sus escrituras la existencia de estos pastores o magos.

Según la Agencia TELAM la denominación de “reyes” para los tres personajes pudo haber surgido por una confusión generada por el Salmo 71, que señala que a Jesús “los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecerán tributos; los reyes de Arabia y de Saba le traerán presentes; y lo adorarán los reyes todos de la Tierra”.

Esta metáfora sobre la adoración de los poderosos al Niño Dios, como la de Isaías al señalar que “los reyes caminarán el resplandor de su aurora”, pudo determinar, por extensión, que también Gaspar, Melchor y Baltasar eran soberanos.

Tampoco en los textos de Mateo ni Lucas se precisa que los magos o pastores eran tres, y en las pinturas de las catacumbas a veces son cinco, pero fue San León quien en el siglo V, durante su papado, determinó que eran tres. Aunque la tradición los llame Gaspar, Melchor y Baltasar, la historia cuenta que San Beda “el Venerable” fue quien ocho siglos después del nacimiento de Jesús los bautizó de esta manera, sin hacer uso de ningún rigor documental.

Los tres magos murieron medio siglo después del nacimiento de Jesús, dice la historia, y una leyenda germana añade que fue tras compartir una última y opípara cena. En el siglo IV, sus restos, que yacían en Constantinopla, fueron trasladados por orden de la emperatriz Helena, a Milán, Italia, y obsequiados a su amigo, el obispo Eustorgius.

A mediados del siglo XII, cuando Federico I invadió Milán, los huesos fueron enviados al Obispado de Colonia, en Alemania, y conservados hasta la actualidad en un sarcófago de plata.

Telam.com.ar