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julio 28, 2017

¿Un Rabino se puede casar?

Quería saber si los Rabinos se pueden casar. En mi religión, los curas no se casan, ¿es lo mismo con el Judaísmo?

Cierta vez tuve esta misma conversación con un taxista. El era católico, y me preguntó si los Rabinos se casaban. Yo le dije que no solo se pueden casar, sino que están obligados a hacerlo. “Multiplíquense”, es una orden para todos.

El taxista sacudió la cabeza y dijo: “Ustedes los judíos hacen bien”. En mi comunidad, cuando alguien tiene alguna complicación en el matrimonio, o necesita un guía para educar a los hijos, ¿con quién se asesora?, el cura no tiene ni la más mínima idea de lo que significa discutir con tu esposa. Si tengo alguna duda en teología, o necesito saber qué plegaria rezar, entonces seguro que me voy a dirigir a el, pero con problemas reales de la vida ¡el no puede ayudarme!

La conversación con el taxista me hizo recordar una importante verdad. El judaísmo no hace diferencia si eres un taxista o un rabino, se espera que vivas una vida “normal” y que estés metido en las luchas y placeres del mundo mundano.

Pero esto es también cierto de la otra forma, tanto si eres un taxista o un rabino, deberías hacer tu mundo una morada para Dios. El ideal de la Torá es crear una sociedad sagrada. Cada individuo puede entablar un diálogo directo con Dios y la Torá.

El Rabino está para ayudarnos a conectar lo espiritual con la realidad de la vida. Pero el debe hacer lo mismo con su propia vida.

Quizás el taxi era un microcosmo de un mundo ideal. ¿Qué podría ser mas lindo que una sociedad en la que los taxistas compartan su sabiduría espiritual y los rabinos cambien pañales?

Fuente: Aish Latino
julio 24, 2017

¿Qué es la Torá y cuál es la diferencia entre la Torá oral y la Torá escrita?

Usamos la palabra Torá para referirnos a una clase, para hablar de pasajes, sentimientos y veinte mil cosas. Decimos Torá para esto, Torá para aquello, Torá… Tanto así que muchos de nuestros lectores nos han preguntado qué es la Torá y cuál es la diferencia entre la Torá oral y la Torá escrita. Es una de las preguntas más difíciles que me han hecho en la vida, porque contestarla representa poner en palabras y sistemas dialógicos premisas básicas de mi fe. Sin embargo, es una pregunta medular porque en ella se fundamenta todo el judaísmo.

Hay varios niveles en los cuales la pregunta puede ser interpretada, trato de responderla desde lo más básico y fundamental sin banalizar y simplificar su significado. Espero haber logrado mi objetivo y que este artículo logre clarifique varias dudas. Ojalá lo disfruten.

¿Cómo conocemos el pasado? La Torá como historia y tradición.

Imagínate a un hombre que nace y a los pocos años es abandonado en una isla desierta. Cuando crece no sabe nada de su origen y nunca ha tenido contacto con otro ser humano. Esta persona se acostumbraría a creer únicamente en lo que sus sentidos le dicen.

De repente llega otro ser idéntico a él, logran comunicarse y le platica que nació de otro hombre. Le dice que hace muchos años era pequeño y durante nueve meses vivió en el vientre de un ser llamado “mujer”; que dentro de ese vientre se alimentó de lo que ella comía a través de un cordón conectado a su panza y que una bolsa repleta de agua lo rodeaba para protegerlo del exterior.

Si el hombre vive en una isla donde sólo hay pájaros o peces no tiene forma de creerle a la persona que le habla. No puede comprobar lo que le está diciendo aunque sea cierto. Ese hombre nació sin tradición; a través de la razón y los sentidos físicos jamás va a poder sustituir la verdad que la experiencia enseña.

Ese es el gran conflicto que la humanidad ha enfrentado por años: lo que sabemos de nuestro origen es bastante poco. La historia que nos cuentan nuestros padres y maestros sucedió mucho antes de que nosotros naciéramos. La razón nos puede indicar si lo que nos dicen es congruente o no, lógico o no, pero jamás va determinar si es verdadero en su totalidad. Mucho de lo que conocemos y creemos no es comprobable, sin embargo, no por ello falso.

Éste es el eterno problema que enfrentan ateos, agnósticos y creyentes diariamente. No sabemos cuál fue el origen del Universo, de la vida y del hombre. Tratamos de explicarlo a través de creencias y teorías, de mundos materiales o espirituales, pero al final del día lo único que nos quedan son teorías; creencias y misterios.

Si nos vamos por la vía de la ciencia, nos damos cuenta que la física, la química y la geología nos pueden dar datos físicos, nos pueden hablar del presente, sobre leyes comprobables y fenómenos medibles, pero no nos pueden dar una historia. No pueden hablar del pasado porque no pueden comprobarlo científicamente. Tampoco nos pueden hablar del futuro, porque no saben si las condiciones que estudiaron van a ser alteradas.

Cuando aceptamos una ley científica aceptamos la creencia de que un patrón que se repite en el presente se repetirá en un futuro. Cuando aceptamos una teoría, aceptamos la explicación que se le dan a esos fenómenos en su totalidad, una deducción. Sin embargo, el futuro no puede ser comprobado porque no ha sucedido y nada nos asegura que lo que sucede en el presente realmente ocurrió en el pasado.

Sólo la historia nos puede hablar del pasado. De algo que ya ocurrió, pero para creerle a la historia necesitamos creer en las personas que lo dicen. Nuevamente nos movemos en un mundo donde no hay certezas; en ese mundo, si el individuo quiere tener un poco de sanidad debe de formar su propio marco de creencias. A través de la experiencia y a través de la razón deducirá lo que considera cierto y verdadero.

Sin embargo, si quiere saber su origen y su sentido en este mundo en todo momento depende de la historia, de la memoria que sus antecesores le han legado. Depende de una tradición, de lo que hombres y mujeres construyeron antes que él y han decidido enseñarle; de los relatos que familias enteras han decidido contarles a sus hijos, de culturas que no se han dejado vencer por el tiempo y han trasmitido los conocimientos adquiridos a lo largo de siglos.

Finalmente tenemos historia y tenemos cultura gracias a aquellos que decidieron dárnosla; gracias a aquellos que quisieron darnos un legado, una tradición.

La Torá es nuestra tradición y es nuestra memoria. Son las enseñanzas que nos fueron dadas de padres a hijos a través de los milenios y que hemos decidido preservarlas.

Es lo que nos configura como judíos, el código que marca nuestro comportamiento moral con las demás personas, con nosotros mismos y con Doos; las prácticas que realizamos comunitariamente, la forma en que educamos a nuestros hijos y el sentido que le damos a nuestro futuro.

La Torá es el centro del judaísmo: en ella se encuentran las prácticas judías, la filosofía judaica y la historia del pueblo judío. Nos fue dada y la hemos preservado de dos formas distintas: una oral y otra escrita.

Torá Escrita

La Torá escrita son los textos sagrados que preservamos en rollos dentro de casas y sinagogas. Se tratan con un cuidado extremo y se les da una reverencia especial. Se leen en servicios religiosos, y fueron hechos por un sofer (un escriba) que recibió instrucción durante años y fue preparado específicamente para copiar correctamente los textos sagrados y dotarlos de la santidad requerida.

Al hacer un rollo nuevo, él copia letra por letra el texto de un rollo anterior. Si un punto, una línea de cualquier símbolo es incorrecta o tiene un pequeño defecto, todo el rollo se considera no kasher (no legal), se le entierra y se vuelve a empezar nuevamente. Esto se ha hecho por más de 4,000 años. Por esta rigurosidad hemos logrado mantener nuestros textos sagrados inmutables a través del tiempo y el espacio geográfico.

Los primeros rollos de Torá que fueron escritos, son los cinco libros del Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) fueron dictados letra por letra por Dios a Moisés. Desde entonces todos los rollos que se han escrito han sido una copia de los anteriores. Son divinos porque cada una de sus palabras fue dicha por Dois.

En ellos se cuentan la historia de la creación del hombre y del mundo, las historias de los patriarcas, la conformación del pueblo judío, el Éxodo en Egipto, la entrega de la Torá, la travesía por el desierto y la construcción del Tabernáculo. Es decir, cuenta la historia del pueblo judío y la conformación del judaísmo con genealogías y fechas. Es el relato que nos habla de nuestro origen.

Por si fuera poco, aparte, entre cada relato se encuentran las leyes que fueron dadas por Dios a Moisés y al pueblo judío. En ellas se encuentran normas con respecto a relaciones interpersonales, normas con respecto a rituales, rezos y prohibiciones. A estas leyes se les llaman mitzvot son 613 y alrededor de ellas giran todas las prácticas judías.

Aparte del Pentateuco, al cual uno se refiere como La Torá, tenemos otros textos escritos que se consideran sagrados pero no divinos. Son los Profetas (Nevim) y los Escritos (Ketuvim). En ellos se encuentran libros que fueron escritos por personas que tenían profecía como Ezequiel, Mica o David.

También se preservan en rollos, pero se leen en distintas épocas y de distintas formas. Se les considera parte de la Torá escrita, porque aunque no fueron dictados por Dios, tienen santidad y fueron escritos para ser preservados a lo largo de los milenios.

Juntos las tres compilaciones (Torá, Nevim y Ketuvim) toman el nombre de Tanaj, y son toda la Torá escrita que tenemos. Es decir, son la tradición escrita que nos fue dada, todos los otros textos que existen sobre judaísmo forman parte de la tradición oral.

Torá oral

En la Torá oral encontramos aquello que da vida a la Torá escrita. Es decir, nos dice cómo interpretar y llevar a cabo las leyes que aparecen en ella, da explicaciones a pasajes enigmáticos y enseña formas de conocer y domar las emociones.

De la Torá oral se desprende la halajá (la ley judía), el musar (libros sobre crecimiento personal), la cábala (mística judía), los midrashim (relatos explicativos de sucesos o personajes bíblicos), la liturgia y la hagadá (la filosofía judía).

Todas son enseñanzas de una sabiduría viva, porque el objetivo del estudio de Torá es que la persona integre los aprendizajes adquiridos a su vida; que la practique; que se relacione de una mejor forma consigo misma, con el prójimo y con Dios.

Durante años se prohibió escribir estas enseñanzas, precisamente porque se requiere estudiarlas de forma íntima para conocerlas, es decir con un maestro. La Torá oral fue pensada para ser trasmitida de padres a hijos, para que el conocimiento fuera interno y no externo como un libro. Y la persona supiera de dónde aprendió las enseñanzas, de su propio padre. Así también, la persona sabría que su padre lo aprendió de su abuelo, su abuelo de su tatarabuelo y éste de su propio padre, hasta llegar a Moisés quien lo aprendió de Dios.

Exilio

Durante siglos, el judaísmo soportó numerosos exilios con las formas de enseñanza tradicionales, recluyéndose en yeshivot (escuelas judaicas), pueblos y templos. Sin embargo, en el último exilio, el exilio romano, muchos de los centros de estudio fueron destruidos y se corrió el riesgo de perder toda la Torá oral. Por eso, Rabí Yehudá Anasi se vio en la dolorosa misión de recopilarla y escribirla, para evitar su destrucción.

Así en el siglo I e.C. se creó la Mishná, que contiene alrededor de 4,224 preceptos distribuidos en 6 tratados distintos. Los mishanyiot, los preceptos de la Mishná, son frases que contienen la halajá (ley judía). Por ejemplo, te dicen cuáles son los trabajos que están prohibidos realizarse en Shabat, qué se considera un espacio privado, qué es un tefilin y cómo se usa. Todas las particularidades que no vienen escritas en los rollos de Torá.

Eran preceptos que niños y adultos estudiaban y se sabían de memoria. Eran más de 70,000, pero quedaron escritos únicamente las que todo el mundo conocía y aceptaba. Para recopilarlas, Yehudá Anasi recorrió todos los centros y pueblos judíos existentes en el momento; preguntó a niños y adultos cuáles eran los preceptos y escribió únicamente aquellos que todos recitaban.

Más adelante, ya escrita la Mishná se escribe la Guemará, ésta es más que nada es filosofía judaica. Conecta la Torá oral con pasajes de la Torá escrita y da explicaciones a por qué se hace así la ley. La obra que recopila a ambas se llama Talmud es el corpus de libros más importante de la Torá oral, en él se encuentra la Mishná y la Guemará recopiladas y los comentarios que hacen a ambas varios de los rabinos más importantes. En el estudio del Talmud se centra casi toda las prácticas y creencias judías.

Aparte se encuentran otros libros de Torá oral que se han ido escribiendo a lo largo de los milenios como el Sidur, que es el libro de rezos más importante, el Zohar, el libro de donde se desprende toda la cábala el Shulján Aruj la recopilación de la halajá más completa que tenemos hasta nuestros días y el (El camino de los justos), que es el libro de musar más conocido en nuestros días. Éstos sólo por poner unos ejemplos bastante populares de los cientos de libros de Torá oral que existen y han sido recopilados a lo largo de los siglos.

En nuestros días

Es muy importante recordar que la Torá oral aunque haya partes de ella escrita sigue siendo oral. Hoy en día miles de rabinos siguen enseñando a sus alumnos judaísmo, siguen compartiendo reflexiones al hacer los servicios y familias enteras siguen estudiando Torá con sus hijos. Todo ello, las pláticas con amigos sobre un pasaje, las vivencias personales al festejar una celebración, los sentimientos hacia Dios y la Torá, las miles de pláticas y conferencias que se dan día a día son parte de la Torá oral. Contribuyen a que nuestra tradición no se pierda.

Hay un rabino que dice que la Torá escrita tiene una dimensión finita e infinita. Finita en cuanto a que está escrita y se puede leer de principio a fin sin problema, infinita en cuanto a que el aprendizaje que se obtiene de ella es infinito. La Torá oral representa ese aprendizaje, es inagotable porque se encuentra dentro de cada persona que se acerca a Hashem y su Torá y con cada persona con cada generación se mantiene y se renueva. Es el agua que riega a la semilla, el alimento de la fe.

Finalmente la Torá en su totalidad, de forma escrita y oral, es nuestro origen y nuestra tradición. Nuestro futuro, nuestra salvación.

El sentido por el cual fuimos creados, la verdad absoluta, el pacto más íntimo que se puede hacer con Dios. La razón por las que todas las cosas que existen fueron creadas.

Fuente: Enlace Judío
julio 15, 2017

Los avances de Israel que pocos conocen

Es muy poco lo que sabemos de Israel más allá de que es un país siempre en riesgo inminente de guerra con sus vecinos árabes y que su capital Jerusalén es la sede de las tres religiones monoteístas más importantes del mundo, el cristianismo, el judaísmo y el islam.

Sin embargo, este pequeño y joven país del Medio Oriente bañado por el Mar Mediterráneo y creado después de la Segunda Guerra Mundial como un estado para los judíos presenta ciertas características únicas, que llaman la atención a los visitantes.

Es un país de jóvenes donde el promedio de edad es de 27 años. Para los judíos es de 31.6 años y los árabes palestinos, 21.1 años. Pero también es uno de los países donde la gente vive más años. La esperanza de vida en las mujeres es de 84.3 años y los hombres de 80.6. Quizá eso tenga que ver con el alto consumo de ensaladas, falafel que no son otra cosa que croquetas de garbanzo y el tradicional hummus, un puré también de garbanzos.

Es muy difícil encontrar personas desamparadas en las calles. Esto no quiere decir que no existan. Por el contrario, es un fenómeno en ascenso.  Pero se estima que los sin hogar representan el 0.02% de la población, una cifra muy baja comparada con otras naciones desarrolladas.

Tiene una baja tasa de desempleo que para febrero de este año era de 4.3% y que se ha mantenido desde diciembre de 2016, un reducido porcentaje considerado sin precedentes.

Es un país multicultural donde el primer idioma es el hebreo seguido por el árabe y luego… el ruso. Pero dado que un estado formado por inmigrantes judíos de todo el mundo, es normal escuchar también hablar francés y hasta español, entre otras lenguas habladas por las minorías. Y aunque el inglés es como un segunda idioma, te sorprenderás de que muchos trabajadores de hoteles y taxistas no lo hablan.

Casi no existe la violencia callejera y las mujeres pueden caminar tranquilamente por las calles en la medianoche. Pero esa seguridad puede acabar en unos segundos, ya que Israel vive en un conflicto constante con países vecinos que pueden mandar un misil y provocar una tragedia, aunque ello no ha sucedido en años.

La mayoría de las casas tienen un bunker, una habitación blindada a prueba de bombas y misiles donde la gente se puede refugiar en caso de un ataque. Dependiendo del lugar donde se encuentren, los residentes tienen entre 15 y 30 segundos para resguardarse en el búnker después de que suena la sirena de alarma.

Es uno de los países que más apoya la creación tecnológica. Otorgan subsidios a los proyectos que califican. Si no le va bien al proyecto, los beneficiados no tienen que regresar el dinero; y si triunfan, entonces deben regresar la beca al gobierno y con intereses. Una de cada diez compañías startups (de nueva creación) tienen éxito.

El milagro del agua que reverdeció el desierto y transformó las tierras áridas  en terrenos cultivables se debe a una combinación del establecimiento de plantas tratadoras de aguas negras junto a plantas desalinizadoras y técnicas como el riego por goteo que por cierto fue desarrollado en Israel. En 1965, agricultores y agrónomos del kibutz Hatzerim crearon Netafim, una industria basada en este nuevo método de riego. Rápidamente se diseminó por el mundo, lo que contribuyó a la seguridad alimentaria. En la actualidad, Israel produce hasta sus propios vinos que dan la pelea a nivel mundial.

Es una de las naciones más felices de acuerdo con un reporte de 2011 que ubicó a Israel en el lugar número 11 en las lista de los países más felices según sus residentes.

La emigración para los judíos de otras partes del mundo no es un asunto tan complicado. Una vez que cumplieron con todos los trámites, los nuevos inmigrantes pueden obtener un permiso de trabajo y la ciudadanía en menos de un año. Te sorprenderías que los inmigrantes reciben apoyo económico y de vivienda durante el proceso que les lleva encontrar empleo y aprender el idioma.

Fuente: eldiariony.com
julio 15, 2017

Las 7 madres más conocidas de la Torá

La Torá y el judaísmo reconocen la gran labor que hace una madre al criar a sus hijos. Por eso hoy queremos recordar a las madres más destacadas de la Torá.

Eva (Javá)

Eva es la madre de toda la raza humana, según Rashi, Dios la creo más perfecta que el hombre porque la creó desde el interior. Su nombre significa “la que da vida”, se lo ofrece Adán justo después del pecado con la serpiente, precisamente porque en el momento de mayor oscuridad Eva logra dar vida a sus hijos. Adán es capaz de ver que sólo ella puede crear la vida, sólo ella es capaz de hacer nacer a otro ser humano.

Sara

Es la esposa de Abraham, es la representante de la Guevurá (fuerza) en la Cabalá. En el judaísmo la fuerza surge del límite; de exigirse diariamente disciplina y de mantenerse firme. Ella es capaz de criar a su Isaac en el camino del bien porque puede poner un alto a Ismael y Hagar cuando son mala influencia para su hijo. Es capaz de parir a los 90 años y soportar todo tipo de dificultades como ninguna otra mujer.

Rebeca (Rivká)

Ella es la madre de Jacobo y Esaú. Representa el conflicto y la dualidad entre el bien y el mal, cuando está embarazada sufre grandes dolores en su vientre y un ángel se le presenta y le revela el futuro de las dos naciones que nacerán de ella. Logra criar a Esaú y Jacobo, siempre manifestando la dualidad, siendo la madre de todos los judíos.

Raquel (Rajel)

Destacaba por su belleza tanto interior como exterior, es la mujer de la que se enamora profundamente Jacobo y por la cual trabaja 14 años. Es la madre de José y de Benjamín, ambos hijos heredan su dulzura y su humildad. Por eso de ella nace una línea importante de reyes, aquellos que descienden de José.

Lea

Destaca por su perseverancia, de ella nacen casi todos los hijos de Israel. Sufrió mucho para verlos nacer y se aflingió viendo como su hermana obtenía fácilmente el amor de los demás. Sin embargo, Lea fue fuerte y siempre justa, por eso de ella nace Judá, quien destacó toda su vida por ser un juez justo, capaz de reconocer sus errores.

Rut

Fue la primer mujer en convertirse al judaísmo, siguió en el camino aunque la negaron, siguió en el camino aunque era lejano. Gracias a su determinación de ella nacerá descendencia de David y de su línea el Mesías.

Yojebed

Es la madre de Miriam y de Moisés. La característica que más destaca de ella es la valentía, era partera y enfrentaba al faraón cada vez que tenía que atender un parto. Gracias a ella y su hija Miriam el pueblo judío no fue exterminado Egipto, ya que escondían a los bebés hombres y así evitaban que fueran lanzados al río.

Enlace Judio.
julio 04, 2017

Un árabe israelí encierra a su hermano para impedir que se convierta al judaísmo

La policía arrestó a un residente de la ciudad árabe israelí de Taibe, sospechoso de haber encerrado en su hogar a su hermano, tras haber expresado el deseo de convertirse al judaísmo y enrolarse en las filas del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal).

La portavoz policial, Luba Samri, manifestó que la policía recibió una llamada de una mujer domiciliada en Taibe denunciado que un amigo suyo había sido encerrado en su cuarto.

Tras el arribo al lugar, la policía encontró a un joven de 19 años que dijo haber sido encerrado en su cuarto desde hace tres semanas.

La policía arrestó luego a su hermano de 21 años, que no estaba presente en la vivienda en el momento del allanamiento.

El sospechoso será llevado ante la corte para una audiencia, dijo la vocero.

Fuente: radiojai.com.ar
julio 02, 2017

Yo quiero formar parte del pueblo judío

A diferencia de la mayoría de los darfurianos que quieren regresar a Sudán cuando las condiciones mejoren, yo quiero formar parte del pueblo judío y estoy en proceso de convertirme al judaísmo.

Mis compañeros de Darfur no entienden qué me llevó al pueblo judío y a la conversión al judaísmo. Los israelíes preguntan a mis amigos en el trabajo, en los bares, en las cafeterías y en el cine por qué. La mayoría no me preguntan a mí por qué. Así que, aquí está mi historia.

Aunque nací en Darfur, a diferencia de la mayoría de mis amigos de Darfur, mi éxodo desde Sudán comenzó cuando tenía sólo 3 años, cuando los terroristas asesinaron a mis padres. Sobrevivimos porque un grupo de otros darfurianos que huían de la zona de guerra logró llevarme a mí y a mi hermano pequeño a Libia. Cómo, no lo sé.

En Darfur no tuvimos la misma oportunidad que la mayoría de los niños criados en sociedades democráticas que crecen en seguridad y van a la escuela con plumas, lápices, libros e incluso caramelos y un sándwich en la bolsa de la escuela.

Mi viaje a Eretz Israel duró 14 años desde que salí de Darfur. No sabía que mi viaje iba a llevarme a este país encantador. Pero a menudo soñaba que iba a algún destino lejano.

Estuve en Libia hasta los 12 años. Mi hermano y yo, así como muchos otros desplazados de Darfur, enfrentamos muchos desafíos por parte de las autoridades y el pueblo libios. No se nos permitió hablar o viajar libremente. Los niños de Darfur no fueron a la escuela. Los libios eran muy agresivos hacia nosotros porque teníamos valores y cultura diferentes. En Benghazi, la gente nos humillaba a menudo debido a nuestro color de piel. A pesar de todas estas dificultades, mi hermano y yo todavía sonreíamos cuando jugábamos con otros niños y apreciamos los actos amables de otros, como cuando la gente nos daba dulces, pasteles y otras golosinas.

Un día de verano, un hombre blanco nos llevó a ambos a un centro comercial. Hacía tanto calor que no podía ver bien. La temperatura probablemente era de más de 36 grados Celsius.

Mientras estábamos en la tienda, vino otro blanco. Después de comprarme un pastel de chocolate, me agarró la mano, me sacó del centro comercial y me llevó a vivir con una familia de Darfur que se ocupó de mí. No sé qué le pasó a mi hermano. Nunca volví a verlo.

Me quedé con esa familia durante bastante tiempo. Entonces decidieron ir a Egipto con la esperanza de que las condiciones de vida serían mejores que en Libia.

Sin embargo, Egipto era incluso peor que Libia. Los egipcios secuestran a niños africanos y los obligan a la esclavitud. La situación de los refugiados sudaneses en Egipto se hizo cada vez más difícil. La familia que me cuidaba decidió que sería mejor para mi futuro enviarme a Israel. Yo no quería ir. Tenía miedo de ir a un lugar extraño sin ellos. No sabía nada de Israel. A pesar de mis protestas, ellos arreglaron para que yo fuera a Israel a través del desierto del Sinaí y me pusieron en camino.

Cuando nos acercamos a la frontera israelí, los soldados egipcios empezaron a dispararnos. No había vuelta atrás. Tenía que cruzar la frontera. Mientras corría, sentí que algo me golpeaba en el estómago y el muslo. Seguí corriendo durante unos 10 minutos hasta que me caí y perdí el conocimiento.

Soñaba que alguien me decía que despertara. Cuando abrí los ojos, vi soldados de pie sobre mí con armas y tuve miedo porque pensé que eran egipcios.

Afortunadamente, eran soldados israelíes de las FDI. Llamaron a un helicóptero que me llevó a la base del ejército y luego al hospital Soroka. Estoy agradecido a estos soldados que me ayudaron a sobrevivir.

Yo no nací judío. Sin embargo, siento que Israel es la única casa real que he tenido y que quiero formar parte del pueblo judío. Los judíos israelíes me acogieron y me ofrecieron oportunidades educativas, junto con jóvenes inmigrantes judíos de Etiopía. Creo que tengo mucha más afinidad con los israelíes que con cualquier otro pueblo en la tierra.

Como alguien que salió de la opresión de Egipto a Israel, me identifico con la experiencia del Éxodo del pueblo judío. Vine aquí buscando protección y libertad. No vine aquí por dinero.

Elijo ser judío por convicción religiosa. Si me preguntas por qué quiero abrazar el judaísmo, te diré que es porque creo profundamente en Dios, que es mi Creador y el Dios de Israel.

A diferencia de los judíos nacidos en Israel, no tuve la oportunidad de aprender sobre religión en la escuela o alternar en Jerusalem y otras ciudades del país con adolescentes judíos y adultos que se reúnen cada semana para tomar algo, celebrar un cumpleaños y aprender diferentes maneras de conectar con el judaísmo.

Elegí abrazar el judaísmo porque el aprendizaje de la Torá me hace feliz y me influye a pensar positivamente, a ser respetuoso con los demás, y a centrarme en lo que necesito lograr en la vida.

Sea fácil o un reto, Dios me ayuda a conseguir lo que necesito hacer. Rara vez me siento deprimido o vulnerable, si tengo o no el dinero para comprar comida o un boleto en el tren ligero de Jerusalem para ir a mi trabajo de Sherut Leumí (servicio social), donde trabajo con jóvenes escolares israelíes

Mi elección se ha hecho más fácil debido a mis contactos con la gente humilde, simpática y maravillosa que siempre estuvo allí para ayudarme y dispuestos a dar lo que hacía falta. Doy gracias a todos aquellos judíos perfectamente decentes que me reciben todos los viernes a las cenas de Shabat con los brazos abiertos para enseñarme cosas nuevas que han hecho que mi vida parezca más brillante y mejor.

Cuando estudié Torá, aprendí sobre la lucha de Jacob con el ángel, cómo prevaleció y cómo su nombre fue cambiado de Jacob a Israel.

Veo algunos paralelos en mi propia lucha por venir a Israel con la experiencia de Jacob al regresar a la tierra de sus padres a lo que ahora llamamos Israel. En la lucha con el ángel, Jacob fue herido en el muslo. Yo también fui herido en el mismo lugar en el muslo que Jacob cuando estaba a punto de entrar en Israel.

Me alegro de haber hecho el difícil viaje a Israel donde tengo muchas posibilidades diferentes de elegir mi propia manera de tener una vida mejor. Me entristece que mi hermano no esté conmigo y espero que nos reunamos algún día.

Apoyo a Israel y a su pueblo en su feroz lucha por la supervivencia. Por último, doy mi amor incondicional a este joven país y creo que no hay lugar mejor para mí que Israel.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
junio 17, 2017

¿Por qué los judíos usan flecos en su vestimenta?


 ¿Que son Tzitzit y Talit?

"Habla a los hijos de Israel y diles: Harán para ellos franjas en las puntas de sus ropas… Y serán tzitzit para ustedes, y cuando los vean, recordarán todos los mandamientos de Dios y los cumplirán" (Números 15:38-39).

La mayoría de la gente no piensa del judaísmo como una religión de franjas. Sin embargo ese es nuestro uniforme e insignia de honor, nuestro recordatorio diario de quiénes somos y para qué estamos aquí —cuatro flecos colgando de las franjas de nuestras ropas.

En la antigüedad debíamos colgar los flecos de las franjas de los mantos de cuatro puntas que eran parte del guardarropa diario de la gente. Hoy los hombres y niños judíos tienen dos formas de cumplir con esta mitzvá cada día:

a) Durante la plegaria envolviéndose en un talit gadol (literalmente: gran manto). Es el gran chal de oración con franjas que se usa durante las plegarias matutinas.

b) Usando un pequeño poncho llamado talit katan (literalmente: pequeño manto). Para la mayoría de nosotros es adecuado que esté bajo la camisa.

Los flecos de las franjas son llamadas tzitzit. Sus cuerdas y nudos son una representación física de los 613 harás y no harás de la Torá. Esto es así: Cada letra del alfabeto hebreo tiene un valor numérico correspondiente. El valor numérico de las cinco letras que forman la palabra hebrea tzitzit suma 600. Si sumamos ocho cuerdas y cinco nudos de cada fleco, el total es 613.

Usar tzitzit es una señal de orgullo judío. Los judíos siempre tuvieron una forma de vestirse que los distingue de la gente de las tierras en que han vivido —aun cuando esto significara exponerse al peligro y la violencia. Por gracia de Dios, hoy la mayoría de nosotros vive en tierras en las que somos libres de practicar nuestra religión sin tales temores. Hoy vestimos nuestro uniforme judío con orgullo y con la cabeza en alto.

La Cabala enseña que el talit es una metáfora de la luz trascendentemente infinita de Dios. Las franjas aluden a la luz divina inmanente que permea cada elemento de la creación. Al usar un talit gadol o un talit katan, el judío sintetiza esos dos elementos y los hace una realidad en su vida.

Fuente: Jabad
junio 16, 2017

¿Se puede uno convertir al Judaísmo?

 La conversión es un tema muy polémico. La respuesta es que el giur o conversión es posible, pero se debe de tener en cuenta que el convertirse al judaísmo no sólo se requiere una gran declaración de fe, sino la persistencia y la fortaleza para pasar por un proceso arduo y progresivo que culmina en la adopción de una nueva fe, una nueva cultura, una nueva religión y muy especial, una nueva identidad.

Este tema no debe de pensarse a la ligera, sino que debe de pasar por una gran meditación y análisis de sus motivos, causas y derivantes consecuencias. Además, se debe de tener en cuenta cuánto tiempo requiere el proceso. Respecto a éste, se puede decir que involucra de tres a cinco años en promedio, mucho estudio en las tradiciones, historia, tradiciones y liturgia judía. El ritual de conversión culmina con un ritual junto con un compromiso hecho por el individuo ante los rabinos después de pasar por un examen hecho por ellos que indique que uno está listo. El proceso se lleva a cabo en Israel, y es el rabinato ortodoxo quien controla todas las conversiones.

El tema de la conversión es incluso un problema para el mismo judaísmo. Aunque es claro que la conversión es posible hasta para los sectores más ortodoxos, los requisitos de conversión son materia de polémica y desacuerdo entre los distintos grupos rabínicos. Así vemos cómo los rabinos ortodoxos por lo general no aceptan las conversiones realizadas por los movimientos liberales, que creen que no cumplen todos los requisitos para la conversión rabínica. Los rabinos liberales, por el contrario, sí aceptan por lo general una conversión bajo estándares menos arduos. El resultado se ve en un atentado contra la unidad del pueblo judío, dado que los conversos liberales no se pueden casar con judíos ortodoxos, pues los rabinos ortodoxos prohiben los matrimonios mixtos.

En el judaísmo, los conversos son aceptados y queridos.

Lo más importante que se debe de saber al iniciar este proceso es que la conversión debe de ser motivada por una gran convicción sincera, no por intereses sociales, ni mucho menos económicos. El fin es convertirse en un judío sincero.

Fuente: Enlace Judío
julio 19, 2016

Las mujeres podrán orar como los hombres ante el Muro de las Lamentaciones

El Muro de las Lamentaciones es el lugar más sagrado del judaísmo, pues es el último vestigio del segundo de los templos de Jerusalén.

Según los cánones de la ortodoxia judía, mujeres y hombres no pueden rezar juntos ante los enormes bloques de piedra de unos 2.000 años de antigüedad; donde según dicta la tradición, los fieles suelen introducir papeles con plegarias, pues la creencia popular dice que es el lugar más cercano a Dios.

Las mujeres tendrán en breve el mismo espacio para la oración que los hombres ante el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, el lugar más sagrado del judaísmo, según una disposición del alcalde de la ciudad, el ultra-ortodoxo Uri Lupolianski.

Por primera vez desde que Israel ocupó Jerusalén en 1967 y los judíos pueden rezar con asiduidad ante su vestigio más sagrado, se llevarán a cabo obras de expansión en la zona de oración dedicada a las mujeres, bastante reducida en comparación con la de los hombres.

El intendente de la cuidad ha aceptado una petición hecha por una asociación de mujeres devotas, quienes se quejaron de que la superficie destinada a las mujeres era muy limitada y que debía ser igualada a la de los hombres.

Y es que según los cánones de la ortodoxia judía, mujeres y hombres no pueden rezar juntos ante los enormes bloques de piedra de unos 2.000 años de antigüedad, donde según dicta la tradición, los fieles suelen introducir papeles con plegarias, pues la creencia popular dice que es el lugar más cercano a Dios.

El alcalde Lupolianski se dirigió a la Oficina del Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, con la petición de realizar un proyecto que permita aumentar la parte destinada a las mujeres, expandiendo el muro hacia la derecha.

Esta medida obligaría a cambiar una rampa que conduce a la “Puerta de Mugrabi”, por la que se accede al Monte del Templo para el judaísmo, o Explanada de las Mezquitas para los musulmanes, ya que en ella se ubican las mezquitas de Omar y de Al-Aksa, esta última tercera en la jerarquía del Islam. Hace pocos años, parte de un muro que soportaba la rampa se desmoronó, y desde entonces fue fijada con andamios, lo que despierta los recelos de muchos fieles, que consideran que la zona -que justo se encuentra junto al área de culto de las mujeres frente al Muro de los Lamentos-, es insegura.

El intendente de Jerusalén ha pedido al Gobierno su aprobación para cambiar el trazado de la rampa que conduce a las mezquitas y moverlo hacia la derecha lo máximo posible, para ampliar así de forma significativa la longitud de muro destinada a las mujeres. Lupolianski afirmó que “no existe razón para que en el lugar más sagrado para el pueblo judío, los hombres gocen de un espacio confortable y amplio mientras que las mujeres tienen que estar hacinadas”.

El Muro de las Lamentaciones es el lugar más sagrado del judaísmo, pues es el último vestigio del segundo de los templos de Jerusalén. El primer Templo, levantado por el rey Salomón, fue destruido por el rey asirio Nabucodonosor en el año 586 a.C. El segundo -erróneamente llamado el de Herodes-, fue incendiado en el año 70 d.C. y tomado por las tropas del general romano Tito. Las piedras de grandes dimensiones que lo componen conforman el último trozo del muro occidental que rodeaba el Templo, de ahí su nombre en hebreo,”Hakótel Hama”araví” o “Muro Occidental”.

Se cree que el Muro de las Lamentaciones también es el lugar más cercano al “Sancta Sanctorum” (1 Reyes 8:6-8), lugar al que sólo tenía acceso el Sumo Sacerdote y sólo una vez al año, el día de “Yom Kipur”.

Fuente: ACPress.net